Estamos ante un ejercicio de auténtica resistencia.  Elegir 100 discos de la década de los setenta, escribir sobre cada uno de ellos y esperar que tu lo leas.  Ejercicio de resistencia y de fe.  Quien montó este tinglado me llamó cobarde por no enumerarlos por orden de preferencia.  Yo le dije, “en ese sentido, cobarde y mucho”.  Realmente están organizados por orden de memoria, así como venían a la cabeza, escribía sobre ellos.  Hay datos, pero sobre todo sensaciones y emociones.  Habló un poco de historia y más de lo que escucho en ellos.  Espero que disfrutes leyendo.

 

100 DISCOS 70’s

 

RUPHUS “New Born Day” (1973)

Uno de los discos más especiales para mí.  Escuché “New Born Day” cuando no sabía siquiera en que parte de Europa quedaba Noruega.  De hecho, no sabía tampoco de donde provenían Ruphus.  Simplemente quedé cautivado con este cruce de hard progresivo con dos vocalistas, que entroncaba por el camino que tomaron bandas como Uriah Heep.  Tuvieron éxito en su casa y más aún en la Alemania Federal.  También es cierto que tampoco volvieron a grabar un disco como este, sus pasos fueron hacia el sinfónico (muy Yes como referencia) y de allí al jazz rock.  Discos interesantes, pero nunca tan especiales como este “New Born Day”.  Dos temas por si acaso no te terminas de convencer: “The Man Who Started It All” y “Trapped In A Game”.

 

DEEP PURPLE “In Rock” (1970)

Había elegido “Machine Head” con tanta claridad que ahora escribo sobre “In Rock”.  Si hubiera redactado esto mañana, quien sabe de qué álbum estaría hablando.  “In Rock” fue el disco del cambio, el estreno de Gillan y Glover y suena tan crudo, veloz y descarnado que parece grabado lo más cerca del infierno.  O sea, en el estudio de al lado de los Sabbath (quienes estaban en el infierno mismo).  Esos son mis motivos.

 

MAGNUM “Magnum II” (1979)

Si ya tenía pensado incluir a los británicos en esta lista, con la pérdida de Tony Clarkin mucho más.  Es cierto que lo mejor de Magnum llegó en la siguiente década, pero agonizando los setenta grabaron el disco de ellos al cual le tengo más cariño.  Es de sus álbumes menos reconocidos y aun así está lleno de melodías preciosistas y de canciones que se fijan en el cerebelo.  A lo mejor los olvide después de muerto.  Un temita de estos inocentones pero que te infectan para siempre: “Changes”.

 

TRIANA “El Patio” (1975)

De repente el flamenco colisionó con el progresivo.  O no tan de repente, quizás ya tenía ratos gestándose el asunto. “El Patio” es uno de los discos fundamentales del rock andaluz y yo diría que un clásico dentro de eso que podemos denominar rock progresivo.  Para mí, que no soy un fanático del flamenco, “El Patio” me parece uno de los discos emocionalmente más hermosos que he escuchado, tanto lírica como musicalmente hablando.  La vibra de “Abre La Puerta Niña”, “El Lago” o “Sé de un Lugar” es única y aunque pareciera que el flamenco domine por momentos, el tufo sinfónico progresivo lo inunda por igual.  Su siguiente “Hijos del Agobio” podía estar aquí e igual sería un acierto.

 

FOREIGNER “Foreigner” (1977)

Aunque Foreigner nació desde el principio con el ánimo de lograr el éxito, nunca perdió el norte en cuanto al arte de hacer música preponderante.  No podía ser diferente teniendo a exmiembros de King Crimson y Spooky Tooth en sus filas.  Nadie puede negar lo radiable de “Cold As Ice” o “Feel Like The First Time”, al igual que no se puede negar lo art rock en “Starrider”.  Habrá gente que los siquitrille por su etapa más FM, sin embargo, nunca hicieron música desechable.

 

FRANK ZAPPA “Apostrophe (*)” (1974)

La primera vez que escuché Frank Zappa no conecté un carajo con él, ni lírica ni musicalmente hablando.  Yo no estaba lo suficientemente fuera de lo convencional para procesar sus locuras.  Hoy por hoy parece que sí.  Para algunos “Apostrophe (*)” es su disco más comercial, de corta duración y posiblemente el mejor para que cualquier neófito empiece con Zappa.  Puede ser por eso que lo elegí.  Igualmente podría ser “One Size Fits All”.  Porque sigue siendo una locura inclasificable, con el humor ácido como bandera.  Por otra parte, sí no entiendes tan bien inglés te puedes enfocar en lo instrumental y seguirás volando.  Aparte de que aquí colaboran Jack Bruce, Tina Turner, Jean-Luc Ponty…

 

KISS “Alive” (1975)

He procurado irme por los discos en estudio a la hora de hacer la selección, pero en el caso de Kiss en esta década es un imposible para mí.  Todos sus lanzamientos salidos de cuatro paredes palidecen ante lo que es este Alive.  La energía y la producción es superior, aunque realmente el plus es que no hay relleno.  En esos lanzamientos a dos por año siempre hubo algún tema flojón.   En “Alive” todos son strike, rectas por la goma y uno termina ponchado al final del mismo (por usar términos beisboleros).  Ni siquiera el “Alive II” se salva de la irrelevancia de algunos temas.  Lo ideal hubiera sido elegir “Double Platinum” pero poner un recopilatorio ya era mucho con demasiado.  Además, allí no está la brutal “Black Diamond” en su versión en vivo.

 

GENESIS “Foxtrot” (1973)

Hay que elegir solo uno y yo me decanto por “Foxtrot”.  Un disco que inicia con “Watcher of the Skies” y termina con “Supper’s Ready” merece estar en el Olimpo.  Y si llega hasta tan alto como no ponerlo en esta lista.    En serio, el comienzo de este disco con el mellotrón es uno de los momentos más reconocibles dentro del sinfónico.  Y “Supper’s Ready” es la suite por excelencia, mi tema favorito de los ingleses.  Aparte, “Foxtrot” definiría la personalidad del grupo, con un Gabriel histriónico.  Podía elegir cualquiera de la época Hackett, pero con este inicio, con los temas del medio y con el que cierran es imposible resistirse…

 

BLACK SABBATH “Vol 4” (1972)

Después de tres discos magistrales, uno más oscuro que el otro, los de Birmingham lanzan este Vol. 4, donde dan un paso más en su oscuridad, pero complicando las estructuras de las canciones.  No es progresivo, aunque ellos sí están en la vena del cambio.  Elegir este disco por encima de los otros es tan fácil como difícil.  Me decanté por él porque nació en unas circunstancias donde lo normal hubiera sido un resultado desastroso.  Con Bill Ward borrado y los demás músicos hasta las congas de coca, todavía sigo sin entender cómo pudieron sacar esta maravilla.  Dos temas no tan populares: “Wheels of Confusion” y “Under the Sun”.

 

BLACK WIDOW “Sacrifice” (1970)

Valientes estos ingleses que, empezando la década de los setenta, decidieron lanzar su debut narrando a través de sus canciones todo el proceso de un sacrificio satánico.  Esto llevó a muchos a compararlos con Black Sabbath, aunque la similitud entre ellos era nula, más allá del Black en el nombre y la nacionalidad.  Tan ocultistas eran que sus siguientes discos nada tenían que ver con el tema.  Flautas, órganos y ritmos rock prog de la época es lo que escuchamos en este disco, el cual era llevado a escena con performance incluido.  Les faltaba la malicia musical, pero ver en YouTube el performance con la escena del sacrificio es tan oscuro que da vaina.  Canciones a destacar: “In Ancient Days”, “Sacrifice” y la versionada “Come to the Sabbath”.

 

VAN HALEN “Van Halen” (1978)

Estos tipos dieron lo mejor de sí en su primer disco.  Diciendo esto así, suena como que Van Halen no levantaron cabeza más nunca, algo alejado de la verdad.  Pero sin ser cierta la frase, tampoco es mentira.  Quizás para los guitarristas hay discos más creativos en la carrera de Eddie Van Halen y compañía, pero para los neófitos del instrumento (como un servidor) este disco está 100% libre de inventos.  Todas las canciones van directamente a la quijada y la electricidad que te pasa por el cuerpo no permite que caigas a pesar del nockout.  En esta lista hay discos que han envejecido un poco mal, lo reconozco, pero este no es uno de ellos.  Dos temas para no perder la costumbre; “Ain’t Talkin’ ‘Bout Love” y “Ice Cream Man”. 

 

TED NUGENT “Free for All” (1976)

Bendita edad en la que podías escuchar cualquier grupo sin necesidad de evaluar la personalidad y creencia de sus integrantes.  Época donde no tenías información ni madurez para formarte una opinión. Por eso está este hombre aquí.  En sus inicios Ted Nugent sacó una serie de discos de innegable calidad, salvajes como el personaje y con el aliciente del gran Derek St. Holmes a las voces.  En el caso de “Free for All” incluso tenemos a un desconocido Meat Loaf, quien fue contratado para sustituir en el estudio al huido Derek (quien volvió al rato).  El plus de tener a Pastel de Carne y la portada icónica de este disco hace que me decante por él, pero si hubiera escrito “Cat Scratch Fever” tampoco pasaba nada.  Tres voces, tres temas: “Free for All”, “Dog Eat Dog” y “Writing on the Wall”.

 

LE ORME “Uomo di Pezza” (1972)

Lo fácil hubiera sido elegir su siguiente lanzamiento “Felona e Sorona”, una de las obras cumbres del rock progresivo italiano.  Sin embargo, me voy por su tercer disco porque me eclipsó en su momento por su sutileza.  Parece no tener grandes explosiones instrumentales ni temas rimbombantes, pero la variedad de sonidos emitidos por los teclados de Pagliuca y la voz de Tagliapietra te envuelven de manera imperceptible.   “Uomo di Pezza” definió el sonido personal de Le Orme y los puso de gira junto a Peter Hammill (VDGG), quien luego los ayudó para la versión inglesa de “Felona e Sorona”.   Dos temas “Gioco di Bimba” y “La Porta Chiusa”.

