Tras la marcha del excelso Erik Grönwall, primero por enfermedad que parece por suerte haber superado y luego por su incorporación a Skid Row, ha propiciado el regreso a H.E.A.T. de Kenny Leckremo, vocalista original de la banda y otra jodida bestia parda al micrófono. Y con este retorno, nos H.E.A.T. nos presentan «Force majeure» es el séptimo disco de H.E.A.T. en el que no pierden ni por asomo su manera de comprender y ejecutar el hard rock melódico aunque bien es cierto que se denota cierto aumento de potencia en sus canciones. Y eso se nota rápidamente en esa guitarra que nos introduce en «Back to the rhythm» así como en la batería, muy contundente y un Leckremo brillando de manera majestuosa tanto en la estrofa como en el estribillo. «Nationwide» no se queda atrás con un riff de esos que te engancha nada más comenzar a dejar impronta de su fuerza y una ejecución vocal estupenda, veloz en la estrofa, rabia en el estribillo. Llevo solo dos canciones y ya estoy como una jodida moto. «Tainted blood» me recuerda a los Europe de sus primeros discos, con un ritmo muy marcado y un estribillo que no pierde comba. «Hollywood» es un manual de como hacer hard melódico, algo que para estos tipos se presenta de forma natural.
No se queda ni mucho menos atrás «Harder to breathe» en la que muestran un tema melódico de corte más actual jugando muy bien con esas bajadas de revoluciones, manejándolas perfectamente. Me encanta «Not for sale», esas guitarras, ese aíre épico donde por momento me vienen a la cabeza los británicos Magnum. Piano y guitarra se alían de manera natural en la balada «One of us» que explota en el estribillo. «Hold your fire» suena como una canción de los ochenta convenientemente actualizada, consiguiendo lo mejor de ambos mundos. El comienzo de «Paramount» puede confundir, despistar aunque pronto la cosa se desenvuelve por cauces propios del hard melódico con una entrada al estribillo fantástica. «Demon Eyes» es cuasi heavy metal con ese comienzo – ¿»Fear of the dark»? – y la entrada de la batería y el riff que desprenden chispas. Cierra el disco «Wings of an aeroplane» con unas guitarras que te dejan con la boca abierta y un despliegue vocal de altura. Un gran disco, bueno, a lo que nos tienen acostumbrados H.E.A.T.
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