Si eres medianamente flan de Los Simpson es probable que recuerdes ese capítulo en el que Homer cultiva semillas de tomate y tabaco con ayuda de unas gotitas de plutonio para terminar inventando el tomaco. Todos sienten un rechazo inmediato al probarlo pero al instante caen rendidos a sus pies y quieren más. Pues bien, no se me ocurre mejor forma de explicar lo que me ha pasado con este EP más allá de decir que es tomaco en estado puro.
Cuando el brutal death se adentra en los terrenos del slam y el gorrineo mi interés en sus propuestas decae por segundos. ¿Qué le voy a hacer?, no es mi palo. A uno no le puede gustar todo. Una primera escucha superficial de este EP debut de Nemesism, condicionada por los grupos de procedencia de sus miembros, te lleva al error. Es cierto que es brutal death y que comparte rasgos con el slam más gorrinete, pero la cosa trasciende en poco tiempo esos terrenos tan monolíticos por los que estos músicostransitan tanto en Guttural Secrete como, especialmente, en Cerebral Incubation.
Llama la atención la amplitud de registros vocales de Andrew LoMastro, que se mueve como pez en el agua desde el grave más profundo y gutural a unos agudos que recuerdan mucho al malogrado Trevor Strnad de The Black Dahlia Murder. Si ese rango no es suficiente para darle un dinamismo al asunto que en sus Cerebral Incubation no aparece por ninguna parte, aplanado por el grave eterno, los discursos en guitarra y batería de Randall Thompson y Michael Fitzgerarld, respectivamente, también más allá de lo que nos acostumbran con su trabajo en Guttural Secrete.
Ambos parecen haber ampliado su paleta de recursos al tiempo que refinaban las composiciones para hacer algo que, sin perder un ápice de potencia ni de complejidad estructural, se hace más inteligible y escuchable. Casi me atrevería a decir que suena más potente que en su banda original que, a pesar de los cambios continuos, no deja de resultarme un poco monocorde cada vez que me enfrento a uno de sus discos. Con Nemesism superan esto dotando los temas, tienen un movimiento y una coherencia que se te agarra a las orejas desde el primer compás pidiendo más y más. También ayuda que el EP no alcance los dieciochominutos de duración, ¿qué duda cabe?
El cuarto elemento en la formación, el bajista Bruno Macias Quezada, que parece haber militado tanto en Guttural Secrete como en Cerebral Incubation pero sin llegar a registrar nada con ninguna de las dos bandas, es una máquina. El sonido en general del EP es excelente y la producción demoledora, pero en el capítulo particular del sonido de bajo es para darle una matrícula de honor como está presente sin sobresalir ni eclipsar, redondo y cristalino, dando una consistencia general a los temas que ya quisiéramos escuchar más a menudo en discos de metal del palo que sea donde los bajos quedan al fondo de las mezclas como si al resto de la banda les diese vergüenza que la gente sepa que se relacionan con uno de esos subseres llamados bajistas. Aquí no, aquí el bajo lo peta y el bajista toma ventaja de ese sonido con una interpretación magistral.
Con estos mimbres, cuatro miembros en estado de gracia; con composiciones de tracateo intenso, retorcidas y complejas como mandan los cánones pero con suficiente dinámica y sentido musical como para resultar fáciles al oído y entrar a la primera; y un sonidazo que ojala fuese más habitual, Nemesism despachan cinco temas en este primer EP homónimo con el que se presentan al mundo para dejarnos con la miel en los labios y diciendo: tomaaaaaaco, quiero más. Y, añado, lo quiero pronto. Si te gusta el metal extremo y el brutal death no los dejes pasar. Pégales un orejazo que muy probablemente te alegrarás con el descubrimiento y si no pues es poco más de un cuarto de hora, hay grupos de esos progresivos que necesitan ese tiempo para la intro de un tema.
Félix Moráles Hidalgo
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