 

YEZDA URFA “Boris” (1975)

Después dicen que la mala suerte no existe.  Los estadounidenses Yezda Urfa fueron rechazados por todas las discográficas a las que acudieron y su disco “Boris” es realmente la demo que grabaron en 1975.  Su segundo trabajo fue grabado en 1976 y lanzado en 1989, cuando ya la banda tenía 8 años durmiendo el sueño de los justos.  Pero “Boris” no está aquí por su singular historia.  Está aquí por su singular música.  Con las señas del prog clásico (se nombra siempre a Yes y Gentle Giant al hablar de ellos) la agrupación abraza su propia personalidad, de la mano de cierto sonido pastoral, técnica en las estructuras, humor y melodías reconocidas (Los 3 Chiflados, por ejemplo) y cierto deje folk estadounidense.  Asumo que en 1975 los planes de las discográficas no estarían por la labor de fichar grupos progresivos con este grado de complejidad.  De otro modo la sordera de todos aquellos que escucharon este material era severa.  Subestimados, desconocidos e indispensables para un servidor.

 

JUDAS PRIEST “Sin After Sin” (1977)

Si obedeciera a la nostalgia elegiría “Killing Machine” pero ese disco es lo más parecido a los Judas de los ochenta y me apetece destacar el sonido que Priest tuvo en los setenta.    He decidido decantarme por “Sin After Sin” porque es una encrucijada, aquí colisionan el pasado, el presente y el futuro del sonido de esta década.  Tiene el progresivismo de “Sad Wings of Destiny” (“Sinner”), la oscuridad de “Stained Class” (“Dissident Agressor”) o la inmediatez de “Killing Machine” (“Diamond And Rust”).  Aunque sinceramente, lo de la encrucijada es una excusa ya que podría elegir cualquier disco.  Judas Priest es mi grupo favorito desde carajito.

 

ELOY “Silent Cries And Mighty Echoes” (1979)

No era época para editar discos de space rock según las modas; los punks sacaban a patadas a los dinosaurios del rock y los heavies estaban a punto de revolver el planeta.  Pero los alemanes Eloy estaban en otra cosa.  “Ocean” es su gran clásico y este le sigue la estela, con la diferencia que es estructuralmente más dinámico y que de su tono lisérgico/etéreo, de repente nacen explosiones de intensidad instrumental.  Otro grupo de esos en los que eliges un solo disco y te sientes culpable.  Para catar: “Astral Entrance/Master of Sensation”.  

 

OS MUTANTES “Tudo Foi Feito Pelo Sol” (1974)

Alejados ya de del movimiento Tropicália y con solo un miembro fundador (Sergio Dias) los brasileños abrazan de lleno el progresivo con este trabajo.  Un año antes habían grabado el muy prog “O A e o Z” pero fue rechazado por el sello discográfico, viendo la luz en 1992.  Así que me he decantado por este disco, que con su aparición finiquitó la carrera de la agrupación.  Progresivo luminoso, con ecos a musical de los setenta y con una energía y delicadeza típica de la música brasileña.  Entiendo a aquellos que puedan decir que esto no es Os Mutantes, pero que carajo, esta vaina es una maravilla.

 

AEROSMITH “Rocks” (1976)

Como odia la gente a Aerosmith, debe ser el precio de la fama, de estar hasta en la sopa. Son puro y duro rock and roll, deberíamos quedarnos con eso.  Con “Rocks” les tocó refrendar el éxito de “Toys in the Attic” y me parece que lo lograron.  Aunque el anterior tiene más “hits” me quedo con el sonido crujiente y atemporal de este disco.  Escucha el poderío de “Nobody’s Fault”, parece sacada de cualquier disco hard sleazy de mediados/finales de los ochenta. 

 

BLUE OYSTER CULT” Spectres” (1977)

Para descubrir la verdadera esencia de BOC recomendaría sus discos en vivo.  En estudio diría que su obra más completa es “Secret Treaties” (casi imposible de descartar por mi parte).  Sin embargo, como esta lista es más del corazón que de la razón, me lanzo hacia el oscuro, misterioso y, por momentos, popero “Spectres”.  Es más conocido por “Godzilla” pero para mí siempre será ese disco misterioso, capaz de mezclar en sus surcos cierto sonido inocente con la profundidad y oscuridad, Dos temas para el contraste: “Fireworks” y la inconmensurable “Nosferatu” (uno de las mejores canciones de BOC).  Los recuerdos se alborotan al escuchar este disco.  Por eso está aquí.  Por eso y porque es arrechísimo.

 

QUEEN “A Night At The Opera” (1975)

¿De verdad tengo que explicar por qué este disco está aquí?  Fueron más ambiciosos que nunca, se nota a leguas que metieron lupa a los detalles.  Todo suena tan ampuloso, coreable y variado que es casi imposible no quedar atrapado.  Si aparte de eso, en los momentos más sencillos te lanzan dos impactos directos al corazón como “’39” y “Love of My Life”, apaga la luz y vámonos. Claro, muchos dirían que lo elegí por “Bohemian Rhapsody” y tampoco se equivocarían. 

 

BUDGIE “Never Turn Your Back on A Friend” (1973)

Metallica los puso en primera fila con su versión de “Breadfan”, pero la verdad es que lo que nos entrega los norteamericanos, aunque es divertido, no les llega por las patas al original de los británicos.  Se les agradece el esfuerzo, pero el sonido de Budgie es único y cuesta un cojón y medio llegar a hacerle justicia.  En este su tercer disco aciertan de pleno con ese sonido rocoso proto heavy que se enhebra con el blues/garaje rock de la época.  Pesados como ellos solos, eran capaces de hacer un tema tan heavy como “Breadfan” a la vez que entregarte un tema tan in crescendo y sentido como “Parents”.  Y solo ellos se pueden inventar una canción con un nombre tan estrafalario como “You’re the Biggest Thing Since Powdered Milk” (“Eres lo más Grande desde la Leche en Polvo”) y convertirlo en una joya.

 

GILLAN “Mr. Universe” (1979)

“Mr. Universe” viene a ser el segundo disco de “Gillan”, el monicker tras el cual se esconde la nueva concepción del cantante de Deep Purple, ya alejándose del jazz rock. “Mr. Universe” viene a ser un lanzamiento que recicla temas de su primer trabajo de 1978 “Gillan” (lanzado solamente en Japón, Australia y Nueva Zelanda) e incluye algunos nuevos.  No se podían perder esas grandes canciones y para rematar regrabadas con la nueva formación, que con su pegada acercó a la agrupación a ese incipiente sonido llamado heavy metal.  Una gran formación (Gillan, Torme, Towns, McCoy, Underwood) y un disco capaz de equilibrar el lado más hardprog (Fighting Man, She Tears Me Down) con la velocidad y crudeza Purple (Secret of the Dance; Roller).  El resultado de ese equilibrio: el tema título.

 

SANTANA “III” (1971)

Santana noqueó al planeta con sus 3 primeros discos.  Yo, que no soy ajeno a esta esfera donde vivimos, también caí en la lona por culpa de su fusión donde predomina el rock y los ritmos latinos, pero donde se entrecruzan también la psicodelia, el jazz y el soul.  Aunque su segundo disco “Abraxas” incluye algunos de sus temas más populares, me decanté por “III” porque aquí la fusión y la intensidad suben un nivel.  La entrada de un Neal Schon con apenas 17 años le metió más candela a las guitarras, al igual que las descargas de percusión que ofrecen los cuatro jinetes del apocalipsis (Chepito Areas/Carabello/Schrieve/Escovedo) suenan más destroyer que nunca.  Tengo especialidad debilidad por “Guajira”, el tema más Fania All Star que jamás sacó Santana, pero lo que se escucha en “Batuka/No One to Depend” y sobre todo en “Touissant L’Overture” es historia del rock and roll.  Candela pa’los pies.

 

MIGUEL RIOS “Memorias de un Ser Humano” (1974)

El disco más desconocido de la discografía de Miguel Ríos en los setenta es también el trabajo en el que se muestra más libre hasta ese momento.  Inicia una etapa de rebeldía que lo lleva a que Hispavox lo cancele por salirse de los parámetros del sello.  Este disco y el single siguiente (“La Maraña”/”Don Fulano de Tal”) marcaron el inicio del Miguel Ríos progresivo, donde la crítica y el humanismo entronca con los sonidos protagonistas de la década, por momentos pastoral, orquestal, otros tanto abrazando la energía del rock and roll.  Es una lástima que un trabajo de tamaña calidad, con la mejor portada que algún disco del cantante granadino haya tenido, no se encuentre reeditado en cd ni una sola vez.  Me gusta creer que este disco y el single son solo uno.  Dos temas: “La Maraña” y “La Mina”.

 

SWEET “Desolation Boulevard” (Edicion USA, 1974)

Aquí voy a hacer trampa porque “Desolation Boulevard” es un gran disco en su concepción original, pero menos bueno que “Sweet Fanny Adams”, el cual había aparecido meses antes y no había sido lanzado en USA.  El sello Capitol le pareció buena idea lanzar “Desolation Boulevard” en Estados Unidos recopilando lo mejor de los dos trabajos más algún single que quedaba bailando por ahí como “Ballroom Blitz”.  El resultado es un disco sin respiro, lleno de melodías festivas, pero con una caña considerable en canciones como “Set Me Free” o “No You Don’t”.  Perdónenme la trampa, pero era inevitable.   25

 

TRIUMPH “Rock & Roll Machine” (1978)

Con los canadienses me permito hacer una pequeña trampa.  Los dos primeros discos de Triumph no fueron lanzados inicialmente en USA, así que cuando RCA los ficha decide publicar un compilado con lo mejor de esos dos trabajos, bautizándolo igual que la segunda placa de Triumph: “Rock & Roll Machine”.  A pesar de la portada diferente la vaina se prestaba a confusión, sobre todo para aquellos que escuchamos este recopilatorio en esa época, donde la información no corría a la misma velocidad que los megas de ahora.  Dicen que lo mejor de Triumph estaba por llegar en los ochenta, pero no sé que pensar.  La contundencia, la pegada y la influencia progresiva de esos días en temas como “Blinding Light Show/Moonchild”, “Street Fighter” y “Rock & Roll Machine” pueden decirte lo contrario.  Difícil elección.

