Parece que el revival psicodélico 3.0 va cogiendo cada vez ¡más raíces profundas! No seré yo el que se queje. Mejor, bandas que emulen los vapores del LSD que bandas con egos desmesurados, con tonadillas pop melomierdosas.
5 melenudos, barbudos, bigotudos, y con ropa pillada en el mercadillo o en el armario de sus padres o abuelos y ya están listos para sacar un disco acorde al su estilo. Aunque cuidado, llevan desde 2014 sacando cosas y no pocas.
Discos irregulares, pero no exentos de grandes temas que ya pintaban maneras. Les faltaba la puntilla para conseguir el disco perfecto. Con “A Round of Applause, Hooverill consigue un disco que sigue conteniendo ese caleidoscopio de influencias, de space rock, krautrock y psicodelismo, pero esta vez más contenido y dejando un espacio más amplio al pop.
Aunque cuidado, es un disco que gustará a los amantes de Gong y a las filigranas de Steve Hillage. Estos tíos han escuchado mucho a Daevid Allen y saben sazonarlo para que tenga un lavado de cara más moderno, pero no demasiado.
Un disco de ejercicio muy peligroso pero del que salen airosos. Mezclar el espíritu de los años setenta con puntillas de soft rock y pop de lo más fresco y tatareable, es un ejercicio que, a veces, puede pecar de falta de conexión, pero que aquí se une para formar un disco de lo más interesante.
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