Once temas son los que componen “Alive”, el disco del aún desconocido John Serrano. Y digo aún, porque es la clase de músico/compositor que debe ser la que la gente conozca; antes de esas músicas manidas que contaminan las ondas.
El álbum se inicia con “Oh Well” con ciertos aires conocidos que enseguida te llegan a la mente, sin saber realmente a quién te pueden recordar. Esa guitarra cristalina me trae a la memoria al Kaukonen más acústico, por ejemplo.
Es curioso cómo ya en el segundo tema, la voz de John Serrano me recuerda mucho la de Roland Orzabal de Tears for Fears; pero cantando “Better Tears”, que sería una composición perfecta para un disco de Bill Fay.
El disco va transcurriendo combinando tempos más alegres con temas más introspectivos, como puede ser “An Alien”, donde aquí, es el Scott Walker más sombrío el que me viene a la mente. En esos pasajes casi silenciosos, o con apenas unos arpegios de guitarra o piano, me llevan a discos como el de Mark Hollis o David Sylvian.
Si hago tantas referencias a artistas consagrados, en absoluto es para comparar a John Serrano con algunos de ellos. Es simplemente que para que el que lea estas líneas, más o menos sepa por dónde se va a sumergir oyendo “Alive”. Es muy difícil, así surgir prácticamente de la nada y ofrecer un trabajo sin un apoyo. Y creo que aquí es donde reside la función del crítico de música. No en destruir o alagar un trabajo, sino más bien intentar dirigir, indicar al posible oyente y comprador por ese camino musical por el que se va a mover.
John Serrano posee una voz profunda, con calidad y con una dicción perfecta. Su guitarra como ya he comentado suena cristalina, y mayormente sus composiciones son a mi parecer un cruce de muchos estilos, pero dosificados perfectamente. En “Tension”, por ejemplo, se nota un sabor a jazz; ese que se saborea tranquilo. Porque “Alive” es un trabajo para disfrutar sin prisas, con tranquilidad, para percibir esa profundidad que desprende en sus once temas.
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