La segunda década del nuevo siglo siguió trayendo discos imprescindibles en mi vida. Mi salud empeoró, mi sala de conciertos favorita cerró, cambié de lugar de trabajo, un amigo tuvo que emigrar para buscarse la vida…, pero la música seguía mostrando luces, brillando en la oscuridad del mainstream más pastoso. Nuevas salas de conciertos abrían, el underground local estaba muy vivo y la ilusión seguía intacta porque no ver la televisión, ni escuchar la radio, ni leer la prensa me hizo adentrarme más aún en un mundo repleto de literatura, cine y música, mucha música.
Vamos a intentar mostrar 100 discos que, por lo menos para mí, demuestran que esta década también tiene infinidad de discos que merecen pasar a la historia y, aunque mis gustos y querencias ya han derivado definitivamente hacia sonidos más progresivos y ambientales, siguen apareciendo muestras de thrash, hard rock, heavy, blues rock y demás variantes del mundo roquero, y la infinidad de conciertos que me hicieron vibrar y sentir vivo, hicieron de estos 10 años algo inolvidable.
Volvemos a ceñirnos a los discos fuera de nuestras fronteras, olvidando el producto nacional, los directos (excepto 1), las recopilaciones, los splits compartidos, tal y como hemos hido haciendo con las décadas anteriores, y el resultado final queda así, con 100 discos maravillosos, que siguen haciendo que crea en el futuro y, pese a las ojeras que padece tanta gente, la música sigue viva. Ahí van.
100 discos 10’s
1.- Anathema “Weather systems” (2012)
El impacto que generó esta banda en mí, solo es comparable a la que sufrí de adolescente con The Cult o, en estos mismos años, con los noruegos Motorpsycho. Los había descubierto años atrás, pero fue con su anterior “Falling deeper” cuando ya estaba enredado por completo en su tela de araña. Este disco se convirtió en recurrente porque los problemas de salud que pasaba se unieron a la conmovedora interpretación de sentimientos que decoran todo el disco. Los hermanos Cavanagh demostraban una sensibilidad especial y única que me conmovieron sin medida y pasaron a ser una de mis bandas favoritas de siempre. 9 canciones que consiguen ponerte la piel de gallina.
2.- Motorpsycho “The death defying unicorn” (2012)
Este disco se ha convertido en algo muy especial. No pude ir a verlos, pero 2 amigos que sí fueron siempre me lo recuerdan y no puedo hacer nada más que darles la razón. La banda formada por Hans Magnus Ryan, Bent Saether y Kenneth Kapstad se unió a Stale Storlokken, Ola Kvernberg, la Trondheim jazz orchestra y el Trondheimsolistene (un grupo de cuerda), aunando la propuesta progresiva del grupo con los desarrollos del jazz y el clasicismo impuesto por los instrumentos de cuerda. Una libertad absoluta que se desprende de los 2 discos que lo componen, con temas muy largos y otros que son meros interludios. Es una auténtica maravilla para la que debes ir preparado a lo que vas a escuchar, con los ojos bien abiertos y los oídos sin ningún prejuicio previo.
3.- Pain of salvation “Road salt one” (2010)
Si todavía había alguien en el mundo que no sabía que Daniel Gindelow era un genio, al escuchar este disco, se daría cuenta. No es un tipo al que podemos sopesar como a la mayoría de músicos. Alma mater de la banda y responsable de todas las genialidades que han editado, se encarga de la mayoría de sonidos que te abruman, con la ayuda de los ya conocidos John Hallgren, Leo Margarit y Fredrik Hermansson. La 2ª parte del mismo saldría 1 año después y completan un díptico absolutamente maravilloso de ese metal progresivo tan personal con esa mezcla tan única, liderada por la cantidad de voces que inundan toda la grabación, pero que además es capaz de soltar perlas como la bluesera “Tell me you don’t now” o la cabaretera “Sleeping under the stars”. Una auténtica gozada que está al alcance de muy pocas mentes musicales.
4.- Black Sabbath “13” (2013)
Tras la muerte de Dio no pararon de crecer los rumores de la reunión con Ozzy Osbourne tantos años después. El resultado fue fantástico, con el sonido clásico de la banda y un puñado de canciones geniales. Las iniciales “End of the beginning”, “God is dead?” y “Loner” fueron los singles elegidos y una muestra clara de que estos tipos seguían en una forma espectacular. Con Ozzy a las voces, Tony Iommi creando riffs surgidos directamente del averno, Geezer Butler escribiendo las letras y demostrando que es uno de los mejores bajistas de la historia, y Brad Wilk (batería de RATM y Audioslave) supliendo a Bill Ward que tenía problemas de salud. Además, se pueden añadir 2 puntos que pueden subir más su apreciación porque la producción corre a cargo del reputado Rick Rubin, muy respetuoso y acorde con la leyenda del cuarteto, y hubo una edición que incluía un 2º cd con 4 temas buenísimos que podrían haber compuesto uno de los mejores discos dobles del siglo XXI. Leyendas vivas.
5.- Michael Monroe “Sensory Overdrive” (2011)
Impactante portada de un disco producido por el mítico Jack Douglas, que mostraba la nueva formación de la banda que le acompañaba, con Ginger y Steve Conte a las guitarras, Sami Yaffa al bajo y Karl Rockvist a la batería. Son 11 canciones que todas podrían ser singles, de impacto inmediato, melodías pegadizas y pegada muy potente. “Trick of the wrist”, “’78”, “Superpowered superfly”, “Bombs away” o el cierre con la colaboración de Lemmy en “Debauchery as a fine art” son una delicia absoluta. Tuve la suerte de verlo en esa gira con esa formación y fue absolutamente brutal.
6.- Solstafir “Otta” (2014)
Banda islandesa de post metal que me dejó k.o. con este lanzamiento. Ocho cortes sobre el horario interior de la isla que, en lengua propia, consigue transmitir un montón de sensaciones y vibraciones que, muy difícilmente se consiguen. Era su 5º álbum y, desde entonces, son de obligado seguimiento, con una profundidad e intensidad que me conmueven. 2 guitarras, 1 bajo, 1 batería y una voz espectacular y especial para gritar una música tan única y personal que pasas obnubilado la casi total duración del disco. Alucinante.
7.- Orange Goblin “A eulogy for the damned” (2012)
Banda británica de stoner con un largo recorrido que, por lo menos para mí, graban su mejor disco, con canciones directas y la colaboración de un icono del género como Lee Dorrian en un tema. El inicio con “Red tide rising” y “Stand for something” ya te han abierto los ojos por completo, pero todo el redondo es de una calidad suprema, y la voz de Ben, los pesados ritmos de Martyn y Chris y la imponente guitarra de Joe son tan presentes en los 10 cortes que lo componen que no tienes más remedio que volver a poner la aguja al principio.
8.- The Teskey Brothers “Run home slow” (2019)
Los hermanos Teskey, Josh y Sam, nos regalan un disco clásico, de los que rezumen blues, soul y rock por los 4 costados, con una sensibilidad a flor de piel emanada de la voz y guitarra de ambos. Su impacto fue casi instantáneo y pasaron de cantar en las calles a llenar pabellones y que el público se volcara por completo con ellos. Ese espectacular inicio con “Let me let you down”, recordándonos los años dorados del soul, con Otis Redding, Wilson Pickett o Sam & Dave, hasta que nos damos cuenta que estos tipos no son negros, ni norteamericanos, y el feeling que consiguen transmitir ya te han conquistado por completo y caes rendido ante piezas tan magníficas como “Hold me” o “Paint my heart”, con esa voz tan sensitiva que te eriza la piel y esa música perfecta para acariciar a tu pareja con una entrega sin medida. Música de otros tiempos puesta al día.
9.- Elephants of Scotland “The perfect map” (2016)
Una de esas bandas que no conoces de nada, que ni siquiera los músicos que la forman te dicen algo, pero un amigo te recomienda y, desde la primera escucha, te alucina. Es rock progresivo, de desarrollos largos y técnicamente impolutos, que consiguen que estés 40 minutos en un estado de bienestar y comodidad absolutos. Adam Rabin, John Whyte, Dan MacDonald y Ornan McLean siempre serán culpables de mi acercamiento infinito al mundo del progresivo.
10.- The Temperance Movement “The Temperance Movement” (2013)
Uno de esos discos que deben dejar sin palabras a aquellos que afirman que la música murió hace no sé cuántos años. Es un quinteto británico de rock con raíces y latigazos de blues y hard tan poderosas que pueden conquistar al público de cualquiera de ellos. Liderados por Phil Campbell, desde la primera escucha me alucinaron. Temas como “Only a friend”, “Ain’t no telling”, “Be lucky” o “Know for sure” son maravillosos y llevan un trasfondo tan clásico que estás perdido. Una gozada absoluta.
