Desde que reseñamos el último disco de Luis Moro, titulado «Playa Marte», teníamos interés en escucharlo en vivo. Así que aprovechando su paso por Jerez pudimos mitigar un tanto ese deseo.
Para la velada del viernes 16 de mayo se optó por un formato íntimo, con el total protagonismo de la voz y la guitarra en un doble programa junto a Cesar De Centi. El espacio elegido era magnífico para el recital pues se produjo en el Espacio Abierto Jerez, céntrico local situado en la calle Alvar Nuñez, una pequeña callejuela entre las plazas del Progreso y Plateros de la ciudad más poblada de la provincia de Cádiz. Un coqueto rincón que sirve de galería de arte y lugar multiusos, con el público esparcido entre las sillas y sillones esperando ver a los dos trovadores gallegos, ambos coruñeses, distintos pero complementarios. El yin y el yang, la vida y la muerte, el caminante y su sombra hecha melodía. Los dos imbuidos en la nostalgia gallega, cantando sus piezas de tres en tres, lo que nos recordaba a la fórmula de acometer el fado en Portugal, donde también prima la “saudade”.
Comenzaba César De Centi, un brillante cantautor que llegaba para presentar su reciente álbum “Mi guerra mundial”, con el bonito subtítulo del “yo contra el yo”. De Centi posee una preciosa voz de barítono a lo Ismael Serrano, su gran referente (Con el que ha tenido la fortuna de contar para la pieza “Titiritero”).
Su tres pases (siete canciones en total) se basó en los seis cortes de su disco, comenzando con la sentida “Biografía”, un viaje a la memoria de sus ancestros, algo que vuelve a repetir hablando de su abuelo en ”Por si vuelves” (en su segundo pase). Antes nos ofrece su forma de exorcizar demonios interiores (en este caso, la ansiedad) en la homónima “Mi guerra mundial del yo contra el yo”, cerrando su primera “acometida” con “Tendremos”.
Se muestra cálido y cercano, nos habla de su productor Borja Montenegro (actual guitarrista de Joaquín Sabina) o del antes referido Ismael Serrano en “Titiritero”. Final con una chacarera (ahora tan de moda por la película “La estrella azul”) “Llévame” y “Gracias”, con los presentes coreando el estribillo y premiando con sentidos aplausos el sentimiento derrochado en toda su actuación.
Luis Moro es más “bluesero”, más cercano a la música americana (aunque también canta en español). De corte intimista y con enorme fuerza para evocarnos los paisajes y texturas que conforman su disco “Playa Marte”, núcleo central de su evoluciones sobre el escenario del Espacio Abierto. Comienza con “Dame golpe al bordón”. Su voz nos suena más grave que en el LP, también más sentida y sincera. Todo ese compendio de ondas positivas se acentúa en dos “platos fuertes” como “Todos hemos vivido tiempos difíciles” y “Playa Marte”.
Moro explica su nómada vida entre Coruña y Jerez de la Frontera, jaleado por sus seguidores y amigos que disfrutan sus discursos y melodías. Una de ellas está dedicada a todos como es “Alegrías”, con ritmo del sur donde habla de lo que le hace feliz, tras entonar “Aquella boda, aquel aeropuerto”.
Faltaron tres cortes para tocar íntegro el “Playa Marte” pero para su colofón nos ofreció un par de “joyas” de su anterior “El pacto” como fueron “Minibar, minibar” (título de antología) que contó con la aparición por sorpresa de José Manuel Peña en los coros, colaborador en discos anteriores y actual líder de la formación tributo a Los Beatles “La banda de Eleonor Rigby”. Muy divertido, antes del “broche final” con “Apolo desolación” que servía de cierre a la brillante actuación e inicio a las posteriores charlas sobre lo divino y lo humano que transcurrieron por diversos bares de Jerez. Noche para el recuerdo.
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