Desde el fracaso de taquilla de «Silencio» Martin Scorsese ha encontrado un filón en las plataformas de televisión para financiar sus nuevas producciones. Cintas con muy difícil rédito económico pero que otorgan prestigio a sus productoras. Sucedió con la anterior «El irlandés» y Netflix y ahora con esta “Los asesinos de la luna” y Apple. Y es que el genio neoyorkino ha decidido intentar sublimar el cine, no cayendo en las películas de superhéroes y seguir buceando en la condición humana.
Y es que “Los asesinos de la luna” no es nada novedoso en su brillante filmografía pues a pesar de que el contexto es de “western” crepuscular, pues se ambienta en la Oklahoma de los años veinte, con unos indios masacrados por el hombre blanco lo que se puede ver en cuanto se rasga un poco la superficie es cine de “gangsters” en el cual Scorsese es un auténtico maestro. Y es que podría ser un sencilla tetralogía con “Uno de los nuestros”, “Casino” y “El irlandés”. Más si tenemos en cuenta que el protagonista vuelve a ser Robert De Niro en su ¡nada menos! que décimo largometraje juntos pues a las antes citadas hay que sumar “Malas calles”, “Taxi driver”, “Toro salvaje”, “El rey de la comedia”, “New York, New York” y “El cabo del miedo”. Pero además comparte cartel con su otro actor fetiche como es Leonardo Di Caprio con el que también ha compartido rodaje en “Gangs of New York”, “Infiltrados”, “El aviador”, “Shutter island” y “El lobo de Wall Street”. Diez intervenciones para uno y seis para el otro aunque juntos bajo la batuta del creador de “La edad de la inocencia” sólo había sucedido en el cortometraje “The audition”.
Así que con una trama y unos actores conocidos se nos muestra este pedazo de miseria humana. Tipos sin escrúpulos que acaban con quien sea para seguir aumentando su dinero, influencia y poder aunque las personas a las que maten sean seres queridos. Un Maquiavelo filmado que se bordó en “El padrino”, “Los Soprano” o en cualquiera de los filmes de mafiosos dirigidos por Martin Scorsese. En ello se nota esa base católica del realizador italo- americano pues los indios practican esa religión contra los villanos miembros de la masonería o, incluso, ponderando al Ku Klus Klan. En eso está lejos de los postulados de Taylor Sheridan en «Yellowstone» y «1923» aunque más que por el tema religioso sea por juzgar de genocidio a los españoles para exculpar a los anglosajones.
Unos “Los asesinos de la luna” que mantiene un ritmo portentoso pues sus casi tres horas y media se llevan bien y no aburren, merced a un montaje de impresión de su habitual Thelma Schoonmaker y un hábil guion de Scorsese junto al brillante Eric Roth, perfecto para dar empaque a esta historia de asesinos en serie perfectamente integrados en la sociedad, ya que lo que se nos cuenta es la llegada de un veterano de la Primera Guerra Mundial que llega a la casa de su tío en Oklahoma, un poderoso terrateniente, convirtiéndose en un arribista que busca el amor de una mujer india, ya que la “Nación Osage” es rica gracias al petróleo encontrado en sus tierras. Desde ese momento los blancos empezaran a matar a su nueva familia india para heredar todo su dinero.
Y todo rodado con una puesta en escena maestra, gran fotografía de Rodrigo Prieto que desemboca en un final, si bien no sorprendente sí efectista. Un película monumental que demuestra el nivel de precisión de Martin Scorsese aunque no llegue a los límites de excelencia de “Uno de los nuestros”, “Toro salvaje” o “Taxi Driver”, por citar tres obras maestras de entre su espectacular filmografía. Hay algunos momentos algo repetitivos pero de esta complicada empresa sale más que bien parado. Gran dirección, técnicos de entidad y un reparto convincente encabezado por Di Caprio y De Niro pero donde también hay que destacar a Lily Gladstone y entre los secundarios Jesse Plemons, John Lithgow, Brendan Fraser, Cara Jade Myers, Scott Shepherd o Ty Mitchell.
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