Descubrimos a Nova Era en el ya lejano Leyendas del Rock del 2013, cuando todavía el nombre del guitarrista, y “alma mater” del grupo, José Rubio antecedía el título del proyecto. Entonces, junto al ex miembro de Warcry, destacaba la voz del cada vez más célebre Ronnie Romero. Tras ese concierto, que nos recomendó otro importante componente del “staff” de Rock The Best Music como es mi compañero, y sin embargo amigo, David Galeote, el sonido de la banda se recrudeció, más potentes y “heavies”, merced al disco “Fight” y a la magnífica voz de Fran Vázquez, líder de otra interesante banda como es Cherokee. Giraron por unos cuantos festivales pero recordamos con especial cariño, por lo que pudo haber sido y no fue, su paso por el extinto Acordes de Rock en el 2015, celebrado en La Roda de Andalucía (Sevilla), donde se intentó unir a lo más selecto del rock nacional, junto a algún importante grupo foráneo (en esa edición Death Angel y en la segunda, y última Doro y Dark Funeral). Tras un parón, que ha durado demasiado tiempo, vuelven con nueva formación, capitaneada por José Rubio a la guitarra y Fran Vázquez a la voz, con este “The curse”, doce temas que intentan dotar de múltiples ritmos, sin resultar repetitivo y que hará las delicias a los amantes del power metal y del metal, en general, con una formación en la que también influyen músicos como Roberto Beade a la segunda guitarra, Francisco Gil al teclado y la base rítmica de bajo y batería de Javi García y Javier González.
El Lp comienza con los casi cuatro minutos de “Born to die”, que tras la presentación instrumental de treinta segundos, aparece Fran Vázquez en un registro agudo, complejo para la mayoría de cantantes. Heavy clásico bien ejecutado, rápido y contundente que funciona de principio a fin. Con “Slaves” dan una pequeña “vuelta de tuerca”, disminuyendo la velocidad, más presencia de sintetizador y Vázquez cambiando el tono, con dos voces diferentes. Punteo más largo que el de “Born to die”, donde Rubio se gusta cambiando las velocidades. El buen nivel general se refrenda con “First love”, que empieza bajo una evocadora atmósfera para ofrecernos un precioso medio tiempo, cercano al hard rock. Casi cinco minutos de alta intensidad e influencias ochenteras estadounidenses. Tétrico inicio para “Run for your life”, que acoge un tema a lo Accept, velocidad altísima, doble bombo y los agudos de Vázquez a lo Udo (o Mark Tornillo, en la actualidad) en un convincente corte de puro power metal. La contundencia se mantiene con “Break the rules”, donde no se puede pedir más en poco más de tres minutos y medio: diálogo magistral de guitarra y sintetizador, voz en diferente registro, base rítmica que funciona y un pequeño parón en el punteo que nos recuerda a Megadeth. Casi nada. “Bite of freedom” vuelve a bajar de revoluciones aunque no de calidad, manteniendo esa esencia metalera de otros tiempos que impregna todo el disco. Una facilidad para enlazar estrofas, puentes y estribillos, con acertados punteos y todos los instrumentos engrasados, con melodías clásicas, de otros tiempos que se constata con “Face to face”, con un lirismo que engancha y que antecede al “fin de fiesta” con el tema homónimo, casi en tono hímnico, que nos retrotrae al power escandinavo.
“The curse” es un trabajo que convence desde su primera escucha, con una formación de “altos vuelos”, bien engrasada y que seguro que cuando podamos ver en directo va a dar más juego porque “mimbres tiene de sobra”. Material que sin dejar el presente, mira al pasado con respeto ofreciendo ritmos y melodías que gustarán a los amantes del metal clásico, bajo esa portada con un planeta incandescente con calavera en su superficie, instantes antes de su inminente explosión. Y además se suma una producción de envergadura, pues “The curse” suena a la altura de un conjunto con tantas, y tan grandes, expectativas.
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