La jardinería en el cine suele ser una profesión asociada a personas metódicas, frías de carácter, que actúan con parsimonia y tranquilidad y que se mueven en un círculo cerrado o en solitario. Ejemplos hay múltiples desde el Peter Sellers de “Bienvenido Mr. Chance”, al Ralph Fiennes de “El jardinero fiel” o el último ejemplo con el Joel Edgerton de “El maestro jardinero” de Paul Schrader, dentro de los largometrajes más o menos serios pues hasta Van Damme ha protagonizado un título enmarcado en este mundo de flores y plantas.
Este “El jardinero” mantiene esa constante para narrarnos la historia de un joven con alexitimia que al carecer de sentimientos se convierte en un perfecto sicario, un asesino por encargo que utiliza ese don movido por un interés económico de su madre, con la que tiene una tóxica relación. Tras una serie de perfectos trabajos, les llega un último encargo con el que podrán dejar esa espiral criminal para lograr sus fines en México, país de origen de la progenitora. El caso es que el joven pierde su condición de insensible y se enamora de la víctima, por lo que todo se complica por chantajes de varios actores implicados mientras que una pareja de policías intenta descubrir los casos de homicidio.
Una serie que va de más a menos pues la idea es buena y los primeros episodios generan interés pero según transcurren esos capítulos iniciales va perdiendo ritmo, ofreciendo soluciones que se van convirtiendo en inverosímiles según llega el desenlace. Una premisa y contenido que nos recuerda a “Dexter” que también adolecía de los mismos defectos, si bien es verdad que en el serial estadounidense su primera temporada era excelsa, destacada su continuación y bastante peores según avanzaba la trama.
Un trabajo irregular el creado por Miguel Sáez Carral, con una factura visual de cierto empaque, merced a una dirección correcta de Mikel Rueda y Rafa Montesinos, aunque algo oscura en algunas secuencias, filmada en la provincia de Pontevedra lo que permite que esa brumosa atmósfera otorgue una cierta melancolía y tristeza a unos personajes forzados a la tragedia.
Un reparto donde destaca la mexicana Cecilia Suárez como ambigua madre y entre los secundarios Emma Suárez o Francis Lorenzo, aunque el actor no termine de tener química en su relación con María Vázquez, si bien es cierto que esa falta de 2feeling” es mayor en los protagonistas Álvaro Rico y Catalina Sopelana que estando acertados en solitario (sobre todo él), juntos no terminan de funcionar. Una metáfora del resultado final de “El jardinero”, un “thriller” con buenas intenciones pero que se queda en la superficie.
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