Si este 2021 una institución del Jazz como Pharoah Sanders nos dejó el mejor disco del año cuando nada ni nadie se esperaba algo así de él, otro grande del Jazz, más concretamente del Free Jazz, como Roscoe Mitchell, sin tener absolutamente nada que demostrar, ni compromiso alguno con una discográfica, decidió a principios de 2021 en hacer su primera grabación en solitario en 17 años. La ingeniera Wendy L. Nelson le instaló un estudio casero que permitiera a Mitchell grabar cuando el quisiera y diera rienda suelta a lo mejor que el sabe hacer ; improvisar.
Entre febrero y abril realizó una serie de grabaciones, poco más de 64 minutos, diecinueve pistas en una combinación de varias improvisaciones, con saxofones, otras con campanas, pequeños tambores de mano. Improvisaciones en donde es el silencio que rodean cada golpe o exhalación el verdadero protagonista.
La música de Roscoe son piezas bastante breves, una música puntillista a semejanza de los tres retratos que Mitchell pintó para la portada del álbum. Una música que invita a la reflexión no apta para cualquier publico, ni tan siquiera para el que su relación con el Jazz no va mas lejos de Ella Fitzgerald o el Jazz mas clásico. Mitchell y el sonido son uno solo, lleva toda una vida trabajando todo el tiempo en ello… ¡en el sonido!
Fundador de la Association for the Advancement of Creative Musicians y de esa magnifica y grandiosa banda de Free Jazz que fue the Art Ensemble of Chicago, fue un pionero en en el arte de la improvisación, educador muy apreciado, pintor singular, maestro y uno de los mayores coleccionista de instrumentos de viento y percusión. Este octogenario, a semejanza de Pharoah Sanders, sigue en busca del sonido y sobre todo no desperdiciando el tiempo para seguir trabajando todo el tiempo.
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