Detrás de este árbol del ahorcado tristemente famoso de Londres, del cual han cogido el nombre esta banda barcelonesa capitaneado por dos músicos procedentes de la banda de Gaby Alegret, Los Gatos Salvajes, como son Jordi Marqués y Peter Dijksterhuis, a los que se unen Wenderson D. Paula, Alex Marqués y Michel Solves para dar vida a este proyecto pleno de hard rock de influencias clásicas y que a mi me recuerda mucho tanto a Thunder como Little Angels por tomar dos nombres de referencia apartándome de todas esas bandas clásicas que todos concomemos y que resultan salida fácil a la hora de tomar como guía para hablar de un disco de hard rock.
Y que me recuerda principalmente a esas bandas os preguntaréis, pues principalmente por el uso de los teclados durante las canciones y las dos que abren el disco, «Blackout» y «Gun Powder» son claro ejemplo aunque esta última presuma de unas guitarras poderosas de hechuras más heavys. Reminiscencias blues en «I don’t know» que engarza con un poderoso hard rock llamado «Live it up» con un estribillo que engancha a la primera. «Don’t turn me away» es un muy buen medio tiempo que recuerda historias más propias de los ochenta pero sin caer en la opulencia de la power ballad. «Barking dogs» posee un buen riff que domina la canción y un ritmo pegadizo además de fantásticas melodías vocales.
Atención a «Sweet Maria» de hechuras más rockeras, buenos coros, influencias clásicas e incluso algún guiño sureño. «The end of the road» tiene un comienzo que puede recordar a Uriah Heep o Deep Purple con el teclado como protagonista absoluto para dirigirse como un bólido hacia un sonido de corte más actual sin perder de vista lo nombrado al inicio, una gran canción. El disco lo cierra «Hidden Fortune» donde vuelven a dejar claro que se han marcado un estupendo trabajo de hard rock, otro más este año en el que el estilo en nuestro país está dejando discos a tener muy en cuenta.
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