Era de esperar. La venta del catálogo musical de David Bowie por 220 millones de euros es un punto y seguido en el proceso de rentabilizar el legado del artista. Tras reediciones y cajas recopilatorias a precios desorbitados, ahora tocaba el turno a un disco perdido. Toy fue grabado por David Bowie y su banda (los guitarristas Mark Plati, Gerry Leonard y Earl Slick, el batería Sterling Campbell, la bajista Gail Ann Dorsey, el teclista Mike Garson y las coristas Holly Palmer y Emm Gryner) en el año 2000 tras actuar en Glastonbury y consistía en versiones actualizadas de temas poco conocidos de su primera etapa. Sin embargo, el disco no fue del agrado de su compañía or aquella época, quien se negó a publicarlo. Así pues, Toy había caído en el olvido hasta ahora. La pregunta es inevitable: ¿qué hace que ahora Toy sí tenga interés? Pues me temo que la respuesta es que Bowie ya no está entre nosotros. Como decía Ennio Morricone: “A genio, como a santo, sólo se llega después de muerto”. Así pues, el día antes a su 75 aniversario, Toy: Box ha visto la luz en formato de caja con 3 CDs o 6 LPs
¿Y las canciones? Pues son versiones rockeras y directas de temas previos al éxito de Space Oddity. No creo que ninguna mejore al original, así de claro, por lo que el interés de Toy se limita a los fans más acérrimos y a los completistas. No son malas versiones, ni mucho menos, pero yo prefiero los originales. ¿El motivo? Primeramente, los primeros temas de Bowie destilaban una ingenuidad que 3 décadas después habían perdido y tanto los arreglos como la instrumentación me gustan más en los originales. El problema de Toy no son las canciones elegidas, es la espartana producción de Mark Plati. Tampoco me entusiasma cómo suenan las guitarras Earl Slick y Gerry Leonard, lo siento. Me pasó lo mismo con el sonido que tuvieron en The next day (2013). Por no hablar de la voz de un Bowie al que los excesos y los paquetes de tabaco habían pasado factura.
No creo que Bowie pensara ganar adeptos con Toy, más bien buscaba pasárselo bien revisitando parte de su pasado menos conocido pero igualmente interesante. Tras décadas reinventándose y flirteando con la tecnología, en Toy suena a banda en directo, sin trampa ni cartón. Yo destacaría “You’ve Got A Habit Of Leaving”, “Karma Man”, “Let Me Sleep Beside You” ,“Silly Boy Blue”, “The London Boys” y “Conversation Piece”. Son excelentes canciones a las que el rebozo de principios de los años 2000 no consigue arruinar aunque sí pierden parte de su magia original. Hay hueco para un par de inéditos surgidos de estas sesiones como “Hole In The Ground”, no está mal, y la más jugosa “Toy (Yur Turn To Drive)” .
El segundo disco de la caja Toy: Box me gusta bastante más. Incluye las covers de “Liza Jane” y “In the heat of the morning” , de lo mejor del lote para un servidor. También hay mezclas alternativas de temas ya presentes en el primer disco. Admito que estas mezclas alternativas me resultaron más atractivas al ser menos electrificadas y ruidosas. El tercer disco lo forman versiones acústicas con algún toque enchufado (Unplugged & Somewhat Slightly electric Mix) que harán las delicias de los fans más acérrimos del duque blanco pero que no aportan demasiado interés a lo incluido en los otros 2 discos.
Resumiendo, Toy tiene un innegable interés arqueológico para los fans aunque yo recomiendo buscar los originales.
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