¿Es posible hacer un álbum con únicamente tres canciones, y que sean un maravilloso viaje musical? Con «Imaginary Conversations” de de Kevin Coleman, uno descubre un disco exploratorio, expansivo y divertido. Firmemente arraigado en ese sonido tradicional de tocar la guitarra primitiva estadounidense, véase John Fahey, Robbie Basho, etc, como los maestros de dicho estilo. Esa acústica tan particular pero que, sin embargo, Kevin hace sonar de una manera tan absolutamente única.
Coleman que empezó a tocar con 15 años, y vive en Nashville canaliza todo lo que le ha impactado musicalmente, desde el Piedmont Blues hasta la Kosmische Musik, el folk de los Apalaches y sus años como guitarrista en la banda indie dreampop “So Badly”, pero finalmente decidió cambiar su enfoque hacia el de solista. Si hace unos años teníamos a William Tyler, Jack Rose, etc. Kevin y su fingerstyle es junto a Joseph Allred y Matthew J. Rolin, uno los nuevos a tener en cuenta. Todos inspirados por esa serenidad fundamental que te otorga la naturaleza y de cómo esa relación con el entorno puede afectar emocionalmente a las composiciones.
En definitiva, un disco más que interesante que se sale de los estándares habituales, un disco de folk americano con un aura extraña que va deslizándose a lo largo de las tres extensas pistas, entretejiendo sus deslumbrantes fantasías a base de acrobacias efectuadas con sus dedos, junto a paisajes sonoros de tintes cósmicos hechos con sintetizadores y un conjunto de cuerdas, rústicos.
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