11.- Armored Saint “Win hands down” (2015)
Una de las buenas noticias de la salida de John Bush de Anthrax fue la rehabilitación de su banda madre y, desde que volvieron a grabar en 2010, no han parado de sacar discos brutales, alargando su nombre dentro del mundo del heavy metal. Me quedo con este porque creo que es mi favorito, aunque bien podría elegir “La raza” o su última entrega. La formación clásica con John al frente como vocalista, los hermanos Sandoval, Phil a la guitarra y Gonzo a la batería, Jeff Duncan con la otra guitarra y la importancia sublime de Joey Vera al bajo, coros, producción y composición, hacen que la espera entre cada álbum sea muy larga. Temas como “Win hands down”, “Mess” o “An exercise in debauchery” inician un disco tremendo, de músculo y fuerza arrolladoras.
12.- Clutch “Earth rock” (2013)
Llegué a Clutch, casi por casualidad, con este disco. Posiblemente me guste todavía más el posterior “Psychic Warfare”, pero este fue un punto de inflexión con ellos. Desde entonces los sigo con devoción y, mejor tarde que nunca, pero no les hice mucho caso anteriormente. Esa mezcla de stoner con un montonazo de influencias blues y hard rock, con una voz tan particular como la de Neil Fallon, se apoderaron por completo de mi tendencia musical y, aunque en esa época era muy extensa, se quedaron para quedarse siempre. Neil, junto a Tim Sult, Dan Maines y Jean-Paul Gaster me transformaron en fan absoluto del combo de Maryland.
13.- Beth Hart & Joe Bonamassa “Don’t Explain” (2011)
Las uniones que el mundo de la música genera son impresionantes. Aquí junta a uno de los mejores guitarristas de los últimos 25 años con una de las voces definitivas del siglo XXI. Son 10 canciones que Joe y Beth adaptan a su estilo tan personal de clásicos de Ray Charles, Etta James, Tom Waits, Billie Holiday o Aretha Franklin, acompañados por unos músicos de primer nivel que Joe solía llevar en su banda como Carmine Rojas al bajo o Anton Fig a la batería, bajo la producción de un maestro como Kevin Shirley. Lo más espectacular es que todas las canciones las hacen propias, destacando por encima de todas el “I’d rather go blind”de Etta que consigue ponernos los pelos de punta. Pero “Chocolate Jesus” de Tom, “Your heart is as black as night” de Melody Gardot o la fuerza extraída del “Something’s got a hold on me” de Etta James también son ejemplo de cómo se hacen las versiones de manera sobresaliente.
14.- The Bellrays “Black lightning” (2010)
La banda de Lisa Kekaula y Bob Vennum no cogían prisioneros y, aunque el éxito se les resistía, seguían regalándonos discos extraordinarios tras la salida de Tony Fate. Su descarga en vivo es una experiencia que todo el mundo debería disfrutar, al menos, una vez en la vida, pero sus trabajos discográficos son una delicia completa desde hace muchos años. Acompañados de Justin Andres al bajo y Stefan Litrownik a la batería, y con multitud de arreglos de cuerda y coros, llegan 10 canciones que recorren todo el universo Bellrays, desde trallazos punkarras impepinables como “Black lightning” o “On top” hasta delicatesen souleras como ”Sun comes down” o “Anymore”, incluso píldoras roqueras de melodías power pop como “Everybody get up” o “Power to burn”. Lisa y Bob son una de esas parejas imprescindibles de los últimos 25 años y no debes dejar de intentarlo si no los conoces porque son una joya. ¿Are you ready to make some noise? Everybody get up!
15.- The Cult “Choice of weapon” (2012)
El noveno álbum de la banda vino, producido por Chris Goss y terminado por Bob Rock, después de haber anunciado que no volverían a grabar ningún disco y sacado sus famosas cápsulas. Con descargas eléctricas como “Honey from a knife”, “The wolf”, “For the animals” o “A pale horse” y caricias sensitivas como “Elemental light” o “Life>Death”, Astbury & Duffy volvían a crear un álbum fantástico, poderoso y con esa variedad que les caracteriza como emblema del grupo. No soy objetivo con ellos y la alegría que me produjo la noticia de este nuevo disco se alarga en el tiempo, y espero que esa extensión dure muchos años más.
16.- Beardfish “+4626-Comfortzone” (2016)
Una de esas bandas a las que considero una locura, que hacen lo que quieren cuando les da la gana. Mucha gente los engloba dentro del metal progresivo más libre, comparándolo con grupos como Bigelf o los clásicos setenteros más alucinógenos, pero siempre he pensado que estos 4 tipos hacen lo que quieren. Este supuso su álbum de despedida y puede que su dueto “Sleeping in traffic” se considere su mejor colección de canciones, pero llegué tarde a ellos y fue con su adiós con el que aluciné. Algunos compadres de un foro de internet me hablaron de ellos y, como casi siempre, hice caso demasiado tarde, pero la satisfacción cada vez que lo pongo es tan grande que siempre son capaces de trasladarme a un lugar mejor. Desde Suecia sabes que algo bueno va a llegar.
17.- Hellsingland Underground “Evil will prevail” (2013)
La banda sueca que puso en el mundo el término Northern Rock apareció en mi vida por culpa, de nuevo, de mi amigo Juanma que me insistió que en ir a verlos porque venían a mi ciudad y me iban a encantar. Y acertó de pleno, nos lo pasamos de maravilla y la simpatía y actitud que demostraron sobre el escenario solo agrandó lo que suena cada vez que pongo este disco en casa. Rock con toques countries, folk, unas melodías fantásticas y una vena libre para que los músicos se suelten. Charlie Granberg, vocalista del combo, es la figura visible y protagonista de casi todo, pero el magnetismo de Peter Henriksson o Martin Karlsson, con guitarra y bajo, o de Henning Winnberg con los teclados, te hacen recordar lo bien que lo he pasado cada vez que los he visto en vivo y hace que este álbum todavía me guste más.
18.- Vektor “Outer isolation” (2011)
Brutalísimo segundo álbum de esta banda de thrash metal técnico con toques black desde Arizona (USA) que me impactó muchísimo cuando los descubrí. Estuve mucho tiempo enganchado a él y su complejidad sonora, con multitud de caras del metal tan extremo como técnico. Voces muy agresivas, velocidad incontrolable, elementos progresivos y una capacidad para provocar la adicción sin ser seguidor de la vertiente más violenta son causas suficientes para destacarlo por encima del montón de lanzamientos que hay cada año. El cuarteto formado por David DiSanto, Erik Nelson, Frank Chin y Blake Anderson siempre me traen el recuerdo del pasado más metalero y gratitud a los compañeros que me lo descubrieron.
19.- New Keepers of the Water Towers “Infernal machine” (2016)
Banda sueca de metal progresivo que metió muchos elementos de otros géneros adyacentes como el doom, stoner, psicodelia, space rock y muchos toques ambientales en su propuesta y que, con este disco, terminó de engancharme por completo. El quinteto formado por Rasmus Booberg, Victor Berg, Björn Andersson, Tor Sjödén y Adam Forsgren cuentan con una discografía corta, pero muy interesante. Aquí son capaces de generar multitud de sensaciones hipnóticas que, con solo 7 canciones, entras en una cápsula espacial alucinógena. Toda una aventura para la que debes estar predispuesto.
20.- Motörhead “The world is yours” (2010)
Álbum dedicado a Dio, recientemente fallecido, que puede que sea el último que me vuela la cabeza de Lemmy y los suyos. Rock and roll con la distorsión a tope, un ritmo imparable y la inconfundible voz del Sr. Kilmister. “Born to lose”, “I know how to die”, “Get back in line”, “I know what you need” o esa despedida anticipada que es “Bye bye bitch bye bye”. Un disco fantástico que deja la figura de Lemmy mucho más allá de la leyenda y su posición incólume en el santoral roquero. Lemmy, Phil y Mikkey siempre estarán ahí por discos como este.
21.- The Brew “Live in Europe” (2012)
El trío británico formado por el bajista Tim Smith, su hijo Kurtis en la batería y ese animal escénico que es Jason Barwick al micro y guitarra han grabado varios discos, pero nada parecido a sus descargas en vivo y sirva este directo como la única excepción a las reglas autoimpuestas por la enorme calidad y descarga adrenalítica que los acompaña siendo solo 3. Recuerdo que el gran Javi Ramone me los recomendó encarecidamente porque no pude verlos en su extinta sala Durango Club. A la siguiente visita a mi ciudad no falté, presentando su disco “The third floor” y grabando este álbum en vivo que hoy traigo y fue espectacular. Presentaban hasta 5 canciones de su último disco y recuperaban 7 temas clásicos de su discografía para completar un álbum fantástico que te trasladaba directamente a aquella noche en que, apenas a 2 metros de ellos, estabas saltando, cantando y gritando con ellos. Además, debo apoyar, que el setlist elegido era perfecto, incluyendo el solo de batería de Kurtis, los solos de Jason y los ánimos constantes de Tim. Una noche para el recuerdo que tengo la suerte de revivir cada vez que escucho este disco.
