Mucha gente podría pensar que una banda con una carrera tan dilatada como la de Cave In, con 6 discos de estudio previos a Heavy Pendulum a sus espaldas y tras sobrevivir a la muerte de un miembro tan importante como fue Caleb Scofield ya dijeron todo lo que tenían que decir, pero todo eso está bastante lejos de la realidad. Parece que la banda, a través del genio infravalorado de Stephen Brodsky, han vuelto con un disco redondo de principio a fin y que aúna todas las etapas de la banda en una mezcolanza sonora bastante equilibrada. Me recuerda al breve resurgimiento que tuvieron los Foo Fighters en cuando a calidad en un disco cuando lanzaron «Wasting Light», pero salvando las distancias, ya que Cave In abarca mayor amplitud sonora y esperando que musicalmente den más de sí que Grohl y compañía.
El disco recoge oscuridad, guitarras potentes, rabia, estribillos con cierta dosis de melodía y tocando todos los palos que componen la banda (rock alternativo, sludge, hardcore, grunge, etc…) Tras darle al play podemos escuchar esas guitarras hardcore y afinaciones propias del sludge de las que la banda se ha impregnado por la sombra aún alargada de Caleb Scofield y el hecho de que un miembro de Converge como Nate Newton haya acabado en la banda para labores vocales secundarias, además de los flirteos de otros miembros de Cave In formando parte de Converge en el pasado. De hecho, se nota la presencia de Nate con esos gritos a lo Scott Kelly de Neurosis en temas como «New Reality» o «Blood Spiller» donde es inevitable menear la cabeza ante unos riffs que ya habrían querido sacar Mastodon en su último disco. Quizás alguien se pregunta si queda algo de esos Cave In de discos como «Jupiter» o «Antenna», de un corte más de rock alternativo, la respuesta está en «Floating with Skulls» pero diría que es una excepción y aun así podría decir que está impregnada de la atmosfera del disco. Otro registro que ha conseguido recoger Brodsky y compañía es su gran influencia del sonido Seattle en temas como el que da nombre al disco llamado o el single llamado «Blinded by a Blaze» que podrían estar perfectamente en cualquiera de los últimos discos de Soundgarden antes de la separación prolongada o en la etapa más oscura de Alice In Chains. Sí, la oscuridad vomitada en forma de riffs es una constante en el disco y tras varias escuchas sigo teniendo esa sensación de disco con personalidad propia, donde a pesar de poder mencionar algunas singularidades tiene esa capacidad compacta de discos como el Superunknow o el Lateralus, pero en clave Cave In. Medios caminos entre el «grunge» más duro, el sludge, tintes de hardcore, voces desgarradoras y otras voces majestuosas que se abren paso entre la niebla distorsionada de la evolución definitiva del sonido de la banda. Intento buscar algún pero al disco o alguna falla, pero me es imposible, es una amalgama sonora que toca la perfección, donde no sobra canción alguna, y prueba de ello es el cierre del disco llamado «Wavering Angel» que es una lección de cómo fusionar guitarras acústicas con explosiones distorsionadas, estribillos pegajosos y acabar con solos donde tus oídos pueden alcanzar el nirvana.
Me sorprendería y a la vez no, que Cave In fueran de nuevo infravalorados por la crítica y público tras marcarse lo que para mí es su disco más redondo y maduro en cuanto a evolución de su sonido que han hecho hasta la fecha. Por ello, para mí son candidatos a lo mejor de este 2022 y quizás en años venideros.
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