 

SCORPIONS “Fly to the Rainbow” (1974)

Adoro los populares “In Trance”, “Taken by Force” y “Virgin Killers”, pero por algún motivo (que solo se explica a través de conexiones neuronales) siempre termino recordando como mi favorito de Scorpions este “Fly to the Rainbow”.  Producido por el líder de Eloy, Frank Bornemann, asumo que la combinación hard rock y krautrock/psicodelia me hipnotizó, continuando hasta ahora el hechizo.  Con la aparición de Uli Jon Roth a la guitarra se da inicio al Scorpions clásico de esa primera etapa, el cual puedes escuchar en temas como “Speedy’s Coming” o “This is my Song”.   Aunque lo que más me engancha son las canciones más extensas como “Fly to the Rainbow” o “Drifting Sun” con su arreglos y cambios de ritmo.

 

RIOT “Riot City” (1977)

Antes que nada, vida eterna para uno de los grandes, Mark Reale.  Dicho esto, si hubiera elegido “Narita” tampoco me habría equivocado.  Está mejor producido y tiene temas clásicos como “49er” o “Road Racin’”.  No tengo excusa.  ¿O sí?  Primera excusa: “Warrior”. Su clásico por antonomasia, recoge todo el sonido Riot de su primer ciclo con Guy Speranza y es el cable conector con su etapa más power.  Segunda excusa: Al aparecer en 1977 aún recoge influencias del hard rock de la época.  Suenan alegres (gracias Speranza) e incluso tienen una vibra de rock arena setentero que no está tan presente en sus demás discos.  Tercera excusa: Temas como “Rock City”, “Tokyo Rose” y “Overdrive”. Cuarta excusa:  Llevarle la contraria a Edu Garrido, que eligió “Narita”. 

 

MEAT LOAF “Bat Out of Hell” (1977)

Tan ampuloso, excesivo y ambicioso que pocos creyeron en su éxito.  Resultado: Más de 43 millones de discos vendidos.  Ahora, las ventas no me dicen nada bueno ni malo.  A mí Meat Loaf me emociona.  Debo decir que las composiciones de Jim Steinman también.  La prueba está en Air Supply, Bonnie Tyler, la película Calles de Fuego…Me enfoco porque ahora hablo de “Bat Out of Hell”, especie de musical rock and roll producido por Todd Rundgren; donde todo suena ampuloso y nada sobra; donde Meat Loaf canta con el corazón, donde se emociona, se cabrea, titubea y miente todo en una sola canción (“Paradise by the Dashboard Light”).  Hay que recordar que Marvin también fue actor.  Banda sonora del rock and roll. 

 

THE ALLMAN BROTHERS BAND “Brothers and Sisters” (1973)

Me parece que la verdadera esencia de Allman Brothers está en sus descargas en vivo, no hay que olvidar que básicamente eran una jam band de blues rock y la prueba es su mejor lanzamiento “At Fillmore East”.  Pero también publicaron grandes discos en estudio, porque estos señores aparte de descargar, sabían componer.  En “Brothers and Sisters” pasaron de tener dos guitarras a tener dos tecladistas, con la entrada de Chuck Leavell y el fallecimiento de Duane Allman.  Así que tengo que decir que me gusta full como se golpean las teclas aquí.  Aunque lo más relevante es que el guitarra Dickey Betts agarró más protagonismo, dejando composiciones para la posteridad, como “Ramblin’ Man”, “Southbound” o la insuperable “Jessica”.

 

UFO “No Heavy Petting” (1976)

No fue uno de sus mejores discos en cuanto a ventas, pero solo porque el lanzamiento en USA no coincidió con la gira de conciertos de presentación del disco.  Este trabajo tiene una magia especial para mí.  El feeling que se masca es rudo y emotivo a la vez, con piezas donde el teclado (del argentino Danny Peyronel) está más presente, haciendo juego con el incendiario de Schenker y dejando momentos inolvidables como “I’m a Loser”. Hay temas que no destacaron en su repertorio y que yo me digo “que bolas”.  Por ejemplo “Can You Roll Her”, “Highway Lady”, “On with The Action” o “Martian Landscape”.  Phil Mogg es uno de los vocalistas más personales y elegantes que hay.  Y están Pete Way al bajo y Andy Parker a la batería.  Qué formación, qué banda y qué castigo tener que elegir un solo disco de ellos.  31

 

MOTÕRHEAD “Overkill” (1979)

Aunque fue el segundo disco de la banda, es el primero en conseguir el sonido que definiría a la mítica banda inglesa.  Su tema título, el innovador y machacante “Overkill” con su doble bombo, dejó turuleco a una buena hornada de jóvenes de la época que terminarían rindiéndole homenaje en forma de género musical.  Junto a ese clásico hay una serie de temas imperecederos como “No Class” o “Stay Clean” que hacen de este disco indispensable.  Aún retumba en mi cabeza y en mi memoria Motõrhead con Mikkey Dee en la batería destrozando nuestras mentes con “Overkill” en el Poliedro de Caracas.  Lemmy, Philty y Fast Eddy le marcaron el camino y nosotros rendiremos tributo eterno poniendo a rodar “Damage Case”.

 

BOSTON “Boston” (1976)

El primer disco de Boston tardó muchos años en gestarse y su valor reside en que marca un antes y un después a nivel de producción, con Tom Scholz grabando el disco en el sótano de su casa y usando artilugios analógicos de su creación para llegar al sonido final de este clásico del rock.  No era lo que quería el sello discográfico, pero él junto al vocalista Brad Delp se las arreglaron para grabar un disco que marca el sonido de lo que es el rock en mayúsculas y el AOR.   Todo esto está al servicio de grandes temas, que toman un poco de aquí y de allá de los clásicos, con la guitarra protagonista junto a coros exquisitos.  Sí, ya sé que has escuchado mucho “More than Feeling”, pero pocas cosas son tan perfectas como esta canción.

 

GROBSCHNITT “Solar Music: Live” (1978)

Una pieza gloriosa extendida más allá de su grandeza.  “Solar Music” con sus 30 minutos en estudio, es llevada en este trabajo en vivo, hasta los 54 minutos de auténtica monstruosidad, nacida del space y el krautrock.  Transformada pero reconocible, el tema no pierde su estructura y es llevada más allá de sus límites con segmentos extras que alimentan las 7 partes en la que está dividida la canción.   “Solar Music” ha sido tocada y modificada habitualmente por la banda desde que apareció en 1974 en el disco “Ballermann”.  En este caso, fue extraída del concierto que dio la agrupación en Mülheimer Otto-Pankok-Schule en la gira del álbum “Rockpommel’s Land”.   Una grabación única.

 

SAGA “Saga” (1978)

Los canadienses Saga fueron muy populares en Venezuela en los ochenta, así que cualquier referencia a ellos inexorablemente me lleva a esos años donde toda la música era un descubrimiento para mí.  Su disco debut es también mi favorito de ellos y uno de los álbumes de mi vida.  No solo por los recuerdos, sino por la capacidad que tuvo la agrupación para facturar temas a medio camino del progresivo y el rock convencional, con el gancho de la melodía como bandera.  “Humble Stance” es uno de los temas más clásicos de la agrupación y en él engloba buena parte de lo que son Saga, con esas capas de teclados, el cambio de ritmo e intensidad a media canción, el contrapunteo de solo de teclado y guitarra y la voz profunda de Michael Sadler.   Este disco dio el pistoletazo de salida para una banda que aún sigue en la carretera.

 

BLACKFOOT “Strikes” (1979)

El tema “Highway Song” por sí solo ya mete a este disco en la lista.  Siendo justos, también ayuda “Train Train” y “Left Turn On A Red Light”.  “Strikes” es el disco que más réditos le dio a esta poderosa banda de rock sureño, que tiene a Rick Medlocke como su valedor principal, y que a día de hoy es una caricatura de su pasado, con docenas de músicos pasando por sus filas.  Sin embargo, a finales de los setenta eran un cañonazo musical y la prueba es este disco y los que nos entregarían a principio de los ochenta.  El blues rock más poderoso y afilado vendría de la mano de esta agrupación que llevaba el nombre de Blackfoot en honor a las raíces indio americanas de la mayoría de sus integrantes.

 

ROY BUCHANAN “That’s What I Am Here For” (1973)

El paso de los años le está dando el merecido reconocimiento a este guitarrista de blues rock, pionero del sonido telecaster y con una técnica que ha influenciado a una buena cantidad de músicos destacados.  La primera vez que lo escuche me pareció que literalmente ponía a llorar y a maullar su guitarra, lo cual lo convirtió hacia mis oídos en un guitarrista con una personalidad muy marcada.  Este es su tercer disco en solitario y amplía un poco más el horizonte musical.  Casi todos los temas son originales y la versión que incluye es la tremenda “Hey Joe”, un sentido homenaje a Jimi Hendrix.  Otra de las cosas que disfruto de este disco es la voz de Billy Price, quien aparte escribió algunos temas, entre ellos la gran pieza “Please, Don’t Turn Me Away”.  No es el disco más valorado de Buchanan, es el que más feeling me da.

