Insuflemos un poco de verano festivo y desenfadado al webzine que falta me/nos hace… Al grano. BUCKCHERRY, la banda de Josh Todd y su fiel Stevie D vuelve a la carga después de su tradicional descansito de dos años tras el recomendable Hellbound de 2021 que me hizo reconciliarme en todos los sentidos con ellos.
Lo he comentado muchas veces por aquí, odié en su momento la trilogía Black Butterflies (2009), All Night Long (2010) y Confessions (2013), discos impostados y enfocados hacia el mainstream, con mucha baladita comercial AOR moja-bragas y una falta de actitud y peligro muy peligrosas. Menos mal que remontaron un poco el vuelo con Rock’N’Roll (2015) y Warpaint (2019), discos muy lejos de ser perfectos, que no se acercan ni de lejos a la trilogía inicial pero que saciaban la sed para los que nos consideramos fans…
‘Haz brillar tu LUZ’, porque la tienes y porque bien te la mereces…
Tras la pandemia vino el citado Hellbound (2021) y algo volvió a activarme a ellos de nuevo, una porque el Hard Rock volvía por sus fueros con tics setenteros zeppelianos y ‘a la Aerosmith’, otra porque leí una entrevista con Todd en el Popu (hacía mucho tiempo que no lo hacía) hablando de cómo se planteó aquellos momentos de confinamiento y cancelaciones por el bicho y comprobé la honestidad, la pasión/ilusión y la capacidad de trabajo que todavía seguía teniendo Josh después de tantos años.
Con todo normalizado y con la dupla Josh Todd/Stevie D a pleno rendimiento, nos llega su décimo disco en estudio titulado simplemente como Vol. 10 (2023). Los once cortes vuelven a rallar a un muy buen nivel, con momentos más hard rock cañeros caso de los encendidos «Keep On Fighting»/»One And Only» que me ponen las pilas en tiempo récord; estupendos momentos festivos con añadidos blues como en el inicial «This And That» (tan Aerosmith él), «Good Time» o «Turn It On» con ese toquecito funk tan divertido; acostumbrados tics acedecianos caso de «Shine Your Light» o el stadium rock de «Let’s Get Wild» que tan buenos resultados suelen tener en sus discos. Me quiero dejar para el final las dos powerballads, ¿Y por qué?… ¡¡¡pues porque siempre me las salto en las reseñas!!!, siempre me han parecido babosillas e impostadas hasta decir basta y, ¡oiga!, mira tú por donde que «Feels Like Home» me entra muy bien, a pesar de ese estribillo tan meloso y que siempre he criticado, y «Pain» me parece una balada muy chula a piano, muy ‘lennoniana’ y con un crescendo con el añadido de cuerdas que le da una épica muy especial. El disco cierra con la fiesta de vuelta con la resultona cover del «Summer Of 69» de Bryan Adams que te deja con un sabor de boca inmejorable y es que el verano ya está aquí. ¡¡¡Que a nadie se le olvide!!!…
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