22.- Candlemass “Psalms of the dead” (2012)
El último disco de Robert Lowe como cantante de la banda sueca fue otra joya más en la discografía del emblema del doom metal mundial. Seguía ofreciendo las mismas constantes de su sonido, profundo, metálico y oscuro. Leif Edling (bajo) era el único miembro original del grupo, aunque la presencia de Mats Björkman y Lars Johansson a las guitarras y Jan Lindh en la batería desde hacía muchísimo tiempo y su unión con Robert trajo discos fantásticos. “Prophet”, “The sound of dying demons”, “Dancing in the temple (of the mad queen bee)” o “Psalms for the dead” son ejemplos de lo que se suponía que iba a ser una despedida por todo lo alto.
23.- Overkill “Ironbound” (2010)
Que la banda de New Jersey es uno de mis grupos favoritos de todos los tiempos y Blitz uno de mis cantantes preferidos, quizás el número 1 si hablamos de thrash metal, es algo que ya debe ser conocido, así que cualquier cosa que hagan me interesa, pero es que además este disco me pareció espectacular, aunando la tradición del combo norteamericano, las influencias de la NWOBHM y la confirmación de Ron Lipnicki como uno de los baterías que más me han gustado desde la 1ª escucha. Bobby y DD seguían al frente y, además de Ron, se confirmaba que la pareja de guitarras que formaban Dave Linsk y Derek Tailer casaban a la perfección. Contiene temas tan increíbles como ese brutal inicio formado por “The green and black”, “Ironbound”, “Bring me the night” y “The goal is your soul” o las finales “Killing for a living” y “The SRC”. La velocidad y la guerra de riffs vuelven a reinar por todo lo alto, en un disco brutal.
24.- Cosmograf “The unreasonable silence” (2016)
Robin Armstrong es un músico y productor espectacular. Multi instrumentista, capaz de reunir a grandes profesionales para grabar discos conceptuales en torno a una idea que ha desarrollado. Este disco se centra en el mito de Sísifo y, aunque él se ocupa de la mayoría de voces, guitarras, bajos y teclados, se rodea de insignes como Nick D’Virgilio con la batería o voces que completan el trabajo y la narración como Linnea Sage o Rachel Hawnt, contando con colaboraciones como Martin Payne, Rihannon Owens o el insigne Steven Wilson. Como siempre llegé a él por una recomendación de un amigo con su anterior “Capacitor”. Me fascinó tanto que lo llevo siguiendo una década y no ha dado ni un paso en falso en su propuesta. Absolutamente mágico.
25.- Suicidal Angels “Bloodbath” (2012)
Otra de esas bandas que revitalizaron el thrash metal en el siglo XXI y que, con este disco, me dejaron totalmente extasiado. Una tralla continua, melodía en dosis contadas, velocidad y ritmo bestial y un puñado de canciones adictivas, que convirtieron a este disco en un habitual en mi reproductor. El cuarteto griego formado por Nick Melissourgos, Panos Spanos, Angel Kirtsotakis y Orfeas Tzortzopoulos grabaron uno de esos discos que hacen imposible que el thrash metal muera, con riffs matadores y temas tan demoledores como “Bloddbath”, “Morbid intention to kill” o “Moshing crew”.
26.- Mono “Nowhere, now here” (2019)
Una de las bandas insignes del post metal viene del país del sol naciente y cada lanzamiento ha sido un descubrimiento y un viaje onírico hacia sonoridades hipnóticas. Este álbum me golpeó especialmente por esa combinación de sensibilidad a flor de piel y explosión sin concesiones que demuestran un manejo de los instrumentos sobresaliente y una inspiración creadora liberadora. Hay momentos en que necesitan liberar toda tu energía y otros en que pides calma y tranquilidad, pero hay ocasiones que lo que necesitas es una banda como los nipones y este disco es un ejemplo perfecto para entrar en ellos.
27.- Long John & the Killer Blues Collective “Heavy electric blues” (2017)
Otro de esos discos que me fliparon desde el minuto 1 de la 1ª canción. Blues rock atomizado, sórdido de sonido moderno y actual, tan oscuro y sucio como te esperas, sudoroso, lúgubre y con una voz cavernosa adictiva. Long John es el máximo responsable, con la guitarra, harmónica y esa voz privilegiada para el género. Acompañado de Danny Page, Jules Fly y Pip Mailing, cuenta con varias colaboraciones para los coros, percusión y teclados. 11 temas que se quedan grabados en tu cerebro al instante.
28.- Riverside “Shrine of new generation slaves” (2013)
La banda polaca ya se había convertido en referente absoluto del metal progresivo y este disco aún contaba con Piotr Gruzinski en la guitarra, que moriría pocos años después. El sonido de la banda ya está perfectamente definido y solo tenemos que cerrar los ojos y disfrutar de cada nota, de cada instrumento, de cada armonía, de cada arreglo, de cada detalle, porque este disco está repleto de todo ello y con un nivel que muy pocas bandas son capaces de lograr. La banda liderada por Mariusz Duda, con el fallecido Piotr, Michal Lapaj y Piotr Kozieradzki marcaron su nombre definitivamente en la historia del género.
29.- Fu Manchu “Clone of the universe” (2018)
Los californianos fueron una de esas bandas que me introdujeron en el stoner y les he seguido la pista desde hace muchos años. En esta época me volvieron a incluir en su grupo de fans con unos discos que me encantaron como “We must obey”, “Gigantoid” o este que nos ocupa. Podríamos dividirlo en 2 partes, 1 primera con 6 temas de corta duración, que profundiza en su clásico sonido, y una 2ª con una única canción de 18 minutos que incluye la colaboración de Alex Lifeson (Rush). No dan lugar a sorpresas y sabemos lo que vamos a encontrar, pero además son canciones que enganchan y desde la primera vez que lo escuché me flipó.
30.- The Pineapple Thief “Someone here is missing” (2010)
Otra de esas bandas surgidas de las islas británicas que facturan discos fantásticos de rock progresivo sin cesar. Este ya era su 8º disco, siempre bajo el yugo de Bruce Soord, fundador, cantante, compositor y responsable de casi todo lo grabado. Aquí cuenta con la ayuda de los músicos que casi siempre han estado a su lado, Jon Sykes, Steve Kitch y Keith Harrison, aunque sea Bruce el responsable de prácticamente todo. Su universo es tan personal como particular, creando canciones que rodean por el rock y el metal progresivo, con gran importancia de las melodías vocales y los arreglos de teclados o cuerda. El cierre con “So we row” es una gozada absoluta.
31.- Pendejo “Atacames” (2014)
El segundo ataque de la banda que nos había vuelto tarumba con su debut dentro del stoner cantando en castellano desde los Países Bajos!!! El Patuso y los suyos ahondaban en su propuesta, presentando un sonido más duro y contundente dentro del género, con unos textos que te incitan a entrar al detalle, con expresiones típicas de Sudamérica, y un tono vocal cazallero y sinvergüenza que consigue meterte en su círculo de amistades. “El verano del 96”, “Uñero” o “Dos” son punta de lanza de un estilo único, con ese cachondeo intrínseco en las letras y la trompeta de El Patuso que da una característica al stoner rock de estos pendejos.
32.- Frost “Falling satellites” (2016)
Súper grupo de neo prog que junta los talentos de 4 músicos de larga trayectoria dentro del género. Jem Godfrey, John Mitchell, Nathan King y Craig Blundell, que habían participado en proyectos eminentes como Arena, Kino o It bites, entregan su tercer disco y, probablemente por ese reposo al que me llevó el devenir, presté la atención necesaria para engancharme. Teclados, violines, guitarras y ritmos predominantes del prog para ensoñar durante los largos desarrollos de sus composiciones y esos maravillosos juegos vocales. Los descubrí con este disco y ya es una obligación seguirlos.
33.- The Sword “Apocryphon” (2012)
Mi amigo Juanma me insiste en que este grupo me va a gustar y, tras escuchar su anterior Warp Riders, quedo obnubilado y caigo con este artefacto al ir a verlos en directo cuando venían a presentarlo a mi ciudad. Stoner, heavy, doom, una mezcla muy poderosa liderada por J.D. Cochise, con su sempiterna gorra, en la voz y guitarra, con un gran despliegue de Kyle con la guitarra, y una poderosísima base rítmica, con Bryan Richie al bajo y Jimmy Vela a la batería. Temas como “Clock of feathers”, “The hidden masters” o “Execrator” se meten en el cerebelo y, tras disfrutar como un niño en su concierto, ya me hice fan para siempre.
34.- Black Label Society “Order of the black” (2010)
Mi debilidad por Zakk cumplía esos años mi devoción absoluta. Siempre he pensado que su poderío con la guitarra supo acompañarlo a la perfección con su voz, y los excesos guitarreros, sobre todo en vivo, se suplían con la melodía y su delicadeza al piano. Aquí se incluye alguno de sus temas que más me gustan, como “Overlord”, “Parade of the dead” o “Riders of the damned”, incluyendo esa versatilidad más sensitiva con composiciones como “Darkest days”, “Time waits for no one” o “Shallow grave”. No soy muy objetivo con Zakk y, por lo menos hasta aquí, me encanta todo lo que ha hecho.