 

IL BALLETTO DI BRONZO “YS” (1972)

La entrada del tecladista y cantante Gianni Leone alejó a los napolitanos Il Balletto di Bronzo de aquel estilo beat/psicodelia de su primer disco “Sirius 2222” para acercarlos al progresivo y así editar lo que para muchos es uno de los clásicos fundamentales del rock progresivo italiano: “YS”.  Intenso, oscuro, afilado, frenético y tan dramático como parte del progresivo venido del país de la bota, “YS” cuenta la historia del último hombre en la tierra que se ve obligado a vagar buscando a alguien a quien poder transmitirle “la verdad” que le fue revelada a través de una voz.  Ya podemos imaginar el final.  Los teclados de Leone y la atmósfera asfixiante por momentos hacen de este disco casi único en su especie dentro del RPI.

 

ROSE TATTOO “Rose Tattoo” (1978)

Le llaman Pub Rock, para mi es puro y duro rock and roll.  El primer trabajo de los australianos (producido por Vanda & Young) es un clásico de este subgénero nacido en las entrañas de la nación oceánica, además de ser una de las muestras más claras de que el rock puede ser una infección pegajosa que solo se puede curar con más rock and roll.  Peter Wells, quien había abandonado Buffalo para montar una banda basada en la slide guitar, reclutó a unos cuantos músicos, incluido un destructor Angry Anderson a las voces.  Lo que salió fue un cúmulo de canciones directas a la quijada, con el blues rock acelerado como base y letras camorreras.  Para la posteridad quedan “Rock & Roll Outlaw”, “Nice Boys”, Bad Boys for Love” o “Butch and Fast Eddie”.

 

FOCUS “Hamburger Concerto” (1974)

Grabado bajo una creciente tensión entre el guitarrista Jan Akkerman y el tecladista/flautista Thijs van Leer, este “Concierto de la Hamburguesa” resultó ser uno de sus mejores discos. Compuesto a partes iguales (incluida la suite), es el trabajo más cercano a la música “culta” y lo hace sin la pretensión y pompa de unos Emerson, Lake & Palmer, por ejemplo.  Los arreglos de las piezas clásicas son virtuosos y hechos en pro del conjunto, sin la intención de una muestra descarada de técnica.  El punto álgido está en la suite de 6 movimientos que da nombre al disco, nacida de la inspiración de un Akkeman tocado por la musa, un día que se encontraba comiendo una hamburguesa en un cuarto de hotel, viendo dibujos animados.   “Harem Scarem” y “La Cathedrale de Strasbourg” ya son clásicos en vivo de los neerlandeses.

 

AC/DC “Let There Be Rock” (1977)

¿Te puedes equivocar eligiendo un disco de AC/DC en su primera etapa? Me guio ahora por mis entrañas.  Aquí está incluido ese tema que inmediatamente se me viene a la cabeza cuando dicen AC/DC: “Whole Lotta Rosie”.  El segundo punto alto es “Let There Be Rock”, el auténtico himno del rock, aquel que te narra el nacimiento del rock and roll como si de un versículo de la Biblia se tratara.  Puro frenesí eléctrico.  “Problem Child”, “Dog Eat Dog” …Este fue el disco con el que la banda quiso darle una patada en todas las bolas al sello Atlantic por querer despedirlos y creo que del carajazo se las pusieron de corbata.    

 

PINK FLOYD “Wish You Were Here” (1975)

La huella imperecedera de los británicos es tan grande que permite tener cualquier disco de su discografía como favorito.  Yo me lanzó por el que en la actualidad puede ser su trabajo más valorado, aunque no fue así al momento de su lanzamiento.  “Wish You Were Here” también es uno de sus discos más accesibles y emotivos, con “Shine On Your Crazy Diamond” como eje central, un homenaje a Syd Barrett, quien había dejado la banda 7 años antes por un colapso mental.  La crítica al negocio de la música también se hace presente con temas como “Welcome to the Machine” y “Have a Cigar”, cantada por Roy Harper.  No puedo cerrar sin nombrar la canción que da nombre al disco, sensible y “sencillo” tema que para muchos puede ser la mejor canción de Pink Floyd.  Si tengo que elegir una es “Shine On Your Crazy Diamond”.

 

RAINBOW “Rising” (1976)

La fantasía y la magia se juntan con este quinteto que reunió Ritchie Blackmore para su segundo disco.  Se dice fácil y rápido: Blackmore – Dio – Cozy Powell – Jimmy Bain – Tony Carey. La crema y nata se encuentra aquí en el lado B, con la épica y monolítica “Stargazer” y la acelerada y paquidérmica “A Light in the Black”. Aunque quien le puede poner mala cara a “Tarot Woman”, por decir otra.  Este disco es tan importante y definitorio que   su sonido y estética” incluso marcará el camino de la carrera en solitario de Ronnie James Dio.  Uno de los trabajos más épicos del rock and roll.

 

BIRTH CONTROL “Operation” (1971)

Tan hard como se podía ser en la época y con su ración de progresivo para dejar en claro que Birth Control no eran unos imitadores de Deep Purple.  Con su segundo disco “Operation” inician una etapa donde el órgano hammond, el ataque guitarrero y la improvisación se juntan para lograr un sonido poderoso, el cual continuarían en el popular “Hoodoo Man”. Los alemanes nos dejan 5 temas eléctricos, de ritmo desenfrenado y de estructura convencional, envenenados con solos donde el hammond pesado es protagonista.  Al final, como el patito feo (que realmente no lo es), se encuentra el sexto tema “Let Us Do It Now”, totalmente diferente al resto y de corte sinfónico. 

 

THIN LIZZY “Bad Reputation” (1977)

“Bad Reputation” nació en crisis.  La historia da para mucho, pero el resumen es que Phil Lynnot estaba hasta los cojones de Brian Robertson y puso a Scott Gorham a tocar todas las guitarras.  Al final, Robertson grabó 3 cositas, no se habló con nadie, no salió en la foto de la portada y en la contraportada ni mira a la cámara.  Dada las circunstancias, el productor Tony Visconti fue capaz de potenciar el sonido de la banda, dándole un peso preponderante a la base rítmica y a la profunda voz del orgullo de Irlanda.  ¡Ah! Y que temas, “Soldiers of Fortune” huele a plomo, candela y tristeza; “Bad Reputation” tiene cierta rabia punk; “Opium Trail” es el clásico oscuro y “Dancing in the Moonlight” refrenda el gusto de Lynnot por melodías más alejadas del hard rock.  Podría nombrar todas las demás canciones.  Podría haber elegido todos los demás discos de Thin Lizzy.

 

WHITESNAKE “Lovehunter” (1979)

“Lovehunter” fue el primer disco que compré de Whitesnake y fui guiado completamente por la portada.  La música me impactó de diferente manera, no conectaba con él y durante años solo estarían en mi memoria el inicial “Long Way from Home” y el cierre “We Wish You Well”.  No sé cuándo este disco hizo click en mi cerebro y se convirtió en mi favorito, pero así es a día de hoy.  Que pasaría por mi cabeza para no procesar clásicos como “Walking in the Shadow of the Blues” o “Lovehunter” y esa slide guitar asesina de parte de Mick Moody.

 

VYTAS BRENNER “La Ofrenda de Vytas” (1973)

Nacido en Alemania y radicado en Venezuela desde los 3 años, el multinstrumentista y compositor Vytas Brenner fue pionero de la música experimental y la fusión del progresivo y los instrumentos folclóricos venezolanos.  Su primer disco “La Ofrenda de Vytas”, mantiene un equilibrio entre esa instrumentación tradicional, donde el arpa, cuatro, maracas y percusión se equilibran con la guía de los teclados de Brenner. Siendo en estudio una escucha más ligera, en vivo era otro monstruo que me gustaría destacar por aquí también.  Y ya desde un punto de vista más personal (si se puede), a mí esto me sabe tan venezolano como la arepa o la pisca andina, lo que demuestra que el arraigo y el sentirse parte de un sitio tiene la lógica del corazón.

 

PAPPO’S BLUES “Vol. 3” (1973)

Como suena cabilla este disco de Pappo.  Más pesado que un saco de ladrillos en la espalda, el blues rock que escuchamos en este tercer lanzamiento del mítico guitarrista argentino parece por momentos sacado del baúl de los Sabbath.  La voz de Pappo no es gran vaina, las letras cuentan la cotidianidad de forma convincente y la banda lo compensa todo con una base rítmica contundente y una guitarra gruesa y arrasadora.  “Sucio y Desprolijo” es un tema que debería estar en cualquier recopilatorio de la historia del rock.  Pappo es una institución en Argentina; se dice que fue testigo del nacimiento de Motörhead en un sótano de Londres y que B.B. King lo mentó como uno de los mejores guitarristas.  Yo no digo nada, solo escucha este “Vol. 3”.

 

URIAH HEEP “Salisbury” (1971)

Haciendo este ejercicio me he dado cuenta lo mucho que me gusta “Salisbury”.  Tanto como para traerlo aquí.  Es iniciar “Bird of Prey” con esa cascada vocal y convencerme de una.  El segundo disco de los británicos ya tenía en sus surcos todas las señas de identidad del grupo, alejándose del blues rock de su primer disco y mezclando el hard con elementos progresivos, gracias al asentamiento del tecladista Ken Hensley en la formación.  El tema título, con sus 16 minutos de duración y una orquesta de 24 músicos detrás de ellos es único en su discografía. 

