El fútbol, y más como el negocio que se concibe hoy, tiene muchas cosas malas, pero cuando se enarbola en la fiesta de los pueblos, merece la pena. Un buen día el amigo Torra pone una foto de Gorka Santamaría celebrando un gol con el Badajoz. En cuanto le digo que soy del Logroñés, pese a ser competidores en una carrera por recuperar viejos laureles (que con el mismo nombre ya no volverán), se crea una especie de empatía, de camaradería. No somos rivales, somos, en el peor de los casos, hermanos de infortunio, condenados a vagar por la ignominia. La parte buena es que gracias a eso he descubierto una buena banda de rock, y encima extremeña (los riojanos somos los extremeños del norte: nadie se acuerda de nosotros). En resumen, viva Extremadura, menos parlar y más destripar. Un, dos, tres… ¡Rack!

 

 

No Stopping You. La primera da nombre al disco. No lo he vivido en mis carnes, pero lo he visto unas cuantas veces. Cuando alguien tiene una experiencia personal al límite, como el caso de Rack, y vence, se convierte en una suerte de Odiseo, de Zeus después de tumbar a Tifón. Vuelve a los orígenes, se concentra en su propio núcleo, y sale reforzada. El guitarreo tiene un rollo entre Credence Clearwater Revival y, sobre todo, Lynyrd Skynyrd. Es Simple man, con el tempo más acelerado, pero con el mismo espíritu. La batería es otra cosa. Rotten (¿será primo de Bonnie Rotten? ¿De Bas Rutten y lo ha escrito mal?) lleva un rato agazapado detrás del charles, del bombo… hasta que toma velocidad de crucero. Aún suena más a Lynyrd Skynyrd, como después del solo de Free Bird. La voz de Rack tiene un aire (qué sabré yo de música) a Mónica Green, que fue cantante en la banda de Buenafuente y hasta grabó Ábreme la puerta con los Mojinos Escozíos, la canción de pitorreo a Pimpinela. Tiene un poso grave, casi blues, lo que le da alma al rock que lanza la voz, como si fuera un ancla, una conexión permanente a sus raíces.

I search. La referencia es inmediata: Rockin’ In The Free World de Neil Young. Aún tiene un aire más grande a la versión de Pearl Jam, a la energía que le dan Eddie Vedder y compañía. Sin matarse, la sala de máquinas, batería, bajo y guitarra rítmica, Rotten, Chino y Torra, han adoquinado una vía donde la voz de Rack camina, como caminaba Neil Young en el videolip original, hasta que en el estribillo saltan unos coros graves, casi rasposos, pero muy efectivos, contraste perfecto a una Rack que busca registros más agudos, más potentes.

 

 

Mordazas. El primer puñetazo en la jeta que suelta esta canción trae a la mente Mercyful Fate, en la versión de MetallicA del Garage Inc. Después como de seis minutos de canción, uno de los cambios de tercio, con Hetfield y sus abundantes Yeah!. Las estrofas tienen otra aura, más moderna, del estilo a Saliva… casi a ese rock añejo tipo Black Label Society… hasta el punteo. Es como si Luk hubiera hecho un gesto y todos pisaran a fondo el acelerador.

Don’t say no. Un destello de MetallicA: The more I see, también del Garage Inc. Newsted y Chino sonando entre los timbales a todo trapo. Ahora, esto es un destello. En cuanto entra el guitarreo, tienen otro rollo más rockero, más Guns & Roses, y cuando entra la voz de Rack, es como ver a Slash con Aretha Franklin: muy rockero, muy blues, muy soul a la par. En los últimos estertores de la canción, ese nanananana… es Axl Rose en You could be mine (banda sonora de Terminator, del bueno, del de Sayonara, baby).

Su deuda. Pequeña transición a otro tipo de rock, más urbano, como los inicios de Barricada, como Sínkope (reseñar a un grupo extremeño sin nombrar a Vito y sus muchachos es pecado). Rack está demostrando que puede vencer esa especie de inmovilidad del soul o del blues. Puede ponerse de mala leche, puede reclamar lo que es suyo y bramar por una injusticia. Sal a la calle, y haz camino / los malos de este cuento minan tu destino. La sala de máquinas es como el motor de un transatlántico, poderosa y medida, para quedarse en un puente que recuerda a Koma en Marea gora y lanzar un punteo a lo Slash antes del apocalipsis final.

 

 

Cuero y carmín. Incursión en el punk. Batería revienta cajas y guitarreo muy rápido para lanzar estrofas llenas de mala leche, como Shöck en Son sus leyes. Tirando te timbal recuerdan a Kortatu, pero es un flashazo. Estos cinco tienen ganas de patear culos. Que no se vende, y que nunca se venda, el punk rock. Un punteo cañerísimo, aunque empiezo a asociar a Luk con Slash. Hasta cuando se va al punk sigue sonando a Slash.

Inherent mind. Vámonos al pantano, a Louisiana. Joder, casi oigo a las chicharras y veo a esos tarados que cazan caimanes a mano. Broken out in love, de Mark Crozer and the Rels, la canción de The Wyatt Family o la de Vinnie Marseglia, lo que demuestra que, si quieres oír buena música, busca canciones de wrestlers. En cuanto lanzan el riff principal, la viga maestra de la canción, tienen un aire cojonudo a The Riff Truckers, fellitas. For Tommy, que abría su Over the Edge. Osman y Gotzon podrían estar de invitados en un bolo, pateando culos con estos cinco… se iba a cagar la culebra.

You never lose. El comienzo tiene un aire a Don’t say no, pero ahora incursionan en el rockabilly. Es ese tipo de rock que hacen mis coleguis The Boo Devils, a medio camino entre el rockabilly y el psychobilly. Con un bajo fortísimo (Boo Devils contrabajo) y ese punteo slide dando leña. Parecía un tema instrumental, con apenas unas pocas estrofas, pero se ha convertido en un camaro desbocado por la autovía. Pura mala leche rockabilly.

 

 

No Stopping You (piano version). Hemos mandado a Lynyrd Skynyrd a casa, y a la Credence también. Un piano y Rack. Y punto. Aquí podemos oír las cicatrices, podemos sentir la experiencia que ha originado este disco, sin luces, sin distorsión, sin nada superficial, directo a la esencia. Esta vocalista suena que lo tumba. Es algo tan personal que me siento un intruso, como si estuviera molestando, como si estuviera interfiriendo en una experiencia personal.

En resumidas cuentas, nunca sabes dónde puedes encontrarte un discazo, ni dónde puedes hacer unos amiguetes. No sé cómo andará de popularidad, pero desde luego que, con este nivel de calidad, el rock no puede estar muerto.

Para los convencidos, enlaces de la banda:

 

Correo electrónico: rackrollandtheremayteds@gmail.com

Teléfono: 646726339 (Torra)

Facebook: https://www.facebook.com/rackrollandtheremayteds

Instagram: @rackrollandtheremayteds

Canal YouTube: https://www.youtube.com/channel/UCv0v4_b6JcUNnirsRy7DtdQ

RACK ROLL & THE REMAYTEDS – NO STOPPING YOU

by: Teodoro Balmaseda

by: Teodoro Balmaseda

Escritor de ficción y crítico desde la admiración. Si te gustan mis reseñas, prueba 'Buscando oro' en tu librería o ebook.

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  1. Buena lista!! aunque tanto Lee Marvin como Anthony Quinn son para mí de la categoría de protagonistas... Buen trabajo Edu.

  2. Que grandes todos ellos. Para mi, el más desconocido es Anthony Quayle. Una vez más, Edu, un gran trabajo.

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