35.- Accept “Blood of the nations” (2010)
Una de las noticias más grandes dentro del heavy metal fue la reunión de los clásicos Accept con un nuevo vocalista que, en los pocos videos que habíamos visto por la red, demostró que había sido un acierto. Puede que prefiera otro disco de esta época, pero este retorno, aunque solo sea por ello, merece estar aquí. El inicio con “Beat the bastards” y “Teutonic terror” nos obligó a desenterrar los viejos discos porque sonaba a la evolución lógica con un cantante perfecto para ellos. Pero seguimos escuchando y temas como “Locked and loaded” o “Rolling thunder” no hacen más que confirmar el acierto. Vinieron varias grabaciones posteriores, tan buenas como “Stalingrad” o “Blind rage”, pero el efecto positivo de esta recepción merece un hueco aquí.
36.- Blackfield “V” (2015)
Casi todo lo que va aparejado a Steven Wilson es símbolo de calidad, pero si te gusta el progresivo se convierte en imprescindible. La banda que formó junto a Aviv Geffen es un ejemplo de ello. Con su 5º álbum demostraron estar en una forma bestial. Todas las composiciones son fantásticas y, aunque Wilson ya hacía tiempo que dijo que abandonaría el proyecto para centrarse en su carrera solista, puso un broche de oro a su colaboración con estos 13 cortes dedicados al ciclo de la vida. Wilson y Geffen se ocuparon de casi todo (voces, guitarras, bajo, teclados, coros), aunque contaron con el apoyo de Tomer Z con la batería y percusión y de Eran Mitelman con algunos pianos, órganos y demás. Yo conocí al grupo por la implicación de Wilson y esos maravillosos foros en que no paramos de descubrir música a diario, y pasan los años y sigues recordando aquella banda que te recomendaron hace tantos años y acabas de descubrir.
37.- Motor Sister “Ride” (2015)
Debut de la banda que formaron Scott Ian y su esposa Pearl Aday junto a Jim Wilson (Mother Superior), Joey Vera (Armored Saint) y John Tempesta (The Cult) para grabar un disco de rock con mayúsculas, poderoso, ágil, vibrante y con una energía desbordante. Jim es el verdadero responsable máximo, encargado de guitarra, voz y composición, incluyendo alguna de las canciones de su banda madre, con la tremenda sección rítmica formada por la guitarra rítmica de Scott, el bajo de Joey y la tremenda pegada de John, junto a las voces secundarias de Pearl en la mayoría de cortes. Un disco que me hizo recuperar la fe en el rock del momento con claras influencias del pasado.
38.- 4Arm “Submission for liberty” (2012)
Cuarteto australiano de thrash metal que nos regaló uno de los discos más emblemáticos del género de los últimos años. Guitarras rápidas y afiladas, sonido duro y dejando la sensación tremenda de ser atropellado por un camión de alto tonelaje. Danny Tomb, Johnny Glovasa, Andrew Hinterreiter y Michael Vafiotis siguen en activo y grabando y sirve este álbum para constatar que el thrash sigue en plena forma.
39.- Katatonia “Dead end kings” (2012)
Suecia es la casa del metal que aúna todas las vertientes del avantgarde: metal, progresivo, heavy, gótico, doom… y Katatonia es una de las bandas emblemáticas del género. Este puede que sea mi disco favorito de ellos, con la profundidad del doom en sonido, la melodía del progresivo en las voces y algunos arreglos propios del avantgarde que lo hacen muy atractivo. Son 11 canciones de gran calado, con la voz de Jonas impregnando de ensoñación todos los textos, y un gran trabajo musical de los 5 componentes del grupo escandinavo, con varios arreglos de teclados, percusiones y coros muy interesantes.
40.- Beth Hart “War in my mind” (2019)
Beth es una de las mejores voces del siglo XXI y puede que este sea uno de sus trabajos más personales. Su espectacular voz, llena de emoción, fuerza y entrega, nos llega a lo más profundo del ser, donde muy poca gente es capaz de llegar. Aquí también se encarga del piano y es autora de la totalidad de las composiciones, con ayuda del productor Rob Cavallo en algunas y de Rune Westberg en otras. El inicio con “Bad woman blues” ya nos mete de lleno en su mundo, pero cortes como “Without words in the way” o “Let it grow” nos muestran la espectacular variedad que es capaz de abarcar, y otros como “Sister dear” nos acercan a su lado más íntimo y personal. Una artista excepcional en todo lo que ha hecho y que, por lo menos yo, la seguiré hasta que ella quiera.
41.- Wo Fat “The Conjuring” (2014)
Banda tejana, cabeza del stoner más profundo y siniestro. Liderados por Ken Stump, nos traen un sonido lúgubre y siniestro, tétrico y sombrío, no dejando ninguna duda de lo que estamos escuchando. Tan solo son 5 canciones, de una oscuridad tan intensa, larga y cerrada con esa coda cavernosa de más de 17 minutos que es “Dreamwalker” que te dejan hecho polvo y extasiado del camión que te acaba de pasar por encima. Un trío compuesto por Ken, Tim Wilson al bajo, de sonido tremebundo, y Michael Walter a la batería que no dejan indiferente a nadie. Tremendos.
42.- Havok “Unnatural selection” (2013)
El descubrimiento de esta banda se lo debo enteramente a mi amigo Juanma. El anterior “Time is up” ya me lo recomendó, pero cuando llego este acepté en catarlos y ya me fliparon. Además, tuvimos la suerte de verlos en mi ciudad con Savage Messiah y Angelus Apatrida y nos volaron la cabeza. El cuarteto liderado por David Sanchez se han convertido en un imprescindible cuando quiero recurrir a thrash metal actual y este disco es el elegido en multitud de ocasiones. “I am the state”, “Give me liberty or give me death”, “Under the gun” o “Chasing the edge” son temas frontales y directos que te atacan sin medida. Bestiales.
43.- Joe Bonamassa “Dust bowl” (2011)
Joe seguía a un ritmo endiablado, sacando discos sin parar, con esa mezcla tan particular de versiones de clásicos y composiciones propias, pasadas por el tamiz Bonamassa y la producción de Kevin Shirley. Con una plantilla fantástica, con Carmine Rojas al bajo, Anton Fig a la batería y Rick Melick a los teclados, cuenta con una serie de colaboraciones de escándalo como John Hiatt, Glenn Hughes, Beth Hart o Reese Wynans. Aborda covers de John Hiatt, Free, Little Walter o Barbra Streisand, casos de “Tennessee plates”, “Heartbreaker”, You better watch yourself” o “Prisoner”, con la misma soltura que sus propias creaciones, caso de “Slow train”, “Dust bowl”, “Black lung heartache” o “The whale that swallowed Jonah”, y todas suenan compactas, como si fueran suyas, logrando pasarlas por un colador propio.
44.- Steven Wilson “The raven that refused to sing (and other stories) (2012)
La carrera de Steven le ha hecho un imprescindible cuando se habla de progresivo y sus lanzamientos con Porcupine Tree, Blackfield o en solitario podrían copar buena parte del género, pero me decanto por este de su carrera en solitario. Narrando cuentos de fantasmas, graba 6 canciones de larga duración, acompañado por un puñado de músicos de confianza, aunque sea él quien se encarga de un montón de instrumentos, la composición y la producción con la ayuda de Alan Parsons. Onírico, tenebroso y ensoñador, demostrando que este tipo está hecho de una pasta especial para transmitir sensaciones.
45.- Black Country Communion “Black Country” (2010)
Una de esas mega bandas surgidas por la casualidad que un prestigioso productor convierte en realidad y la calidad de su producto le da cierta continuidad y nombre. Glenn Hughes y Joe Bonamassa se unieron por lo bien que habían cuadrado tocando juntos en un evento, y el productor Kevin Shirley les propuso grabar un disco con Jason Bonham a la batería y Derek Sherinian a los teclados. El resultado fue un poderoso armamento de rock lleno de fuerza, variedad y la combinación de unos músicos extraordinarios. Temas como “Black country”, “The great divide” o la revisión del clásico de Trapeze “Medusa” lo convirtieron en un obligatorio.
46.- Carolyn Wonderland “Peace meal” (2011)
Los estertores de un foro en el que conocí a mucha gente a la que ahora considero amigos me llevaron a conocer mucha música que, sabiendo que me gustaría, me entusiasmó. La cantante y guitarrista estadounidense es de mi generación y, pese a que ya llevaba una trayectoria estable detrás, la conocí con este disco pleno de rock e influencias blues, dejando claro que, si te gusta eso, era indispensable. No solo hacía fantásticas versiones, que hacía propias, de clásicos de McKinley Mongarfield, Janis, Dylan o Elmore James, es que además presentaba varias composiciones propias que no desentonaban en absoluto y podrían pasar por clásicos igualmente. Una voz poderosa y personal y un uso de la guitarra preciso la convierten en un referente en mi casa.