 

THE ANGELS “Face to Face” (1978)

Aprendí a coñazos a valorar la sencillez en la música.  Fue en plena enfermedad, estando mi cerebro agotado y mi corazón en la oscuridad, cuando el valor del puro y duro rock and roll ganó en estima.  La sencillez de una buena melodía, el high power y la vibra del rock a secas me salvó la vida.  The Angels es la medicina con la prescripción exacta.  Otros australianos nacidos con la única pretensión de rockear, graban aquí su segundo disco con temas levantamuertos como “Take A Long Line” o “Ain’t the One”.  La versión internacional de este disco aparece en 1980 bajo el nombre de “Angel City” (para evitar la posible demanda del sello Casablanca por el grupo “Angel”) y es un compilado de “Face to Face” y el siguiente disco “No Exit”.  Busca la versión original porque descartar una sola canción de este “Face to Face” es un pecado.

 

LED ZEPPELIN “Sin Título” (1971)

Quede fascinado por Led Zeppelin bastante después de adquirir una copia desvencijada de este no titulado disco.  Pasaron años para que pudiera valorar lo variado que podía sonar la agrupación, su capacidad de moverse por diversas aguas.  En el momento que se destapó está fascinación, pude entender el nivel de esta obra.  Me sigue pareciendo un disco con un aura misteriosa y pelotazos como “Black Dog” y “Rock and Roll”.  Y disculpen si no me importa ni un poquito si hubo plagio en “Starway to Heaven”.

 

BOB SEGER & THE SILVER BULLET BAND “Stranger in Town” (1978)

El cantante de Detroit atesora parte del sonido de la América profunda, de los suburbios que tanto hemos saboreado en libros y películas.  Para mí el sonido de este disco (y de otros cuantos de Seger) tiene la granulación de un film de los setenta, melancólico (“Hollywood Nights”), con un bar donde suena el rock con el country (“Old Time Rock & Roll”) y una barra donde un obrero masculla sus penas frente a una cerveza (“I Feel Like A Number”).  El tema “We’ve Got Tonite”, más que un clásico, siempre será la canción donde Ray Donovan lo da todo (busca la serie “Donovan”, es arrechísima).

 

EMERSON LAKE & PALMER “Brain Salad Surgery” (1973)

Unos pocos discos atrás les comentaba que parte de la grandeza de Focus era su falta de pompa y pretenciosidad, algo que les sobraba a EL&P.  Dicho así pareciera que no me gustara el trío inglés y no hay nada más alejado de la verdad.  Sin embargo, hay que reconocer que tienden a la extravagancia y a la magnificación del sonido, para muchos innecesariamente.  Sobre todo, Keith Emerson y sus teclados.  No soy capaz de decir que “Brain Salad Surgery” es el disco que más me gusta, pero si puede ser el que más odia la gente de su etapa clásica.  Aquí vengo yo a rescatar la portada de H.R. Giger, la brutal adaptación del “Toccata” de Ginastera, la locura de “Karn Evil 9” y la bella sencillez de “Still…You Turn Me On”. 

 

SUPERTRAMP “Crime of the Century” (1974)

El tercer disco de los británico era la última oportunidad para el éxito y lo lograron.  Rick Davies y Roger Hodgson renovaron la banda y marcaron una época de gloria, con ese sonido sofisticado y envolvente, lleno de melodías y arreglos que los ponía tan cerca del progresivo sinfónico como del pop rock.  Así es como conseguimos temas radio friendly como “Dreamer”, piezas más rockeras como “Bloody Well Right” o clásicos del sinfónico como “School” o “Crime of the Century”.   Música bonita, la verdad, en los tiempos que corren pocas cosas sonarían tan inocentes y sin malicia.  Las letras ya es otra historia.

 

BLOQUE “Hombre, Tierra y Alma” (1979)

La transición en España permitió el destape en muchos sentidos y en el musical no fue una excepción.  La apertura tardía hacia la democracia también hizo que algunos grupos llegaran a ciertos sonidos a destiempo. En este caso, el segundo disco de los cántabros Bloque es más propio del hard progresivo italiano de la primera década de los setenta.  Sin embargo, también tiene una vena muy hard rockera (gracias a la voz y la rudeza de la guitarra) que los acerca a lo que vendría con el heavy metal.  Si no los conoces escucha “Ya no hay nada en la calle/El llanto del Poeta” y “El Verdadero Silencio/La Muerte Renacida”, con sus letras críptica y su recitación agresiva, que las hace diferente.

 

JETHRO TULL “Aqualung” (1971)

Mi hermano José Luís, seis años mayor que yo, era muy fanático de Jethro Tull.  Coño, crecí escuchando vainas como Yes, Blue Oÿster Cult o estos tipos, así que cuando hablo de ellos muchas veces es desde el corazón.  Y me cuesta una bola decidirme por un solo disco.  Jethro Tull es el disco al que más le he sacado la chicha y cuando era más chamo alucinaba con el hecho de que Iron Maiden versionara “Cross-Eyed Mary”.  Caustico en sus letras, volátil en el estilo musical es “Aqualung”, con el folk y la poética de los sonidos pastorales por un lado (“Mother Goose”) y el hard rock protagonista por otro (el tema título y “Locomotive Breath”, eternos clásicos).  Hoy puede ser que escuche más “Thick As A Brick”, pero ya escribí esto sobre “Aqualung”, asi que así queda.

 

PAVLOV’S DOG “Pampered Menial” (1975)

No me caigo a cuentos.  Muchas cosas en esta lista pueden sonar anticuadas ahora, pero es innegable, a pesar del inclemente paso del tiempo, que están tocadas por una varita mágica.  Este primer disco de los estadounidenses Pavlov’s Dog inicia con la balada “Julia”, uno de sus temas más emblemáticos.  ¿Quién empieza actualmente un disco con una balada? Destaca la voz de David Surkamp, de tono tan alto que Geddy Lee (Rush) puede considerarse barítono.  Musicalmente eran muy elegantes y pomposos, con arreglos casi orquestales, que para algo tenían violinista, flautista y dos tipos metiendo teclados.  Sin embargo, la energía no escaseaba en temas favoritos para mí como “Song Dance” o “Natchez Trace”, con solo de violín y piano incluido.

 

CAMEL “MIRAGE” (1974)

“Mirage” formaba parte del mobiliario musical de mi casa, así que recuerdo a “Lady Fantasy” desde el tiempo jurásico.  Aún sigue siendo mi tema favorito de los británicos y eso ayuda a la elección.  El segundo disco de Camel también es un disco enérgico, de impronta más “rockera”, posiblemente gracias al abridor “Freefall”.  Sin embargo, esto es progresivo y la sutileza está presente a partes iguales en los temas largos como el antes nombrado o “Nimrodel/The Procession/The White Rider”.  Camel siempre ha sido sinónimo de Andy Latimer, pero no podemos olvidar lo que han significado los teclados de Pete Bardens para el sonido clásico de Camel. 

 

SAXON “Saxon” (1979)

El heavy metal se podía oler en el ambiente, la escena inglesa (que recibiría luego el nombre de “New Wave of British Heavy Metal”) empezaba a hervir a base de grupos y Saxon fue de los primeros de esta camada en lanzar un disco completo antes de finalizar la década.  Lo he escuchado hasta la saciedad y de él me gustan hasta las sobras, aquello que algunos rechazan porque no es heavy (“Big Teaser”, “Still Fit to Boogie”).  Los Saxon clásicos que todos conocemos ya están aquí en temas como “Rainbow Theme/Frozen Rainbow” o “Stallions on the Highway”.

 

RUSH “A Farewell to Kings” (1977)

Difícil es la elección cuando todos son merecedores del puesto.  Este es el caso de Rush.  “A Farewell to Kings” marca un cambio en la banda, suena más progresivo, pero sin llegar a perder ese rollo hard rockero que llevaban.  ¿Fue porqué grabaron en un estudio en el medio del monte en Gales? ¿O tal vez porqué probaron a usar instrumentos nuevos como campanas tubulares, sintetizadores o contrabajo? Quizás fue el aire fresco…Excusas para explicar la magia de los canadienses.  Ahora alguna excusa para explicar mi elección: “Xanadu” puede ser el tema largo más consistente que han compuesto.  “Closer to the Heart” el tema corto que mejor refleja ambas facetas.  Excusas para justificar una elección que bien pudo ser otra.

 

RORY GALLAGHER “Tattoo” (1973)

Había escuchado superfluamente a Rory Gallagher cuando me aventuré a comprar al azar algunos discos de su autoría.  Adquirir un disco como “Tattoo” en oferta te deja la sensación de haber pegado la lotería.  Tiene todo lo mejor del guitarrista irlandés, iniciando por su capacidad de componer temas de diversa índole, pasando por grandes momentos instrumentales para cada uno de los integrantes y terminando en la capacidad compositiva de Gallagher, con temas inmortales como “Tattoo Lady”, “A Million Miles Away” o “Cradle Rock”.  Si bien el fuerte del Rory estaba en su versión en vivo (“Irish Tour 74”, “Live in Europe”) discos como “Tattoo” siempre mostraron una versión sólida de él.

 

KING CRIMSON “Lark’s Tongues in Aspic” (1973)

No está fácil elegir un solo disco del Rey Carmesí, así como tampoco es fácil asimilar “Lark’s Tongues in Aspic”.    El tema título arranca como si no estuviera pasando nada y de repente estalla en tus oídos y en tu cerebro.  Es música vanguardista y suena tan moderna ahora como lo podía sonar en 1973.  Robert Fripp en ese momento estaba metido más de lleno en la improvisación libre y en los compositores clásicos europeos así que juntó unos panas y les salió esto.  Música experimental que marcaría el futuro de la música.  La ruptura con el pasado era evidente pero no completa, ahí queda la preciosa “Exiles”, como prueba.

