Pues mira tú por donde, si en la reseña anterior nos encontrábamos en Melbourne gozando a tope el flamante nuevo disco de The Meanies y hacía una mención a lo que me unía a éstos con los Hard-Ons…¡¡¡pues va y resulta que me entero que los de Sidney tenían nuevo disco desde principios de año!!!, ¿pura casualidad?, seguramente sí, pero el subidón punk rocker que llevo esta semana es acojonante Pupil@s!. Pero dejemos los prolegómenos y las conjeturas, el caso es que una de las bandas underground más influyentes e importantes de la escena australiana ha sacado su doceavo disco titulado como sólo ellos saben titular e ilustrar sus locas ideas, So I Could Have Them Destroyed (2020) con esa salvajada de portada con los cuatro miembros de la banda convertidos en cabezas-dragón y con ganas de cepillarse el puto mundo en el que estamos sumidos. Vamos con estos simpáticos fckrs!!!…
¿Deseas saber lo que es ‘sentirse aplastado’?, aquí tienes tan sólo una muestra de lo que te viene…
Antes de pasar a reseñar el disco hay que dejar clara un par de cosas; la primera es que este disco salió a finales de 2019 a pesar de que en el Bandcamp de su sello (Wallride Records) date la fecha de publicación en febrero del presente año. Es igual!, lo hubiese reseñado de igual manera… La segunda es que la banda formada por Ray Ahn (bass, vocals), Peter ‘Blackie’ Black (guitar, vocals) y Keish de Silva (vocals, drums) surgieron en 1981 y se mantuvieron en muy buena forma toda la década de los 80’s hasta ir perdiendo fuelle en los 90’s separándose en el ’94 por agotamiento y falta de ideas. Tan sólo tres años después vuelve a hacer una gira de reunión y desde el 2000 se han mantenido sacando discos con cierta regularidad cada tres o cuatro años hasta llegar al disco que nos ocupa hoy.
El frasco de las esencias Hard-Ons en So I Could Have Them Destroyed (2020) sigue conteniendo todo ese cajón desastre, loco y esquizoide, luminoso y buenrollista del que siempre se han jactado. Ya sabéis, ellos mismos se definen como un cruce entre Motörhead y The Beach Boys y no seré yo quien les quite razón porque los pildorazos punk rockers se mezclan que da gusto con brutales cortes metaleros, hardcore punk old school y eso que siempre me ha atrapado de ellos, su exquisito gusto por facturar unas melodías powerpop absolutamente irresistibles y que uno disfruta con acojonante placer en «Harder and Harder» (tan Beach Boys ella), «Better By The Hour», el indie «Midnight» o «No Just For a Day». Lo cierto es que, para quien no los conozca, sus cortes más hostiles y metaleros caso del instrumental inicial «Made To Love You II», «Float» o «Do The Bunk» pueden despistar un poco porque… ¡¡¡parece que sea hasta una banda distinta!!! pero para quien los conozca sabe perfectamente que nunca se han casado con nadie y que hacen precisamente lo que le sale del pito. Me ponen mucho también sus cortes punk rockers, ¡en esto son unos jodidos maestros!, y ahí váis a tener oro puro como en «Bad Bad Temper To Mach», «Oh, You’re Crushed» o el hardcore punk «A Whole Lot of Tooth», en fin, ¡que paro ya de citar temas!, esto lo tienes que descubrir tú mism@ porque este disc
¡¡¡Vámonos!!!…
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