47.- Sick of it all “Based on a true story” (2010)
La banda neoyorkina de hardcore ya debería haber salido en esta sección, pero sirva este guantazo en la cara para cubrir esa tara. Cortes directos, agresivos, vitales, de menos de 3 minutos, que me volaron la cabeza al empezar la segunda década del nuevo siglo. El inicio con “Death or jail”, “The divide”, “Dominated” y “A month of Sundays” es abrumador, salvaje, un fórmula 1 desbocado sin medida. Lou, Pete, Craig y Armand blasfeman sin parar a grito pelado y a toda velocidad.
48.- Black Stone Cherry “Magic mountain” (2014)
Tras dos pelotazos brutales, el tercer disco de la banda me decepcionó muchísimo y, puede que por ello, el volver a la senda del hard rock, donde son maestros en complementar el riff brutal y la melodía preciosista, me hicieron volver a creer en ellos. Cualquiera de los 13 temas incluidos son una perfecta muestra de lo que este cuarteto de Kentucky ejecuta a la perfección. Esa muestra de hard rock metalizado con toques southern y melodías roqueras me engancharon desde el principio y siempre serán un recuerdo imborrable de años en que la ilusión estaba de nuevo por las nubes.
49.- The Steepwater Band “Clava” (2011)
La banda de Chicago siempre ha sido una preferencia en mi caso. Aquí presentaban su último disco de estudio como trío antes de la llegada de Eric Saylors, y presentaban un fantástico álbum con 10 canciones que te recuerdan el impacto que fue descubrirlos años atrás. Temas como “Remeber the taker”, “Vanishing girl”, “Come on down”, “Love never ends”, “High and humble” o “Off the rails”, cualquiera vale para traerte a la mente buenos recuerdos, ritmo, buen feeling e invitarte a verlos en vivo porque son mucho mejores en directo. Jeff Massey, Tod Bowers y Joe Winters sellan una etapa espectacular en su discografía. El futuro les devolvería al formato cuarteto y allí estaríamos, pero eso ya es otra historia.
50.- Avatarium “The girl with the raven mask” (2015)
Su aparición fue una gran sorpresa para los que gustamos del doom metal, pero al investigar descubrimos que la figura de Leif Edling está detrás y todo cuadra. La formación del grupo y parte de la composición es cosa suya, aunque sus problemas de salud han ido delegando al resto de músicos que forman la banda sueca mucha responsabilidad. La perfecta mezcla del sonido cavernoso del doom con la voz de Jeannie-Ann Smith es espectacular y aquí consiguen grabar un disco fantástico, repleto de todo lo que debe contener un álbum del género.
51.- A perfect circle “Eat the elefant” (2018)
La banda de Maynard James Keenan (Tool) y Billy Hower (Ashes divide) siempre ha sido algo especial. Tras un largo parón volvían al estudio para grabar otra de esas joyas ocultas que dejan claro que su visión del metal progresivo es única y muy personal. La combinación de los textos y particular voz de Maynard y la enrevesada música creada por Billy lo convierten en un disco especial, mi favorito de su discografía.
52.- Blackberry Smoke “Holding all the roses” (2015)
La banda de Georgia ya se había consolidado en el mercado norteamericano del country rock y southern, y el talento de su líder Charlie Starr ya no era ningún secreto. Este cuarto lanzamiento seguía demostrando que estaban en la cima del género y las 12 composiciones que lo forman son un abanico perfecto de la propia banda formada por el propio Charlie, Richard Turner, Paul Jackson, Brandon Still y Brit Turner. Desde que los vi presentando “Little piece of dixie” los he seguido y, aunque puede que “The whippoorwill” (2012) o “Find a light” (2018) salen más en las conversaciones, este disco está entre mis favoritos de la década.
53.- Haken “Affinity” (2016)
Estamos ante otra de esas bandas británicas de metal progresivo que se han convertido en referentes absolutas del género. Yo los conocí con este disco y los he ido siguiendo desde entonces porque esa habilidad para hacer lo difícil fácil me conquistó. El dominio de las voces melódicas, pese a la colaboración de Einar Solberg (Leprous) en el tema más largo del álbum, los cambios de ritmo constantes, la presencia importantísima de los teclados y esas letras que intentan averiguar la función de las máquinas en el futuro de la humanidad dan un plus al trabajo del sexteto.
54.- Rival Sons “Hollow bones” (2016)
El quinto álbum de la banda californiana de hard rock terminó de convencerme por la insistencia de mi amigo Pepo, que siempre los defendía como una de las grandes agrupaciones roqueras de la actualidad. Me costó pillarles el punto, pero se lo pillé y empecé a ver cosas a las que no había prestado atención. Muestran un estilo muy personal, alejado de las formas habituales dentro del hard rock, aunque son reconocibles dentro del género. Este disco es de los que me gusta, 9 canciones, menos de 40 minutos con una portada muy molona y 4 tipos haciendo lo que les gusta y recordándonos por qué nos apasiona esto del rock.
55.- Long Distance Calling “Trips” (2016)
Banda alemana de progresivo que me tiene enganchado hace muchos años. Sus trabajos presentan la mayoría de temas instrumentales, aunque suelen invitar a vocalistas para prestar su voz a unos cuantos cortes. Aquí nos regalan 9 canciones, de las que 4 son cantadas y 5 instrumentales, con desarrollos largos en algún caso y muy versátiles, con gran trabajo de las bases rítmicas de Jan, Janosch y Martin, y una gran elaboracón atmosférica de las guitarras de David y Florian. Me encanta su estilo y, quizás podría haber elegido su posterior “Boundless” (2018), pero sirve de ejemplo perfecto para lo que practican con maestría.
56.- Danko Jones “Below the belt” (2010)
Trío canadiense de hard rock liderado por Danko que despliega todas sus armas con este artefacto de hard rock directo a la cara. 11 canciones de fuerza irresistible y melodías muy pegadizas. Temas como “I think bad thoughts”, “Tonight is fine” o “Had enough” entran de lleno entre sus mejores composiciones y el apoyo de J. Calabrese y D. Cornelius con las bases rítmicas y coros son de una importancia suprema. Tuve la suerte de verlo hace poco más de 1 año y seguía tan fresco, simpático y enérgico como siempre.
57.- Cathedral “The guessing game” (2010)
Lee Dorrian es el responsable de prácticamente todo lo que hace la banda y este disco doble es otro ejemplo. Considerado uno de sus mejores álbumes, es un ejemplo de la adaptación del clásico doom metal a la actualidad del momento. Una intro corta para cada disco, con temas largos, profundos y contundentes que consiguen que, la casi hora y media de duración, pase en un suspiro. Siempre me ha gustado el doom y Candlemass siempre está en lo alto de preferencias, pero este disco es especial por los momentos en que decido ponerlo, siempre especiales para prestarle la atención adecuada.
58.- Blues Pills “Blues pills” (2014)
Formación multinacional, sueca, norteamericana y francesa, que se adentra en el blues rock pantanoso y oscuro, en parte gracias a su vocalista Elin Larsson, poseedora de una garganta prodigiosa de la que surgen multitud de matices para un género tan trillado. La guitarra del francés Dorian Sorriaux y las bases del bajista Zack Anderson y el batería Cory Berry dotan al conjunto de un atractivo que encumbran las líneas vocales de Elin dotándola de un halo especial. Cortes como “High class woman” o “Devil man”, con la que se dieron a conocer, son geniales y dan un aspecto diferente y variado al blues vestido con rock y psicodelia a partes iguales.
59.- Bigelf “Into the maelstrom” (2014)
Damon Fox ya me había demostrado que es un tipo especial, pero este disco es el que más me ha gustado de toda su producción, pese a la desbandada que sufrió el grupo, llegando Mike Portnoy y Luis Maldonado para colaborar en la grabación. Es un disco espectacular, con desarrollos directos y que engancha, dejando cortes como “Alien frequency” o “The profesor & the madman” que sirven de ejemplo para prestar toda la atención que merece.
60.- I can lick any sonofabitch in the house “Sounds of dying” (2010)
Una banda que suena a sudeste estadounidense por los 4 costados, y podría ser de Arkansas, Louisiana, Alabama o Tennessee y, sin embargo es del noroeste norteamericano. Rock and roll de raíces que podría ser un disco en solitario de Izzy Stradlin vitaminado, pero que sorprende por lo bien que suena y lo trabajado que está. Country rock, southern, folk, rock and roll, todo lo que esperas oír de un tipo tatuado, con barba, gorra calada, voz cazallera y una historia vital dura tras él. Una de esas joyas que disfrutas al 100% y los compañeros de la antigua web en que escribía me descubrieron. Siempre gracias a los buenos recuerdos.