 

THE ROLLING STONES “It’s Only Rock ‘n’ Roll” (1974)

Tenía un amigo en el colegio raro de cojones.  Mientras nosotros tripeábamos con Judas o Metallica, este carajo era fan de los Rolling. Llevaba una década de retraso.  También estaba jodido porque le daban dolores de cabeza con lo que no fuera rock.  Un caso para estudiar.  Hoy lo recuerdo y pienso que no estaba equivocado con los Stones.  Escucho “It’s Only Rock ‘n’ Roll (But I Like It)” y veo la portada del disco y me da nostalgia.  También me gusta, lo suficiente para recomendarlo. Hay temas infectos de energy rock como el tema título, “If You Can’t Rock Me” o “Dance Little Sister”, y otros emocionalmente inspirados como “Time Waits For No One”. Algunos dicen que es genérico, poco variado…hola ¿leíste el título del disco? ¡¡Es solo rock and roll!!

 

KANSAS “Leftoverture” (1976)

La personalidad de Kansas es única, su sonido inconfundible.  En los setenta grabaron una serie de discos que comulgaban con Dios y con el Diablo.  Sonaban en la radio y no perdían el halo de intelectualidad. El violín de Robby Steinhardt, más cercano al corazón de América que al jazz o a los clásicos, los ayudó a diferenciarse de las bandas progresivas clásicas.  “Carry On Wayward Son” fue el primer cañonazo bailable de la banda y refleja todas las virtudes del grupo.  Tema enérgico con instrumentación nutrida, descargas musicales y en 5 minutos.  Nada fácil de hacer.   También se dieron bomba en “Magnus Opus” y sus más de 8 minutos.  “Leftoverture” se presentó más comerciable y no sacrificó el sonido del grupo. 

 

BLUES CREATION “Demon and Eleven Children” (1971)

Hubo una banda japonesa llamada Creation que llegó a grabar un disco con Felix Pappalardi en 1976.  Antes de eso llevaban el nombre de Blues Creation y sacaron este trabajo que, así como te suena a Black Sabbath te pega un viaje a la América profunda.  El guitarrista Kazuo Takeda es el alma de la banda y un auténtico demonio que parece la reencarnación temprana de Iommi.   En esencia, esto es blues rock poderoso y psicodelia por un lado y blues folk tradicional en pequeñas dosis por otro.  Una joya a descubrir.  65

 

NEKTAR “A Tab in the Ocean” (1972)

Lo primero que escuché de Nektar fue “King of Twilight” versionado por Iron Maiden.  Era el lado B del single “Aces High” y le calzaba perfecto a la Doncella de Hierro.   Cuando escuchas el poder de la original entiendes el porqué.  Está agrupación inglesa formada en Alemania lograba una combinación especial de space rock, blues rock y progresivo.  Sonaban como si fueran alemanes e ingleses a la vez.  Sonaban cabilla y muy variados. E incluso fueron muy populares en el país germano.  “King of Twilight” hay que escucharla junto a “Crying in the Dark” (la versión de Maiden realmente es una adaptación usando los dos temas) para el placer completo.  Otra joyita, el tema título.  Lo digo, solo por si te da la curiosidad.

 

OMEGA “Omega 8 – Csillagok útján” (1978)

Me gusta ver las películas en versión original subtitulada.  Con la música igual, me gusta escuchar la sonoridad de cada idioma en la música.  Así que, en el caso de los húngaros Omega, si tengo que elegir entre sus discos en inglés o en húngaro, me voy por el segundo.  A algunos les sonará rudo o gracioso.  Igual que la música de esta importante agrupación progresiva, de la cual se dice es la banda húngara más importante de la historia.  Su sonido es muy representativo de una época y de una cultura, descriptiva de La Cortina de Hierro, por lo menos así percibo yo sus trabajos de los setenta.  Este es posiblemente su punto más alto, con temas importantes como “Léna” (“Russian Winter”) o las dos partes de Metamorfózis.  Space con hard rock y la voz única de János Kóbor como parte fundamental de una banda especial para mí.

 

BUFFALO “Volcanic Rock” (1973)

¿Existía el metal pesado a inicio de los setenta?  Uno diría que no, pero escuchas a los australianos Buffalo y ya no sabes que pensar.  Tenían algo del Black Sabbath más blues rock, con la guitarra de John Baxter sonando como sumergida en un pantano y la voz de David Tice como un solo músculo de poder.  El duo “Pound of Flesh – Shylock” describe perfectamente el dinamismo y la pesadez de este “Volcanic Rock”, el segundo disco de la agrupación. Una de las bandas pioneras del heavy metal en Australia e influencia de otras tantas alrededor del mundo y prácticamente nunca sacaron la cabeza del underground.   El bajista Peter Wells lamería después las mieles del éxito cuando fundó Rose Tattoo.

 

IL ROVESCIO DELLA MEDAGLIA “Contaminazione” (1973)

Basado en la vida y obra de Johann Sebastian Bach y usando como base “Il Clavicembalo ben temprato” del compositor alemán, estos italianos ponen a lidiar los instrumentos eléctricos con los clásicos bajo la batuta del director y arreglista Luis Enriquez Bacalov.  De esto nace “Contaminazione”, progresivo de energía desbordada, con temas cortos, momentos hipervitaminados y otros tantos de bella factura.  Fue una novedad en su momento y se convirtió en uno de los clásicos del rock progresivo italiano.  Es fácil que esto te atrape. 

 

YES “Relayer” (1974)

De muchacho disfrutaba mucho con “Fragile”.  También pensaba que “Close to the Edge” era insuperable.  Pero un día compre en una tienda de segunda mano “Relayer” y el inicio de “Gates of Delirium” me fundió los plomos.  “Relayer” fue el único disco en estudio que los ingleses Yes grabaron con el tecladista suizo Patrick Moraz y se nota.  Es muy Yes, pero también es más libre, más moderno, más jazzero, más demente.  Con Rick Wakeman no hubieran podido grabar algo así.  Al final a Moraz lo zapatearon para que volviera Wakeman, algo injusto porque ya había comenzado a grabar “Going for the One”.  El disco más experimental e hiperactivo de Yes sin duda alguna.  Posiblemente el que más exige en su escucha al oyente también.

 

JESUCRISTO SUPERSTAR “Versión Original en español” (1975)

Con la participación del grupo progresivo Canarios, arreglos de Teddy Bautista y el vozarrón de Camilo Sesto, esta versión de la Opera Rock de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, es mi preferida de largo.  Ya no solo es el idioma, musicalmente hablando es más rockera y más moderna.  Y escuchar cantar a Camilo Sesto en la tesitura más rockera e intensa de su vida es simplemente brutal, nada que envidiar a lo que hizo Ian Gillan en el disco conceptual de 1970.   Camilo Sesto arriesgó su capital para producir la obra y ganó.  Para el recuerdo siempre quedará “Getsemaní”, aunque para mi es el conjunto de la obra.  71

 

LOCANDA DELLE FATE “Forse Le Lucciole Non Si Amano Più” (1977)

Esta formación de siete miembros, con dos tecladistas y dos guitarristas, llegó tarde a la escena del rock progresivo y a pesar de eso debutó con uno de los discos más elegantes y melódicos del rock sinfónico proveniente de Italia. Romántico y de voz poderosa; equilibrado en sus pasajes etéreos e intrincado cuando la electricidad domina, el disco apareció cuando el progresivo ya iba de bajada, lo cual los condenó de arranque.  Para mí es un disco de una belleza innegable, sin la intensidad de los grandes clásicos y aun así emocional.  Algunos dicen que aquí hay pop, yo sigo buscándolo.

 

JEFF BECK GROUP “Rough and Ready” (1971)

Un disco con swing este, poco valorado, trabajo del guitarrista Jeff Beck.  Un nuevo comienzo después de una grave fractura de cráneo, lo que derivó en una nueva formación y sonido, donde el blues y el rock se alinean con el soul y el funk.  Fue un esfuerzo más grupal, donde las teclas de Max Middleton son tan protagonistas como su guitarra. El quinteto se completa con la humeante voz de Bobby Tench y la sección rítmica con Clive Chaman y Cozy Powell.  Por primera vez, a excepción de un tema, las composiciones serían de su autoría, lo que supone estar ante un disco más personal.  Lo hecho anteriormente con Rod Stewart y Ron Wood es historia, pero temas como “Situation” o “Got this Feeling” merecen ser rescatados.

 

STEVE HACKETT “Voyage of the Acolyte” (1975)

Escuchar este disco me confirma que el guitarrista Steve Hackett era una de las mentes brillantes de Genesis.  Ver en lo que se convirtió la agrupación británica tras su partida confirma lo fundamental que era en su sonido.  “Voyage of the Acolyte” es su primer disco en solitario y no palidece ante ninguno de los clásicos de su banda.   No hay nada de divertimento o azaroso, ni es un ejercicio para matar el aburrimiento.  Hackett tenía ganas de tocar con otros músicos, recuperar sus composiciones e incluso reutilizar secciones descartadas para temas de Genesis, como “Shadow of the Hierophant”.  Pensar en este tema como un descarte es de locos.  Disco tan granda como los clásicos de Genesis.

 

PREMIATA FORNERIA MARCONI “Storia di un Minuto” (1972)

El primer disco de PFM es una obra conceptual que narra la jornada de un hombre común.  También comienza la historia del buque insignia de una escena, la del rock progresivo italiano.   Fue la única banda de esa escena que tuvo éxito internacional, lo cual por sí solo no significa nada, pero escuchando este debut se entiende.  Ya eran músicos experimentados cuando grabaron “Storia di un Minuto”, y se percibe en el virtuosismo manifiesto en el uso de los instrumentos y en la musicalidad. Los grandes del género entroncan aquí con ese sabor italiano que incluso les permite ejercicios de sonidos medievales como “E Festa”. 

 

BANCO DEL MUTUO SOCCORSO “Darwin” (1972)

El mismo año que PFM lanza sus dos primeros discos, Vitorio Nocenzi y sus “Banco” presentan los suyos también, como si de una regla se tratase.  “Darwin” es un disco conceptual (nada más progresivo que un disco conceptual) que gira en torno a la teoría de la evolución, de vena intensa y melodramática por la interpretación vocal de Francesco Di Giacomo.  También suena a mediterráneo y renacentista por la formación clásica de los hermanos Nocenzi.  Nunca dejará de emocionarme la voz de Di Giacomo en “750,000 anni fa … L’amore?”.

