Cuando Berto me dijo que pegara una escucha a los gallegos Battosai, otro de los lanzamientos de su escudería Spinda Records, no voy a negar que me sorprendió el reflejo sonoro que escupían mis altavoces, no tanto por las influencias de los gallegos, próximas a esa década de la que el capo de Spinda se siente cercano sino por los derroteros en comparación con la idea preconcebida que uno se hace de lo que suele venir de aquella casa situada al Sur del Sur. Y eso que hablar de homogeneidad en el catálogo de Spinda Records es una quimera, porque sus brazos cada día recogen más y más propuestas sonoras. El estilo de Battosai es mucho más directo de lo que nos tiene Berto acostumbrado. Lo suyo se enraíza con fuerza propia y natural en los 90, unas veces más audible, otras bajo alguna capa de permeabilidad. Héctor Ojea, Roque Sampredro y Nolo Chazo, es decir, Battosai se muestran inspirados en este su primer larga duración que abren con «Idiota», un puntapié en el trasero revestido de melodía que te lleva directamente a esa década antes nombrada y que tanto es reivindicada en este siglo que nos toca vivir.
«Noria» atesora potencia y te hará saltar la luces de ese modern rock, rock alternativo o como quieras llamarlo post 90 que se instaló en el colectivo gracias a gente como Foo Fighters por alinearlos con algún nombre sencillo de identificar. «6 A.M.» deja traslucir las influencias de Nirvana en la música de Battosai, algo que posiblemente llevan incrustado en su A.D.N. Battosai tienen las ideas claras y bien concebidas como siguen demostrando en «Afuera» donde la batería añade un plus de fuerza bruta. Herencia y querencia de la resonancia punk ya se deja ver en «Bucle» aunque en un plano secundario dejando la senda principal a ese rock a medio camino entre el indie – cuando este era algo excitante – y el rock alternativo. Donde la vena regada por el punk de factura más melódica se vuelve reconocible es en «Mentira» y sus incendiarias guitarras.
Y es que a partir de este momento en el disco se percibe un notable aumento de fuerza añadida, algo reconocible en «Voy a decir» en la que esas guitarras homenajean a Cobain. Presta especial atención a «Nunca pensé» donde la presencia de Nirvana vuelve a ser notable en una canción que se mueve en los terrenos de un sui generis medio tiempo. Me atrapa el sentido rítmico de «Hoy» y es que reconozco que me ha enganchado muchísimo de este disco la batería de Nolo Chazo. Llegamos a la última canción con tormenta en la que se convierte el final del disco con «Más adentro» gracias a esos arrebatos de furia. Un muy buen disco que enganchará a aquellos que rememoran el legado de Nirvana y la brecha que abrió en el mundo del rock su sonido y leyenda, pero además no tan solo a estos.
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