61.- Hardcore Superstar “Split your lip” (2010)
Esta banda es el ejemplo de esos grupos que deberían gustarte sin medida y, hasta su 8º trabajo, solo me gustaban temas sueltos de sus anteriores discos. La actitud, la energía, el sonido…, por fin terminaron de conquistarme. El cuarteto sueco confirmaba a Adde en la batería, pero las furiosas guitarras de Vic Zino, los coros de Martin Sandvik al bajo y la presencia y agresividad de Jocke al cantar himnos como “Sadistic girls”, “Last call for alcohol” o “Split your lip” terminan por noquear a cualquiera con esa mezcla de sleaze/hard rock con actitutd punk y fuerza heavy.
62.- Tedeschi Trucks Band “Revelator” (2011)
Unas de esas bandas mágicas que surgen de la unión de 2 monstruos en sus respectivos campos. Susan Tedeschi es una cantante de blues y Dereck Trucks es un guitarrista surgido de la familia Allman Brothers, con un talento y un estilo propio que viste de elegancia y delicadeza cada cosa que afronta. Ambos son pareja y, tras el parón de sus respectivas bandas, montaron una propia para trabajar juntos en casa y estar con su familia. Lo que nació ahí fue tan especial que ya llevan 4 o 5 discos de estudio y 2 o 3 en directo, demostrando la exquisita sensibilidad que son capaces de dotar a sus composiciones conjuntas. La elección de este disco es simplemente porque es el 1º, con el que los conocí, sin más profundidad, pero igual de maravillosos son “Made up mind” o “Signs” o cualquier otro. Una caricia que te eriza la piel en forma de música.
63.- Suicidal Tendencies “World gone mad” (2016)
La banda de Mike Muir me enganchó hace muchos años, pero hacía bastante que un disco suyo no me volaba la cabeza como este lanzamiento. La inicial “Clap like Ozzy” ya te abre los ojos y el compás desenfrenado y cadencia rítmica de todas las canciones hacen que te muevas sin parar, que Mike vuelva a ser el tipo que te hacía saltar 25 años antes y temas como “Living for life” o “Get your fight on!” se te queden grabados en la cabeza como cualquiera de sus clásicos. Luego te enteras de la aparición del gran Dave Lombardo tras la batería junto al clásico Dean Pleasants a la guitarra. Si aún piensas que los abanderados del crossover hace tiempo que no están, dale una escucha porque caerás.
64.- Gazpacho “Missa atropos” (2010)
Banda noruega de rock progresivo que no es muy conocida porque vive alejada voluntariamente de los grandes sellos discográficos, siendo ellos mismos los que se encargan de todo. Aquí ahondan en la mitología griega, dedicando a Atropos, una de las diosas del destino, la concepción de estos 13 cortes de desarrollos largos, para narrar la historia que lleva aparejada. Un sexteto formado por Jan-Henrik Ohme, Jon-Arne Vilbo, Kristian O. Torp, Lars E. Asp, Thomas Andersen y Mikael Krúmer que han lanzado más de una decena de discos buenos, aunque puede que este sea mi preferido.
65.- Black Water Rising “Electrified” (2017)
El cuarteto formado por Rob, Johnny, Mike y Oddie no tiene una discografía extensa, pero sí notable, y cualquiera de los discos que elijas lo vas a disfrutar de manera irremisible. Su hard rock vitaminado con pinceladas de progresivo y southern metal te enganchan a la primera, con un sonido poderoso y cristalino. Hay bandas que no sueles recordar, pero cuando sale su nombre sabes que te gustan y mucho. Esta es una de ellas, y no han fallado nunca.
66.- Airbag “Identity” (2009)
Banda noruega de prog rock que convierte cada lanzamiento en un viaje ensoñador. El quinteto proveniente de la infancia escolar aúna varias de las propuestas que convierten al género en algo más. En el nuevo siglo se ha expandido sin medida su influencia y diversificado abiertamente sus proposiciones. Hace 30 años ni habría mirado este tipo de sonidos, pero la vida te hace crecer y te lleva a sitios que no esperabas y, durante el siglo XXI, ha ido creando una querencia especial por estas expresiones menos directas y de contemplación, y los noruegos son una de mis preferencias. Podría haber elegido cualquier álbum, pero este sirve de ejemplo para mostrar lo que intento explicar. Asle, Bjorn, Anders, Henrik y Jorgen siempre merecerán mi atención.
67.- The Magpie Salute “High water” (2018)
La cantidad de movimientos que han generado los hermanos Robinson han provocado el nacimiento de varios proyectos. Uno de ellos mostraba a Rich como cabeza visible, aunque le acompañaron algunos antiguos compañeros de los Cuervos como Sven Pipien y Marc Ford y otros de su banda solista como Matt Slocum y Joe Magistro. Se unió al vocalista británico John Hogg, líder de Moke, y sacaron un par de discos maravillosos que nos demostraban el grado de inspiración por el que pasaban. Este debut me impactó más, probablemente, por ser el primero, pero su continuación es tan magnífico como este, con todos los colores que las guitarras de Rich y Marc son capaces de pintar, más el añadido de unos arreglos fantásticos y un cantante con luz propia, que les da un color especial y una tonalidad fantástica a esos ramalazos blues, southern y hard.
68.- Transatlantic “Kaleidoscope” (2014)
Nos topamos con una de las súper bandas por excelencia, con Neal Morse (Spoke’s beard), Roine Stolt (The Flower Kings), Pete Trewavas (Marillion) y Mike Portnoy (Dream Theater), convirtiendo un disco en algo mágico. Son 5 composiciones, la inicial y la final son cortes épicos, divididos en partes, con duraciones larguísimas (25 y 31 minutos) y 3 canciones más de duración media, para dar rienda suelta al virtuosismo y maestría de cada uno de sus miembros con los instrumentos, pero dando coherencia y sentido a más de 75 minutos de música complicada y que requiere toda tu atención para valorarla apropiadamente. Un lujo para amantes del género.
69.- Battalion “Underdogs” (2010)
Banda suiza de thrash metal que publicó un álbum directo, fresco, con mucho ritmo e impactante. Silvan Etzensperger, Cyril Etzensperger, Lukas Marti y Samuel Riedner consiguen reconfortarte con un género que vivió su nacimiento hace muchos años y que los grandes nombres acaparan la atención. Sin embargo, temas tan adictivos como “Thrash maniacs” o “”Headbangers” consiguen que creas en las nuevas generaciones.
70.- Testament “Dark roots of earth” (2012)
Las leyendas del thrash metal californiano siguen sacando discos brutales tantos años después. Con una de sus formaciones más clásicas, con Chuck Billy al frente, Alex Skolnick y Eric Peterson a las guitarras, Greg Christian al bajo, en su última grabación con ellos, y Gene Hogland a la batería, que retornaba eventualmente para ayudarles por la lesión sufrida por Paul Bostaph. Ese inicio tan bestial con “Rise up”, “Native blood”, “Dark roots of the earth” y “True american hate” ya me habían ganado y me dejaron claro que la alegría que me llevé tantos años antes con aquel “Live in London” que anunciaba su retorno no era pasajero y cada lanzamiento suyo despiertan un interés inmediato y, tras escucharlo atentamente, siempre caigo rendido ante ellos. Pude verlos en una de esas giras posteriores con Steve DiGiorgio al bajo y Gene Hogland a la batería y, pese al horrible sonido que llevaban fue una gran noche.
71.- Layla Zoe “Sleep Little girl” (2011)
Cantautora canadiense de blues rock con una clara influencia de las grandes voces del género como Janis Joplin o Etta James. Se acompaña de un par de músicos que se encargan de guitarras, bajo, batería y teclados, caso de Henrik Freischlader y Moritz Fuhrhop, pero el protagonismo total es de su voz, tan particular y personal, dura, rasposa y agresiva. Temas como las iniciales “I’ve been down” o “Give it to me” ya te han ganado y escuchas las 10 canciones que componen el disco con un placer nada culpable.
72.- Russian circles “Guidance” (2016)
El descubrimiento de esta banda se lo debo a mi amigo Vicente que, sabiendo mi inclinación hacia el post metal y demás variantes cercanas, me insistió en escucharlos. Caí rendido a esa propuesta tan ambiental de sonidos duros y melódicos acolchados por una manta ambiental que lo cubre todo. Y este álbum es mi preferido de la banda de Chicago liderada por Brian Cook, instrumental y de desarrollos prolongados y pacientes, con explosiones controladas.
73.- Graveyard “Hilsinglen blues” (2011)
Banda sueca de hard rock con muchas influencias escandinavas, donde igual vemos detalles folk nórdicos o claras influencias norteamericanas clásicas. Este 2º álbum que publicaron llegó a boca de todos los aficionados al género y, todavía hoy, te saca la sonrisa porque es uno de esos discos elegidos por muchos. Formación clásica de 4 músicos y disco de 9 cortes que no llegan a los 40 minutos que nos retrotrae a otros tiempos. Gran álbum.