 

HAWKWIND “Hall of the Mountain Grill” (1974)

Por Hawkwind pasaron infinidad de músicos, tanto que a veces no se sabía quienes integraban la agrupación.  Lo cierto es que Dave Brock siempre ha estado ahí.  Otro que estuvo también fue Lemmy.  Cuatro años en los cuales le dio tiempo de girar, grabar y componer.  Este fue el último disco con la banda de hippies antes de que lo dejaran tirado en la frontera con Canadá, detenido por posesión.  Al final pagaron la fianza para que tocara un concierto y lo despidieron.  Más allá de la anécdota, este es uno de los discos más accesibles de los ingleses, con una gran ambientación y momentos que pasan por el space rock, la psicodelia y el rock.  La energía se dispara en temas como “You’d Better Believe It” o “Lost Johnny” pero siempre con ese halo space de fondo típico de sobredosis de LSD.  Canciones como “Psicodelic Warlords” o “D-Rider” son grandes ejercicios del space y del sinfónico.  77

 

NAZARETH “Hair of the Dog” (1975)

Gran y personalísima voz la del desaparecido Dan McCafferty y aquí lo llena todo.  No es que sea un seguidor acérrimo de la agrupación escocesa, pero es innegable que este disco es un pelotazo de puro rock and roll que te da de lleno en la ingle.  El único momento en el que la banda te permite sobarte tus partes para aliviar el calambrazo es la balada “Love Hurts”.  El final con “Please, Don’t Judas Me” es para que te lamas las heridas.  Por el camino, temas como “Miss Misery”, “Changin’ Times” o el reconocido tema título te generan pubalgia crónica, gracias a la producción y al Groove de Manny Charlton en la guitarra.

 

GRANICUS “Granicus” (1973)

Fueron unos completos desconocidos hasta que algunos sellos pequeños fueron haciendo su agosto con ediciones no oficiales.  La banda resurgió en este siglo y publicó dos discos más, nada como este hiper vitaminado y super energético viaje eléctrico.  Hay similitudes con Led Zeppelin porque su cantante tiene agudos Robertplantianos, pero sonea encima de las descargas, al estilo de los soneros del Caribe.  Original y por momentos roza la histeria.   La potencia y la energía en los temas cortos le otorgan una energía extra para la época.  Temas como “Cleveland Ohio” o “Bad Talk” son pequeñas cuchilladas de boogie hard rock. Temas largos como “Prayer”, “Nightmare” o “Paradise” son un tobogán de ritmo, donde suben y bajan la intensidad a placer.  Gracias a la piratería por rescatar esta joya. 

 

SAMLA MAMMAS MANNA “Klossa Knapitatet” (1974)

Cuando lees que estos suecos fueron fundadores del movimiento RIO (Rock in Opossition) sabes que estás ante música de locos (algunos le dicen avantgarde).  Rock sinfónico de los setenta con folk escandinavo, canto tirolés, jazz fusión, estilo circense y mucho humor burlón.  En este caso, el humor está en el tono y en temas cortos como “Kom lite Nårmare”.  El trabajo, prácticamente instrumental les abre el camino hacia el lado más jazz y es un ejercicio de estilo, divertido e hipnótico si comulgas con sus locuras, Frank Zappa y el Canterbury.

 

VAN DER GRAAF GENERATOR “H to He Who Am the Only One” (1971)

No fue uno de los discos más vendedores de VDGG, sobre todo porque la banda no dejó que el sello lanzara “Killer” como single.  Les parecía que podían relacionarlos erróneamente con la escena hard rock.  Los músicos y sus principios.  El disco en sí mismo es tan bueno como cualquier otro de ellos, así de genios eran estos tipos.  Muy emocionales, cada instrumento y la voz tiene una intención.  En este caso, sin ser un disco conceptual, el tema de la soledad ronda en canciones como “Killer” (un tiburón en soledad porque se come a todos los peces a su alrededor), o “The Emperor in his War Room (donde Robert Fripp colabora).  La música de VDGG es fundamental para entender su el progresivo italiano, por ejemplo, país donde fueron ídolos de masa.  La voz de Peter Hammill. Con sus entonaciones, es imprescindible para entender la intencionalidad del canto.

 

TASTE “On the Boards” (1970)

Antes de hacerse popular con su carrera en solitario, el gran Rory Gallagher trepanó tímpanos con el power trio Taste.  Después de algún cambio de formación, conciertos memorables como la despedida de Cream y el Festival de la Isla de Wight, se disolvieron por diferencias musicales y un manager cabrón.  Su primer disco me gusta que jode y el segundo también.  Hay dos motivos que hacen que me decante por el segundo.  Tiene una impensable vena jazzística, algo que no ves venir si has escuchado su carrera en solitario.  De hecho, Rory, además de la guitarra, toca el saxo alto de forma genial.  La descarga jazz en canciones como “It’s Happened Before, It’ll Happen Again” es de un groove tremendo.  El segundo motivo es que el debut es de 1969 y esta es una lista de los 70.  Blues rock puyado, adulterado por los ingredientes que solo un tipo como Gallagher podía dar.

 

TEN YEARS AFTER “Recorded Live” (1973)

Llevo rato dándole vueltas a que disco elegir de TYA.  Tiene que ser en vivo.  La mejor esencia de Alvin Lee, Chick Churchill, Rick Lee y Leo Lyons estaba en el escenario.  Así que rompo la regla y elijo este grandioso doble LP, grabado y lanzado sin maquillaje, tal cual como sonaron en las diferentes ciudades de donde se extraen las tomas.  Alvin Lee es reconocido como el alma de la fiesta, aunque el paroxismo de Leo Lyons al bajo es reseñable.  Todos son unos diablos en sus instrumentos y la descarga, la improvisación, el jamming hace a este disco especial.  Si ya el doble es saciante, la edición aniversario del 2013 te da un empacho de puro blues, boogie rock and roll.   I’m Going Home” my baby!

 

BIGLIETTO PER L’INFERNO “Biglietto Per L’Inferno (1974)

Formaban con dos tecladistas en la banda y aun así sonaban más pesados que la mayoría de las bandas italianas de progresivo.  Estos tipos tuvieron mala suerte, este disco debut no tuvo una gran repercusión y su sello quebró antes de que lanzaran un segundo disco que ya tenían grabado, lo que los llevó a disolverse.  Pero el tiempo los ha puesto en su sitio, ya que este trabajo es considerado un clásico del género.   Emotivo, afilado en los momentos más hard, romántico a gotas, barroco en su esencia general.  Es una amalgama de lo que era el hard y el progresivo de la época, incluyendo la flauta de forma áspera y agresiva, alejada del halo folk.  Dos temas: “Confessione” y “L’amico Suicida”.

 

ACCEPT “Accept” (1979)

Vendrán tiempos mejores para los alemanes Accept, tan así que en pocos años se convertirán en una referencia del heavy metal europeo.  Mientras tanto, a finales de la década estaban buscando su norte y en este disco debut se nota.  Es mejor álbum de lo que se dice por ahí, con temas que ya se entregan al heavy con otros más hard rock, donde destacan “Seawinds”, “Tired of Me” o “Lady Lou”.   No aguanta las comparaciones con sus clásicos, cuando ya su sonido estaba definido, pero tan malo no era cuando no parábamos de escucharlo en los ochenta. 

 

MOUNTAIN “Nantucket Sleighride” (1971)

El segundo disco de los estadounidenses Mountain no tuvo un pelotazo como “Mississipi Queen” y aun así superó el éxito en las listas de su predecesor.  Tenía con que hacerlo, para mi gusto es un disco muy consistente, con temas envolventes como el tema título, el homenaje a Hendrix “Tired Angels” o la sublime “Travellin’ in the Dark”, con una línea melódica que se fija en el cerebelo.  La sutileza de Felix Pappalardi contrasta con el toque salvaje de Leslie West, aunque disfruto como un carajito escuchando el golpeo de Corky Laing en los tambores.  La abridora “Don’t Look Around” es un cañonazo bailable de esos que te hacen descargar, no importa si estás senil.

 

WEST, BRUCE & LAING “Why Dontcha” (1972)

Un buen día Felix Pappalardi decidió que tenía suficiente dinero como para dejar Mountain y entrar a una clínica de desintoxicación.  Sus compañeros Leslie West y Corky Laing estaban de acuerdo que las drogas eran malas, pero ellos no podían parar de tocar.  Así que Felix habló con su pana Jack Bruce, al cual conocía de cuando produjo los discos de Cream, y cuadro un power trio.  He aquí el primer disco, un trabajo donde canta más West que Bruce y que, sin tener la magia de las dos bandas antes nombradas, nos deja una buena retahíla de blues y rock duro de la época.  Los escuché antes que a Mountain y Cream y sin saber quiénes eran los implicados.  Aún hoy disfruto de temas como “The Doctor”, el rocoso blues “Love is Worth the Blues” o la épica “Out in the Fields”, con Jack cantando y tocando el piano, órgano y harmonio. 

 

LA MÁQUINA DE HACER PÁJAROS “La Máquina de Hacer Pájaros” (1976)

Nunca imaginé a Charly García en una banda como esta.  Conocí la música del argentino en pleno auge de su carrera en solitario en los ochenta y se movía en otras aguas, definitivamente.  Charlie decía que LMDHP pretendía ser “los Yes del subdesarrollo” y lo cierto es que, siendo progresivo, es otra cosa. Su primer disco en solitario es progresivo, tienen dos tecladistas en su seno y se nota en los arreglos y solos que consigues desparramados.  Pero también es muy rockero y funk por momentos.  Es una jambalaya de estilos que se beneficia de las aptitudes de unos músicos ya experimentados en otros sonidos.  Todo se deviene sin forcejeos, de forma natural en temas de mediana o corta duración, a excepción del cierre “Ah, te vi entre las luces”.  No tuvieron vida en su corta peregrinaje, pero hoy es reconocida su valía. 

