La figura de Aaron Sorkin trascendió de ser un guionista de éxito, con Oscar por “La red social” y estupendos trabajos en, por ejemplo, “Algunos hombres buenos” o la serie “El ala oeste de la Casa Blanca”, a un interesante director con la estupenda “Molly´s game” y la exitosa «El juicio de los siete de Chicago» para el gigante Netflix. Ahora cambia de wcanal de streaming, pasándose a Amazon Studios con “Ser los Ricardo”.

Como sucede en sus anteriores obras como realizador el guion es lo más destacable de un filme que narra una semana crucial en la carrera, y la vida, de la superestrella televisiva Lucille Ball que, como se nos narra al inicio en una serie de entrevistas a profesionales reales que trabajaron con la diva, era tan grande con su programa “I love, Lucy” que congregaba delante de la pequeña pantalla a una audiencia nunca superada. Sin duda, uno de los puntos fuertes del libreto es esa sensación de realidad que aportan estas entrevistas que se plasman en la propuesta que nos ofrece Sorkin llena de chispeantes diálogos, cargados de ingeniosas respuestas, ironía y su punto de maldad. Lástima que el argumento no esté tan bien elaborado pues en las algo más de dos horas y diez minutos de metraje da la impresión de que no termina de decidirse por donde quiere ir la historia pues por un lado tenemos una historia con Lucille Ball señalada como comunista por un hecho del pasado por el Comité de Actividades Antiamericanas, por otro la posibilidad de adulterio de su marido Desi Arnand y para cerrar los problemas con la grabación de un episodio con el director del capítulo y alguno de los miembros del reparto y guionistas. Es cierto que Sorkin es hábil y lo que podría haber sido un “batiburrillo” de ideas inconexo llega a buen puerto y su acertado ritmo convierte a “Ser los Ricardo” es un producto digno y más virtudes que defectos. Además los cinco actos, que se dividen según pasan los días de rodaje del episodio que están grabando para “I love, Lucy” se complementan con “flashbacks” del pasado de la pareja, tanto como se conocieron hasta llegar, con ciertas dificultades, a formar un importante emporio televisivo con una cuota de pantalla importante, lo que les permitía poder imponer sus ideas aunque estas fuesen revolucionarias para una serie de humor blanco y pensada para toda la familia.

Otro punto imprescindible es la dirección de actores donde destaca la pareja protagonista con una Nicole Kidman y un Javier Bardem con química entre ambos y una complicidad que llega hasta el agridulce, y sorprendente, final, al que hay que sumar unos secundarios eficientes donde emerge la figura de J.K. Simmons en un personaje veterano, amargo y ácido que nos recuerda en algunos momentos al sobresaliente productor que interpretaba Alan Arkin en «El método Kominsky».

Quizás no sea tan excelsa como las interpretaciones pero sí eficaz la ambientación de época, gracias a la dirección artística y la fotografía de Jeff Cronenweth al que hay que sumar la banda sonora de Daniel Pemberton que combina a la perfección las dramáticas melodía con los ritmos latinos (algo fundamental pues Desi Arnand poseía una orquesta a lo Xavier Cugat).

“Ser los Ricardo” no llega a los límites de “Molly´s game”, ni siquiera a los de “El juicio de los siete de Chicago” (si bien es verdad que es menos maniquea) pero es una propuesta interesante aunque por lo que parece no tiene pinta de conseguir las candidaturas más importantes en la temporada de premios que arranca ahora y que “Ser los Ricardo” era la principal apuesta de la compañía de Jeff Bezos. Difícil que repita el éxito en candidaturas de la mucho más modesta «Sound of metal».

Ser los Ricardo

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

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