Cuarto disco de estudio para los estadounidenses The Lumineers, una de las propuestas más importantes dentro del folk rock americano tras su fulgurante comienzo en 2012 con aquel célebre “Ho hey” que aparecía en la sobrevalorada película “El lado bueno de las cosas”. Siguieron manteniendo su estatus con “Cleopatra” y empezaron a decaer con “III”, ya que su fórmula comienza a resultar repetitiva sin capacidad de sorpresa.
Y por desgracia algo de esto hay en “Brightside”, ya que los de Denver han compuesto un Lp corto de poco más de treinta minutos de duración con demasiados pasajes de transición, minimalismo y languidez. Y eso que la cosa comienza bien con el tema homónimo que presentaron hace unos meses como adelanto y que, sin duda, es lo mejor de “Brightside” merced a una bella melodía con estupendo estribillo y un tono más jovial aunque manteniendo la melancólica voz de Wesley Schlutz. Tras el prometedor inicio sigue “A.M. radio”, último single del álbum, otra muestra interesante al que sigue “Where we are”, tema con una estructura repetida en las estrofas y fuerte presencia de pocas notas de piano. Tras esta primera parte prosiguen con una zona central más relajada que encarna a la perfección “Birthday” con el solo acompañamiento de la guitarra en un corte enteramente de cantautor y donde apenas existe la percusión del otro miembro fundador Jeremiah Fraites hasta el más animado final. Tres cuartos de lo mismo sucede con el segundo sencillo “Big shot” sustituyendo las seis cuerdas por las teclas del piano hasta el precioso punteo final aunque hay que reconocer que tras “Brightside” es de lo mejor compuesto y que antecede el deje “garajero” de “Never really mine” aunque sólo se escuche una distorsionada guitarra y los golpes de batería. “Rollercoaster” vuelve al piano como protagonista principal e único instrumento en su práctica totalidad, con la salvedad de algunas notas de guitarra. Todo ese minimalismo de una parte del disco se deja traslucir en “Remington” donde en menos de dos minutos intentan ofrecer una atmósfera íntima, con la particularidad del uso de lo que parece una caja de ritmos para la percusión y que nos lleva al final con “Reprise”, más animado y con el piano recordando al inicio al “Summer in the city” de Joe Cocker aunque en tono The Lumineers y en modo variación sobre el primer tema del ábum.
Seguro que “Brightside” contentará a los seguidores de la banda de Colorado aunque quizás peque de falta de originalidad, ya que aunque no está mal sí le notamos falta de frescura. Canciones bonitas pero en modo piloto automático camuflado en minimalismo y una supuesta intimidad que se observa hasta en la portado con esa mano inferior sobre un cielo azul y despejado.
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