Es cierto que no llenó pero sí consiguió atraer una enorme cantidad de personas Alter Bridge por su último paso por Madrid. El recinto elegido era el Palacio Vistalegre que rozaba el aforo máximo en la pista y presentaba tres cuartas partes en la grada, lo cual en un coliseo tan amplio es siempre buena noticia. Los estadounidenses llegaban para presentar su último disco «Pawns & Kings» con el que han vuelto a la carretera desde el 2019 con su gira del “Walk the sky”.
Aunque para calentar motores primero nos sorprendió Mammoth WVH, el primer trabajo de Wolfgang Van Halen, hijo del mítico guitarrista Eddie Van Halen, que para su debut apuesta por el hard rock con toques de metal y stoner. Canciones como “Distance”, “Don’t back down” o “Epiphany” por parte de un quinteto con tres guitarristas y que, como curiosidad, sacaron un teclado para un solo tema. Treinta y cinco minutos que dejó buenas sensaciones en este multi instrumentista que fue bajista con Tremonti y de ahí la conexión.
Los siguientes eran Halestorm, capitaneados por Lzzy Hale que en sus cuarenta y cinco minutos presentaron una buena muestra de su reciente “Back from the dead” aunque finalizaron con sus éxitos “Love bites (so do i)” y “I Love the misery”. El respetable estuvo receptivo ante la actitud de su front woman, algo “gritona” en su forma de encarar los temas y con cierto punto de “postureo” sacando dos guitarras con doble mástil y doce cuerdas o acabando un solo de batería con unas baquetas gigantes.
Y tras el calentamiento llegaba el “plato fuerte” con Alter Bridge que salieron con un simple telón con la portada del “Pawns & Kings” en la parte trasera pero un efectista juego de luces durante la hora y cuarenta minutos de puro espectáculo de los de Florida. Comenzaron con la nueva “Silver tongue” y entre medias nos presentaron en vivo “Sin after sin” y “Pawns & Kings”. Todas sonaron fabulosas pero merced al genial punteo central en la canción homónima destacó sobre el resto.
En cuanto al repertorio tiraron de sus grandes hits de antaño, obviando sus últimos trabajos pues del anterior “Walk the sky” sólo interpretaron “Wouldn´t you rather” y eliminando cualquier vestigio del “The last hero”. Así que en la noche madrileña fueron cayendo sin remisión “Addicted to pain”, una genialidad que nos elevó por su forma de acometer el corte como “Before tomorrow comes”, “Broken wings” (uno de los pocos momentos en los que Myles Kennedy cantó sin guitarra), “Isolaton” o “Waters rising”.
Todo realizado con un gusto y clase espectacular con un Myles Kennedy que a las seis cuerdas no sólo se limita a acompañar y que con la voz se encuentra a nivel superlativo sin necesidad de pegar gritos sin ton ni son, sabe que su timbre es privilegiado y lo aprovecha, con un Mark Tremonti impecable, un “guitar hero” con una facilidad pasmosa por hacer simple lo complicado y con esa capacidad de poder sacar la melodía o el riff adecuado en cada momento.
Ellos son la imagen de la banda pero es que además cuantan con una sólida base rítmica como son Brian Marshall al bajo y Scott Phillips a los parches, auténticos titanes a la sombra. El “show” proseguía con “Metalingus”, un “In loving memory” en acústico, “Blackbird”, un “Cry of Achiles” en modo épico y un “Rise today” que demostraba el grandísimo espectáculo que ofrecen siempre Alter Bridge en directo, cosa que el público entendió y al que se le veía completamente entregado, cantando los estribillos, siguiendo las consignas de Myles Kennedy de palmas, brazos levantados de izquierda a derecha o de sentarse en algún momento más íntimo. La banda lo agradeció con siguiendo algún coreo a ritmo de batería o guitarra.
Una despedida que parecía ser un transición al dejar una distorsión en “Rise today” hasta que el cuarteto volvía a escena para finalizar con “Ghost of days gone by” y la excelsa “Open your eyes” que nos dejaba la sensación de asistir a uno de los eventos del año.
Muy bien contado José Luis! Efectivamente fue así… en lo personal, siempre quiero un poco más de «los viejos éxitos», pero el show fue muy bueno.
Para destacar: el acompañamiento lumínico (fue impresionante). Para mejorar: el sonido, por momentos no fue claro/limpio… y cuando hay guitarras con tanta presencia, eso debería ser fundamental. SalU2!
Muchas gracias, Guillermo por el enriquecedor comentario. Fue un gran espectáculo y de acuerdo en el magnífico juego de luces. Un saludo.