Desafiando los límites de las etiquetas confeccionadas, a veces como esquinas abiertas para encasillar la música dentro de estanterías próximas y a su vez distantes, con las que facilitar la relación vehicular con el receptor final de los sonidos, los alicantinos Chemosphere, a través de El Tridente/Maldito Records, presentan su primer larga duración, «Antropos» en el que conjugan de manera personal y adecuada distintos registros sonoros que van desde el metal progresivo a los espaciosos territorios del rock alternativo con incursiones dentro del metal extremo tanto en voces como en la profundidad de riffs asentados en fuerza y la potencia bien calculada de la batería, como hace acto de presencia en «Deviants», canción que abre este trabajo justo a continuación de la breve intro que da nombre al disco.
Sorprende «Unrest» con ese riff inicial que rememora a unos Pearl Jam si tuviesen tesituras metaleras antes de que la melodía de voz inunde la pista adornada con arrebatos guturales que se asocian con formas alternativas del metal. «Monster» aumenta la fuerza intrínseca de la que presumen Chemosphere, construyendo una atmósfera que envuelve la canción mientras las líneas vocales conducen hacia la explosión melódica del estribillo. «Time won’t last» encaja en esa simbiosis que manejan en sus preceptos los alicantinos, la contundencia inicial que se transforma en un mar de calma tensa hasta volver a renacer furiosa, utilizando intermitentes voces guturales como recurso para adornar la canción.
«The laws of war» cuenta con las guitarras más próximas al heavy metal de todo el disco, riff pesado incluido, cambios acelerados que muestran las cartas propias del metal progresivo que se sumerge en un estado atmosférico para de nuevo subir hasta cuotas más extremas, mostrando una dureza que hasta el momento se podía intuir pero que ahora dejan a la vista -y oido- de todos. «All that is to come» nos sumerge en la oscuridad a través de unas líneas vocales áridas, subterráneas y una guitarra que presume de fuerza. La dicotomía fuerza/melodía, como dos caras de una misma moneda. «Gemini» también muestra músculo y colmillos desde el inicio, sin perder de vista su militancia personal en las filas del metal progresivo vuelven a sacar a la palestra sus influencias más metálicas pero sin que la canción pierda en sus desarrollos el modus operandi de Chemosphere a la hora de componer canciones.
«Astral projection» recupera la senda de la amalgama rock/metal alternativo o como tengas y prog en ganas de llamar a esa manera de enfocar los riffs y las líneas vocales coronada con un riff central de puro metal desembocando en el solo de guitarra. Cierra el disco «To Reach Beyond» bajando revoluciones que no intensidad, acercándose a orillas más alternativas, para poner colofón a un fantástico disco de una banda capaz de conjugar sus influencias para convertirlas en un sonido personal dentro del panorama musical, con la dificultad añadida de poder encajar pieza en un puzzle a veces demasiado cuadriculado como es este negocio. Muy buen disco el de Chemosphere.
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