 

CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL “Cosmo’s Factory” (1970)

Apenas duraron 5 años, pero grabaron y giraron con una compulsividad totalmente anormal.  Tres discos en 1969 más sus consecuentes giras puede agrietar cualquier relación.  Cosmo’s Factory aparece un año después y fue el último pelotazo antes de que realmente la banda se agriara.   Música “sencilla” y divertida, donde las raíces de la música que tanto amamos se manifiestan en forma de blues, country, swamp…en resumen: rock and roll.   Lleno de ganchos y temas que reventaron las ondas radiales, me gustaría destacar el inicio con “Ramble Tamble” y los 11 minutos de “I Heard it Through the Grapevine”, dos temas hipnóticos, casi en bucle de cadencia irrepetible. ¡Sabroso caracha!

 

GENTLE GIANT “Octopus” (1972)

Si quieres quedar de intelectual con tus amigos, diles que eres fan de Gentle Giant.  Músicos multiintsrumentistas, tres cantantes, con formación clásica, discos conceptuales, música que abarca desde el rock hasta la música de cámara, letras inspiradas en la literatura y la filosofía…  “Octopus” es su cuarto disco y la verdad es que es uno más de una discografía impecable, pero seguramente es el que más he escuchado y por eso está aquí.  Disco muy variado, sin altibajos y con joyitas como el ejercicio vocal al estilo madrigal del tema “Knots”.  Por cierto ¿Pueden imaginar algo más dispar que Gentle Giant teloneando a Black Sabbath en 1972? 

 

QUARTZ “Quartz” (1977)

Posiblemente el primer disco completo que se puede enmarcar en la NWOBHM fue este trabajo de la agrupación Quartz.  Producido por Tony Iommi y con Geoff Nicholls en la guitarra y los teclados, quien de aquí se iría a Black Sabbath a tocar desde las sombras.  Entre el heavy metal seminal y el hard rock, con grandes momentos con “Mainline Riders” tema abridor y ticket ganador.  Escucha este tema y dime que Iommi no se aprovechó de esta melodía para componer “Heaven and Hell”.  No creo en casualidades, tampoco es que sea una copia, simplemente atufa a Sabbath del futuro, pero con una producción menos gruesa.  Otro tema para degustar “Street Fighting Lady”.  Uhm, huele a New Wave of British Heavy Metal, unos añitos más y ya está cocinado.

 

NEW YORK DOLLS “New York Dolls” (1973)

¿Qué hacía Todd Rundgren produciendo a los desquiciados estos? La verdad es que uno no se imagina a este destacado productor, enfocado en el progresivo para esa época, tratando de plasmar en estudio el sonido de la escandalosa banda neoyorkina.  Lo cierto es que posiblemente solo un tipo como él podía capturar la verdadera esencia de los precursores del glam, el punk y el sleazy.  La actitud, la pinta y unos temas verdaderamente contagiosos no les dieron el éxito en ese momento, pero los colocaron en la posteridad.  Demasiado provocadores y adelantados a su época.  Canciones como “Vietnamese Baby” o “Personality Crisis” ya tienen en sus surcos el descaro y la rebeldía de lo que vendría en el futuro.  Otros temas, son puro rock and roll y recuerdan a unos Stones melancólicos.  Genios del caos.  92

 

MUSEO ROSENBACH “Zarathustra” (1973)

Uno de los mejores discos de progresivo italiano habla de la filosofía de Nietzche.  Es una incontenible fuerza hard prog, con la suite “Zarathustra” como fuerza motora.  Basado en los teclados (que caen en cascada en forma de órgano hammond, moog o mellotrón) y a la vez con la guitarra pesada y un cantante de voz rasgada, casi rota.  Oscuro y hermoso, contenido y explosivo.  Se le puede achacar una producción vetusta y aun así es mágico.  Los medios pasaron de él.  Decidieron sospechar de ideas de extrema derecha cuando la banda solo explicaba la visión filosófica del filósofo alemán (para los que crean que la cultura de la cancelación es solo de ahora).    El tiempo ha sido justo y le ha dado su verdadera dimensión en la historia de la música,

 

AMON DÜÜL II “Yeti” (1970)

Uno de los pilares donde se fundamenta el Krautrock, movimiento puramente alemán, donde mientras más raro y fumado sonaras, mejor eras.  O por lo menos eso era lo que yo pensaba cuando escuché este disco por primera vez.  Después descubrí que en toda esta improvisación y caos había una magia y un sentido que no se encontraba en todos los grupos.  Nacieron de la escisión de una comuna llamada Amon Düül, donde cualquiera, tuviera aptitudes o no, podía tocar.  Los que sabían tocar se plantaron en el momento que les ofrecieron un contrato discográfico.  Gente seria, “Yeti” es su segundo disco, doble Lp donde se mezclan temas estructurados con improvisaciones de diferente calaña y duración.  Intenso para su época, psicotrópico ayer, hoy y siempre.

 

DEREK AND THE DOMINOS “Layla and Other Assorted Love Songs” (1970)

Un álbum desde anonimato y con temas dedicados a la mujer de su amigo.  Suena a desastre y terminó en eso, aunque consiguió el éxito tiempo después que sus cenizas volaran.   Eric Clapton solo quería estar en una banda y no sentirse el centro de atención y lo logró porque tocaron sin promocionarlo a él.  Pero no hay que olvidar que el grupo eran músicos con carretera e incluso Duane Allman como invitado tiene un gran peso.   El Clapton más vivo, más eléctrico lo podemos conseguir en este trabajo doble, que por donde lo escuches es una muestra grosera de rock and roll salido de los pantanos de Estados Unidos.

 

ATOMIC ROOSTER “In Hearing Of…” (1971)

Los poderosos Atomic Rooster lanzan su tercer disco y navegan entre el energético blues rock, el hard y la frontera del progresivo.  Uno pensaría que el protagonismo de las teclas de Vincent Crane le quitaría dureza al disco y es todo lo contrario.  Con la guitarra casi desaparecida, es el ritmo y el poder del tecleo de Crane el que acerca la banda a los límites de contundencia máxima.  Otro punto álgido es la voz de Pete French, cantante de Leaf Hound, de gran potencia.  Dos temas para degustar: “Breakthrough” y “Break the Ice”.  

 

GOBLIN “Roller” (1976)

Si mi memoria no falla, creo recordar que “Roller” fue el primer disco de progresivo italiano que escuché.  Es curioso, porque estamos hablando de un grupo que se hizo popular por hacer bandas sonoras.  Entraron por la puerta grande con “Profundo Rojo” de Dario Argento y de allí “Suspiria” y “Zombi”, entre otras.  “Roller” viene a ser su primer trabajo de progresivo “tradicional”, lo cual les permite explayarse más en el desarrollo de los temas.  A pesar de la entrada de un segundo tecladista, no hay muestras descaradas de virtuosismo y si un trabajo en conjunto en pro de unos temas de hermosa factura.  Claudio Simonetti y compañía demostraron ser capaces de trabajar alejados de las directrices de unas imágenes.

 

MAGMA “Mekanïk Destruktïẁ Kommandöh” (1973)

Sin duda los franceses Magma son únicos.  Christian Vander se inventó un grupo, un planeta (Kobaïa), una raza, un idioma propio (kobaïano) y un subgénero musical (zeuhl).    Este disco es un auténtico tour de forcé, tanto para los músicos como para el oyente.  Se mezcla el jazz con el virtuosismo de la música culta contemporánea, rematando con coros operísticos cantados en este idioma inventado con inusitada fuerza.  Clásico e indescriptible para algunos, irritante y repetitivo para otros, pero nunca indiferente.  En mi caso, es un trabajo hipnótico, con una base musical fuera de mi rango habitual que me suena a gloria y que me puede causar sobredosis al género por exposición.  Música para anormales amantes de la música. 

 

LUCIFER’S FRIEND “Lucifer’s Friend” (1970)

Los alemanes Lucifer’s Friend, con el cantante inglés John Lawton a las voces, facturó en su debut un álbum de proto heavy oscuro, muy en la línea de Uriah Heep o Deep Purple, pero con un halo de cierta maledicencia en el contundente muro de sonido.  El órgano de Peter Hecht afianza el sonido demoledor y la sección rítmica con el bajo cabalgando y tomando el control por momentos, es toda una experiencia.  Diablos, como no va estar en la lista.   Estos señores tomaron otro camino musical en su segundo disco y así sucesivamente. 

 

FINCH “Beyond Expression” (1976)

Cuatro años de recorrido y tres discos publicados.  Fueron muy prolíficos estos músicos neerlandeses, que tenían en el guitarrista Joop van Nimwegen y en el tecladista Cleem Determeijer la columna vertebral del sonido del grupo.  En este segundo disco se afianzan entre el jazz, el progresivo y cierta dureza hard.  Con un guitarrista de velocidad y técnica endiablada y un tecladista capaz de generar multitud de sonidos a través de diferentes instrumentos, el disfrute de los contrapunteos está garantizado.  Solo 3 temas instrumentales en este disco con “A Passion Condenser” como la pieza principal.  Su paso fue fulgurante, aun así la estela no desaparece.

by: Manuel Losada

by: Manuel Losada

Publicista de profesión, hablador de paja por vocación. He canalizado mi verborrea hablando de lo que más me gusta, la música. Y lo he hecho a través de varios programas de radio y escribiendo en diversos medios. Actualmente desvarío a través de mi podcast , Freack Station , el blog de Arrecho y en Rock, The Best Music.

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