74.- Rush “Clockwork angels” (2012)
El último disco de estudio de los canadienses debe salir en esta lista sí o sí. Pero es que además es fantástico y la forma en que está el trío de virtuosos que lo componen es envidiable. Normalmente es Neil Peart el que se encarga de las letras y sucesión narrativa de los discos, pero aquí lo encarga a su amigo novelista Kevin Anderson, y el trío pudo centrarse en la música, siempre envueltos en giras y proyectos varios, grabando un disco para el recuerdo y no solo por ser el último. Temazos como “Caravan”, “Clorkwork angels” o “Seven cities of gold” lo certifican y es una despedida por todo lo alto.
75.- Onslaught “VI” (2013)
El caso de Onslaught es muy curioso porque ha tenido una carrera repleta de baches, con muchos cambios de formación, parones largos y una incertidumbre constante a su alrededor. Sin embargo, cada vez que sale un disco suyo, son de escucha obligada y terminan por conquistarme de nuevo. De hecho he tenido una duda muy grande entre “Sounds of violence” y este, terminando por decantarme por este al volver a escucharlos y, desde esa intro instrumental llamada “A new world order”, y su entrada con “Chaos is King”, volver a engancharme de manera irrefutable. Tras él, volvió a haber un parón y Sy Keeler o Andy Rosser se bajarían del barco, pero se han convertido por derecho propio en mi banda thrasher preferida salida de las islas británicas.
76.- Kenny Wayne Shepherd “The traveller” (2019)
Su investigación constante por la historia del blues le devolvió a la escena más actual, y presentaba 10 canciones con el protagonismo absoluto de Kenny, rodeado de Noah Hunt en las voces, haciendo más reconocible su sonido, y multitud de arreglos en los teclados de Marshall Altman y Jimmy McGowan, los vientos de Joe Sublett y Mark Pender o las percusiones de Chris Layton y el propio Marshall. Puede que sea su disco más mainstream pero el sonido alcanzado es espectacular, mezclando temas propios con versiones de Neil Young o Joe Walsh. Kenny ya hace mucho que se convirtió en un indispensable y ahí sigue.
77.- Baroness “Yellow Album” (2012)
La banda norteamericana de Savannah llevaba años presentando su personal estilo de metal, con toques sludge, stoner, heavies…, que aquí desembocaron en algo más personal, despertando muchas más cosas y acercándose a otros sonidos más evocadores. Lo grabaron como trío, con John Baizley, Pete Adams y Allen Bickle, aunque poco después sufrirían muchos cambios y fue sonado el accidente que sufrieron en la gira europea. La mayoría de fans prefieren su etapa más agresiva, aunque a mí me gusta sobremanera esta versión más ensoñadora e íntima. Se publicó conjuntamente con “Green Album”, aunque prefiero el amarillo.
78.- The Vintage Caravan “Voyage” (2014)
Banda islandesa de hard rock con muchas influencias stoner, blues, psicodelic…, con una energía y una potencia abrumadoras. Un trío vigoroso formado por Oskar Agustsson, Alexander Numason y Guojon Reynisson, que facturan 9 canciones intensas y profundas que nos invocan a bandas enormes del pasado roquero y a grupos que lideran el “retro rock” de la época más actual por partes iguales. Un disco fantástico, con un inicio adictivo y poderoso que ya te engancha hasta el final.
79.- The Dust Coda “The Dust Coda” (2017)
Banda británica con cantante australiano de hard rock and roll con una vitalidad y energía desbordantes, y una variedad en su proposición que me conquistó desde el principio. Este es su álbum debut y presentan sus propuestas para entrar en el complicado mundo del r’n’r cuando imperan otras propuestas. Roqueros, directos, pero con muchos matices que los hacen muy interesantes. A mí me unieron a su lado desde la primera escucha. Hay géneros tan trillados que es difícil encontrar un grupo nuevo que te llegue, pero estos 4 tipos lo lograron de inmediato.
80.- Agalloch “The serpent & the sphere” (2014)
La banda ya se había convertido en algo único e imprescindible cuando buscaba algo distinto a lo que solía escuchar. Esa mezcla de progresivo con toques folk, pagan metal y black los convirtieron en algo especial. Este sería su último larga duración y, seguramente, uno de los que mejores críticas recibió. Canciones largas y atmosféricas, con ese aura de misterio y suspense que siempre llevaron aparejados. Presentaban su alineación más conocida y longeva, con John Haughm, Don Anderson, Jason W. Walton y Aesop Dekker y, siempre me trae recuerdos de un compañero en estas tareas de escribir de mi antigua casa, uno de esos tipos que lleva el sarcasmo aparejado a su nombre. Un abrazo fuerte Ángel, galego socarrón.
81.- Little Caesar “American dream” (2012)
Una de las bandas que descubrí al iniciar la década de los 90, en plena adolescencia y, desde entonces les he seguido la pista. Su debut está en mi top pero, tras su regreso pocos años atrás, me siguieron demostrando que tenían una clase especial. El especial timbre de voz de Ron Young, y ese hard rock con tantas influencias clásicas, rezumando soul y raíces por todos lados, me maravilla. Además, tuve la suerte de verlos en una de sus giras por Europa pocos años después y la química que recibí estando en 1ª fila cantando con ellos fue brutal. Una de esas bandas que sea donde sea, cuando sea o por el motivo que sea, me pone el ON en mi modo vital.
82.- Big Big Train “Grimspound” (2017)
Otra de esas bandas inglesas de rock progresivo que inundaron la escena con trabajos notables, sin parar de grabar y mostrando un talento desbordante con una técnica musical escandalosa. El bajista Greg Spawton es el único miembro original que queda, pero ya hace tiempo que insignes nombres como Nick D’Virgilio o Rikard Sjöblom se unieron al combo. Son solo 8 canciones, algunas de larga duración, que consiguen envolverte en su abrazo constante de depurada técnica musical. Yo agradezco el descubrimiento de todas estas bandas a los Perros Verdes hace casi 20 años.
83.- Antimatter “The Judas table” (2015)
Otra muestra exquisita del rock progresivo actual, muy evocador y consciente de los sentimientos que transmite. La banda de Mick Moss, que se encarga de casi todo (voz, composición, guitarra, teclados…), es ejemplo de la cola que bandas como Anathema llevan aparejadas desde que cambiaron su exposición a territorios más ambientales. Su sonido oscuro es perfecto para la historia de traición que narra. La voz de Mick te envuelve por completo y la hipocresía imperante en la sociedad actual sirve de texto narrativo para no tener que esconderte ante las melodías depresivas de los 10 cortes que lo componen. Pura magia.
84.- Moonspell “1755” (2017)
La banda portuguesa es una de esas excepciones dentro del llamado gothic metal, con tantas influencias y tantas variables de su sonido que, hasta los que no disfrutamos del género, encontramos un montón de cosas atractivas que terminan acercándonos a ellos, su sonido y su propuesta. Este disco conceptual sobre un terremoto ocurrido en Lisboa es una clara muestra de ello. Con ese sonido oscuro impuesto por las guitarras de Ricardo, los tenebrosos ritmos de Pedro y Miguel, y la inconfundible voz de Fernando Ribeiro, siempre al frente del combo luso, haciendo que su imagen y garganta sean tan representativas.
85.- Leslie West “Unussual Suspects” (2011)
Una leyenda como Leslie seguía grabando discos fantásticos y aquí contó con la colaboración de insignes guitarristas como Slash, Joe Bonamassa, Zakk Wylde o Billy Gibbons para reseñar otro álbum lleno de rock, de blues, de southern rock, de hard rock, etc… para el sello especializado Provogue. Sus años en Mountain lo convirtieron en un mito y, tantos años después, seguir viendo su nombre en la portada de un disco ya es una delicia, pero cuando lo escuchas te das cuenta que sigue siendo un personaje irrefutable y su talento creativo sigue ahí. Una delicia.
86.- Jared James Nichols “Black magic” (2017)
Un guitarrista estadounidense que venía a suplir a esa cantera de maestros de las 6 cuerdas que, a base de músculo y guitarrazos, nos conquistaron hace muchos años. Al estilo Ted Nugent o Leslie West, Jared estaba construyendo una carrera sólida. Tocando la guitarra y cantando se había hecho un hueco entre los seguidores del género con apenas un par de discos. En esta gira pasó por mi ciudad con Laura Cox y unos galeses que nos volaron la cabeza llamados Wolf Jaw. Su imponente presencia, actitud y maestría con las 6 cuerdas nos conquistó y, desde entonces, no he podido evitar seguirlo, dando pasos siempre hacia adelante. La siguiente vez que lo vi, después de la pandemia, había multiplicado su cuerpo por 2 y el disco que presentaba me gustó más que este.
87.- Mastodon “The hunter” (2011)
Tratar de igualar la maestría que demostraron con “Crack the sky” era casi imposible, pero en este homenaje a un hermano de Brent Hinds fallecido durante la grabación, seguían demostrando que son una de las bandas más punteras del siglo XXI. Algo más accesible que sus anteriores trabajos, pero musicalmente tan duro como los anteriores, los juegos de voces tan característicos de sus composiciones y la complejidad instrumental siguen ahí para componer un disco redondo.
