Es de agradecer que todavía existan músicos que arriesguen con estilos musicales “a contracorriente”. Y si encima tienen la capacidad de componer melodías de un enorme nivel, magníficas desde la primera escucha, aunando calidad a raudales y un “mimo” en las composiciones y producción nos encontramos con una “rara avis” en el panorama patrio.
Eso es lo que sucede con este primer Ep de Argi, un nombre bajo el que se esconde el proyecto de Daniel Argilés, un joven guitarrista murciano que apuesta a ganador con una irresistible fusión del rock melódico y el A.O.R. de la década de los ochenta con pinceladas de hard rock. “Dare to dream” es su primer trabajo, un disco con una estupenda producción, donde Argilés demuestra su pericia a las seis cuerdas y su notable técnica en la composición de letras y música. Un debut que cuenta con la colaboración de Pablo Gaba al bajo en una cuidada producción mezclada y “masterizada” por Iván González en Twins studio y con un diseño de portada de la australiana Claudia Estrada en su estudio A51 Designs de Melbourne que nos muestra a una persona de la que sólo se le ven los pantalones y botas, en el mismo nivel que una gran ciudad, de enormes rascacielos donde de uno de ellos se apoya una guitarra. Una metáfora de lo que pretende Argilés con “Dare to dream”.
El primer tema es un clásico en su repertorio pues data de 2016. Un “Runaway love” que es toda una declaración de intenciones. Cantada por el fallecido David A. Saylor, con Rafa Hernández en los teclados y la batería de José A. Pereira es ya todo un referente para los amantes de este estilo musical. Una pieza de envergadura a la que no se le puede poner un pero.
Más o menos sucede con “Crying with joy”, del que escribimos con anterioridad en Rock, The Best Music. Otro corte pegadizo, con otro extraordinario cantante como es el brasileño Rod Marenna y el teclado de Haris Patsos, manteniendo el alto nivel.
“Start living” fue comentado a raíz del estreno de su videoclip. Una canción instrumental escrita durante la pandemia y que consigue que las notas suplanten la inexistente voz demostrando todo el potencial del músico.
Novedad es “Daydream”, de nuevo con Rod Marenna de vocalista. Más espíritu “hardrockero” pero sin dejar la esencia melódica. Ritmo total en sus tres minutos y medio que pasan como un suspiro, a toda velocidad.
Y con “Nothing to lose” se puede observar esa deriva hacia el “hard rock”, con un inicio más calmado y nostálgico que en un perfecto “crescendo” son va envolviendo en una atmósfera que va en ascenso, hasta que Marenna entra en acción en un tema que hace que recordemos bandas del calibre de Foreigner o Survivor. Un final épico que pone el broche de oro a un álbum al que no podemos criticar nada, salvo su duración pues nos quedamos con ganas de más. Esperamos ansiosos más muestras de todo lo que puede ofrecer Argi.
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