El caso que nos ocupa hoy nos lleva hasta Francia, y es que allí también se nutren y desarrollan bandas con el ‘desierto’ y las sustancias lisérgicas más flotantes instaladas en su ADN. Seguro que os suenan Mars Red Sky, ¿verdad?, pues bien, no son los únicos, desde luego. La banda que os traigo hoy hace una apología omnipresente y sin complejos hacia la ‘hierba verde’. Desde su propio nombre, KING WEED, pasando por sus portadas oníricas y mujeres fumetas y acabando instalados en un tracklist que apesta a jam session por los cuatro costados. Presentamos hoy en sociedad ‘dilatada’ a Lucas (guitar), Antoine (guitar), Charles (bass, keys) y Ruben (drums) gracias a la publicación de su nuevo Trip titulado Let There Be Weed (2021)…
¡Siente el ‘Stonerrific’ de una jodida vez!…
El cuarteto KING WEED emerge de la humareda ‘verdosa’ en 2017 con un debut titulado Smoking Land que dio mucho que hablar y que puso en aviso a muchos en la escena heavy psych francesa y europea por la clarividencia de sus cuelgues y porque se defienden estupendamente en formato instrumental mezclando stoner con blues, hard rock musculoso, psicodelia y algún toquecillo prog rock. No citaré aquí todos y cada uno de sus EP’s y singles porque hasta el día de hoy son más de veinte publicaciones (!!!) y sería tedioso por lo que paso directamente a hablar de su último lanzamiento en formato LP titulado Let There Be Weed (2021). Poca información (más bien ninguna) muestra la banda en redes sociales, se nota que la banda vive en exclusiva por y para su música y le importa un pimiento que tengan más o menos seguidores, esta gente va a la suya y así tienen la discografía que tienen, editando cuando tienen una docena de temas redondos, un single o un LP como el que nos ocupa hoy. Sin ser para nada un erudito en su carrera, da la impresión que Let There Be Weed es un poco más hard rocker, potente y directo que sus anteriores lanzamientos, los pasajes jammys siguen ahí, son marca de la casa, pero no hay tanto LSD en sus ejecuciones a pesar de que los diez cortes exceden con holgura de los cuatro minutos. El Riff por el Riff obsesivo y machacón, magníficos punteos, base rítmica hipnótica y excelentes atmósferas. Dejadme, por esta vez, que no destaque un tema sobre otro, el disco se escucha que da gusto en bloque…
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