88.- Alice in Chains “The devil put dinosaurs here” (2013)
Supuso la confirmación de que la banda iba en serio con William Duvall como cantante. Ahonda en su propuesta, con Jerry Cantrell como cabeza visible en la composición, guitarra solista y muchas voces. La unión con Mike Inez al bajo y Sean Kinney a la batería era indisoluble y la ratificación de DuVall les asentó definitivamente como banda. Soy muy fan de los AiC clásicos, pero me pareció que habían hecho lo mejor y William les entró como un guante perfecto. Además, añadían temas como “Hollow” o “Lab monkey” a su repertorio que no sonaban nada ajeno.
89.- Weedpecker “Weedpecker” (2013)
Espectacular cuarteto que se presenta en sociedad con un disco mágico, de esos que son capaces de hacerte viajar con su mezcolanza de sonidos espaciales, derivados del stoner, doom o psicodelia desértica que te envuelve en una aureola ensoñadora. Son solo 6 canciones, 4 de más de 5 minutos, con una espectacular portada, que me hizo seguirlos desde entonces y nunca me han defraudado. Una gozada absoluta.
90.- Y&T “Facemelter” (2010)
Un disco especial de una banda especial. Hacía mucho que los habíamos olvidado pero, este disco y la muerte de su bajista Phil Kennemore, los trajeron de vuelta a nuestra memoria. Dave Meniketti seguía siendo la cabeza visible, con esa maestría con la guitarra y esa voz tan personal, acompañándose de John Nymann con la otra guitarra, Mike Vanderhule a la batería y el último trabajo de Phil al bajo, ayudando todos con una de las marcas de la casa, esos fantásticos coros y segundas voces. Temas como “On with the show” o “I want your money” sirven de ejemplo y, poco después, tuve la suerte de verlos en directo y Dave resplandecía tanto en vivo como en estudio. Espectacular.
91.- Monster Magnet “Mastermind” (2010)
Hacía tiempo que no seguía de cerca a Dave y sus huestes, pero al enterarme que Ed Mundell abandonaba la banda, acudí a este adiós y me gustó mucho lo que escuché. Con el paso de los años me ha ido gustando cada vez más y, sabiendo que Dave Wyndorf es la esencia del grupo, la importancia de Ed con sus guitarras es inamovible. Seguían y siguen siendo referente de ese stoner que mezcla space rock y psicodelia con esencias de muchos botes y un sonido propio que siempre me ha gustado.
92.- Radio Moscow “New beginnings” (2017)
Una banda que me interesó mucho en sus inicios, con ese revival de blues/rock/psicodelia de finales de los 60, con power tríos tan molones como Cream o la Experience de Jimi Hendrix, pero después de verlos en vivo, dejé de seguirlos porque se mostraron muy fríos. Aquí recuperé mi interés por ellos por la fuerza y energía que se desprendía de sus composiciones, con la presencia imprescindible de Parker Griggs (voz, guitarra, composición, producción, mezcla…), dotando de personalidad a los múltiples efectos que escuchamos. 10 cortes de acid rock añejo con el acompañamiento de Anthony Meier el bajo y Paul Marrone a la batería, en su única producción para Century Media.
93.- Pearl “Little inmaculate White fox” (2010)
Pearl Aday es la hija adoptada de Meat Loaf, casada con Scott Ian (Anthrax) y asociada con Jim Wilson, Marcus Blake y Matt Tecu (Mother Superior) para este proyecto, contando con colaboraciones de lujo como Jerry Cantrell o Ted Nugent, y todo ello te obliga a escucharlo. Cuando lo haces es una delicia porque me retrotrae a toda aquellas voces femeninas que tanto me gustan, con fuerza, con personalidad, pero con una banda real detrás, tocando canciones fantásticas (la mayoría compuestas por Jim y Marcus), incluyendo una versión de uno de los cortes más roqueros de la carrera de Tina Turner. Si te gustan Janis o Tina, si te gustan Dana o Beth, debes escucharlo si no lo has hecho porque desprende rock, blues, soul, hard, todo ello sonando de maravilla con una voz genial.
94.- Electric Mary “Mother” (2019)
Quinteto australiano que practica un hard rock clásico, con un vocalista muy personal y canciones que enganchan. Mucha gente dice que hace mucho que la música no vale la pena, que no hay nada nuevo, que patatín, que patatán…, y a mí me siguen volando la cabeza bandas actuales que no han inventado nada, pero lo hacen tan bien, con tanta personalidad y estilo que me enganchan. Los aussies son unos de ellos porque no inventan nada, no hace nada innovador, pero cada vez que suenan en casa me quedo prendado y lo disfruto enormemente.
95.- Kamchatka “Long road made of gold” (2015)
Trío sueco al que llegué por la presencia de Per Wiberg en sus filas, bajista, teclista y vocalista de varias bandas a las que seguía como Opeth o Spiritual Beggars. Casualmente venían a mi ciudad y su presencia me hizo acudir y ahí los descubrí presentando este disco, con un gran sonido que mezclaba el stoner con la psicodelia y el rock setentero clásico. Su combinación con Thomas Andersson a la guitarra y Tobias Strandvik a la batería me gustaron mucho y me hicieron subirme a su carro, siendo este disco la puerta de entrada y mi preferido de ellos.
96.- Megadeth “Dystopya” (2016)
La banda de Mustaine es otra de las que sigo irremediablemente desde que era un chaval. No soy muy objetivo con ellos porque siempre encuentro algo que me gusta y, pese a los continuos cambios de formación y las críticas a la voz de MegaDave, siempre me ganan por la mano. Aquí vuelve a haber cambio y aparecen Kiko Loureiro en la guitarra y Chris Adler en la batería, pero Dave es el maestro de ceremonias y todo suena a Megadeth. Ciertos lanzamientos te recuerdan más a esto o aquello, pero Dave se mantiene incólume, y temas como “The threat is real”, “Dystopia” o “Bullet to the brain” te recuerdan por qué te gustan tanto y vuelves a caer.
97.- The Muggs “Born ugly” (2011)
La banda de Danny Methric y Tony DeNardo siguen con su insistencia y trabajo por hacerse un huevo en el dificilísimo mundo de la música desde Detroit. Una ciudad de tanta importancia en la historia de la música nos regaló una banda que bebía del clasicismo más puro y, desde su inicial y explosivo debut, ha ido tirando más a esas raíces, donde el blues y el rock son tan importantes. Con la confirmación de Todd como batería siguen incendiando su propuesta, tan adictiva como apasionada en sus directos. Temas como “Blood meridian” o “Notes from the underground” lo confirman.
98.- Witchcraft “Legend” (2012)
La banda sueca de doom metal, con claras reminiscencias al hard rock setentero lanzó mi disco favorito de ellos cuando su líder y vocalista, Magnus Pelander, remodeló a toda la banda fichando a Simon Solomon, Tom Jodelius y Oskar Johansson para encargarse de las guitarras y la batería. Con solo 10 canciones y menos de 1 hora de música logró que abriera los oídos y girara mi atención hacia ellos, porque consiguieron facturar un álbum fantástico, con mucha preeminencia de las voces y la ambientación conseguida por los músicos.
99.- Alcest “Ecailles de lune” (2010)
Banda francesa que responde al nombre y a la creatividad de Neige, que se encarga de la guitarra, bajo, teclados y voz, con la única ayuda de Winterhalter (batería), y cierra uno de los redondos claves de lo conocido como shoegaze. Con una mezcla de varios tipos de voces, distorsiones en las cuerdas y ritmos retroalimentados de batería, presentan 5 cortes de larga duración, ambientación extrema y ritmos cambiantes que lo convierten en algo especial. Con un único interludio instrumental, convirtió a Stéphane H. N. Paut en un referente en la instrumentalización de sonidos extremos sobre una historia. Otro de esos discos que heredé de mi anterior casa y sus miembros más metaleros.
100.- Lost in Paris Blues Band “Lost in Paris Blues Band” (2016)
Y cierro con un álbum de blues que llegó a mis manos por casualidad y que me alucinó. Paul Personne es un músico francés, poco conocido fuera del mundo del blues, que graba sus discos en directo con colaboraciones. Aquí se rodea de grandes y reconocidos músicos, como Robben Ford, Ron Thal o John Jorgenson, expandiendo el blues, el folk, el soul o el rock, con un montón de versiones de Janis, Muddy Waters, Dylan o Aretha, con el gran talento de hacer suyos cada uno de los temas seleccionados, algo tan difícil con canciones tan reconocidas como “Downtown” de Tom Waits o “I don’t need no doctor” de Humble Pie. Consiguen transmitir lo bien que se lo están pasando en el estudio, rebosando talento por todos lados.
Y hasta aquí mi selección de la susodicha década. Puede que no coincidamos en ninguno pero, como siempre, si te he descubierto uno solo o te ha picado la curiosidad por descubrir o conocer a cualquier banda, me doy por satisfecho. Espero que lo hayas pasado bien y, como siempre digo, gracias por leer.
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