Tenía muchas ganas de que llegase este momento, de hecho ni más ni menos que… ¡¡¡8 años!!! Así es, casi una década sin pasarse por aquí una de mis bandas definitivas de Stoner Psicodelia, Heavy Psych, Hard Blues y Prog Rock. La razón es bien sencilla, la banda se toma su tiempo en componer nuevas canciones, en concreto cada cuatro años, y tras su Spirit Knife (2014), que fue con el que me volaron la cabeza (y el alma), se me pasó su cuarto álbum, Surge Ex Monumentis (2018) que fue cuando pasaron de llamarse JEREMI IRONS AND THE RATGANG MALIBUS a defender una nueva etapa creativa, con nuevas vías de expresión bajo las siglas JIRM. Bien, han pasado cuatro años más y no han faltado a la cita. Esta vez el que suscribe tampoco… Prepárate para saltar muy alto y muuuy lejos porque ya está aquí el quinto disco de estudio titulado crípticamente como The Tunnel, The Well, Holy Bedlam (2022)...
Sellemos el ‘Pacto Líquido’ con los de Estocolmo…
Los suecos, conformados por Karl Apelmo (voz, guitarra), Henke Persson (batería), Viktor Källgren (bajo) y Mike Pettersson (guitarra), siempre se les definió en su etapa anterior como un híbrido retorcido entre Soundgarden y Pink Floyd, con un Karl Apelmo debatiéndose siempre entre los agudos del Dios Cornell y Jeff Buckley y no seré yo el que les quite razón, pero desde 2018 se han convertido en un ente mucho más complejo, experimental y poliédrico, mucho más difícil de clasificar y encasillar y con su nuevo disco, The Tunnel, The Well, Holy Bedlam (2022), la nueva riqueza de sus composiciones vuelve a orbitar en el Stoner, el Doom, el Space Rock, el Progresivo, el Free Jazz y, por supuestísimo, la psicodelia, todo ello con un dramatismo muy cinematográfico y unas atmósferas que transitan sin complejo entre los pasajes más claustrofóbicos y ahogados junto con los ambientes más etéreos y lisérgicos. Las seis composiciones rebasan holgadamente los 7 minutos, de hecho «Deeper Dwell» arriba sin despeinarse ni agobiar hasta casi los 13 minutos en un caos de Space Rock Psicodelia y Free Jazz que da gusto pero el inicial «Liquid Covenant» abre fuego con exotismo hindú con esos sitares y unas armonías vocales como lamentos eternos de dolor y placer auditivo con ese timbre vocal entre el mencionado Buckley y Mathew Bellamy. «You Fly» tiene en su columna vertebral minimalista el Doom pero se hace acompañar por constantes ataques Free Jazz que le dan ese toque épico y psicótico a la vez. «Repent In Blood» es uno de los ‘must’ de este disco, todo lo que son y todo lo que tienen los JIRM se encuentra aquí, un tema con múltiples cambios, con pasajes realmente dramáticos y dolorosos y un clímax final que te hará llorar desde la primera acometida. «Carried Away» prosigue el drama y la sensación de épica claustrofobia, aquí sale a relucir una nueva influencia o similitud pues Apelmo me recuerda a ese apasionado registro en agudo del mismísimo Simon Melli (The Widowbirds). El disco llega a su recta final con «Pestilence», quizás el más musculoso y Stoner de todo el conjunto, a pesar de ese comienzo en acústico, en esta ‘grand finale’ las guitarras literalmente queman en un muro infranqueable de pecadora culpa y caos creado por el ser humano. Es el perfecto cierre para dejarnos tirados por el fango y no levantarnos jamás con el castigo (merecido) al que hemos sido sometidos por los de Estocolmo…
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