Que tu nombre no aparezca en grandes mayúsculas en los grandes debates de los aficionados del género, seguramente porque demasiadas veces no se escapa de lo habitual, no significa que hayas escrito con pulso firme parte maravillosa de la historia del rock de este país. Aún recuerdo cuando escuché por primera vez la canción «A las puertas del deseo» en la Emisión Pirata. Tan solo los primeros acordes bastaron para que pulsara rec y la cinta virgen que metía en la platina siempre que escuchaba la radio comenzara a grabarla. Una acción y reacción instintiva, esa que se produce cuando una canción te remueve por dentro y sientes que ya te va a acompañar para siempre. Como desde entonces hace la música de los aragoneses Tako, sin los cuales no sé como afectaría a la historia de la música compuesta en nuestras fronteras pero sí como habría afectado a la mía. ¿Devoción?. Por supuesto, que esto no son matemáticas donde los cálculos exactos no dejan resquicio alguno a la duda. La música anida en los sentimientos, de todo tipo, y Tako han sabido instalarse en ellos, en los míos. Este disco es doloroso, porque está dedicada a la memoria de Pedro Segura, fallecido en 2020 y primer batería de la banda. Los recuerdos siempre son benignos cuando vienen en forma de canción pero no dejan de recordarnos quien no está ya para compartirlos, aunque sus acordes les haga inmortales en la memoria.
«Ayer, hoy, por siempre» recorre en 20 canciones la historia de la banda y les añade dos nuevas composiciones. Revitalizar cuatro décadas de rock, de pasión, de letras cuidadas, de canciones directa al interior. Recuperarlas e intentar mejorar un sonido que debido a las condiciones y circunstancias de aquella época no disfrutaron de mejor sonido, pero oye, me hicieron disfrutar y lo siguen haciendo, de una manera tan especial que no todas las bandas consiguen hacerlo siempre ni incluso a menudo. Es cierto, Tako no es una banda cualquiera para este que escribe, y creo que se está notando a leguas, pero da igual, porque si algo he aprendido en estos casi cuarenta años escuchando música, es que hay algo más importante que la teoría musical y como pienso o y creo a ojos cerrados, que es de bien nacidos ser agradecidos, aquí rindo mi humilde homenaje a Tako. «Ayer, hoy y siempre» es un disco para disfrute de los viejos del lugar, de los que hemos ido tachando hojas del calendario con su música, pero también para aquellos que decidan acercarse por primera vez a sus canciones, para ver si son capaces de sentirlas como suyas una vez terminado el disco. «Ayer, hoy, por siempre» lo deja claro con su título. Es lo que hay, y en Tako eso ya os aseguro que es mucho. Dos cds que a mi me saben a gloria. A historia. A futuro y sobre todo a presente. Larga vida a Tako. Larga vida al Rock and Roll.
Amigo Carlos, ya somos dos que pensamos lo mismo, la música de Tako me ha acompañado en mi vida y en mi crecimiento existencial. Aúpa Tako!!!