Decimotercer trabajo de los portugueses Moonspell, tras su conceptual álbum “1755” sobre el terremoto de Lisboa, cantado en la lengua de Fernando Pessoa y que les trajo varias veces por nuestro país en una gira de varios años. De hecho, la última vez que les pudimos ver en directo fue en noviembre de 2019 (¡qué lejano suena!) junto a los helenos Rotting Christ.
Una banda que desde mediados de los noventa han compuesto algunos de los mejores Lp´s dentro del metal gótico con auténticos himnos y arriesgando en cada disco, con obras maestras del género y algunos evidentes errores. “Hermitage” no entrará en la magna categoría de sus mejores obras. A pesar de una cuidada producción, han optado por mantener un tono intimista, melodías suaves y un Fernando Ribeiro cantando a nivel vocal bastante bajo para su poderosa voz de barítono, alternando casi susurros con gritos o sus originales guturales “marca de la casa”.
El presagio del intimismo, antes descrito, se puede comprobar con “The greater good”, primer adelanto de “Hermitage” que ya habíamos podido escuchar, con nivel vocal bajo en progresión hasta los excelentemente bien fraseados guturales finales, con pasajes instrumentales de alto nivel, continuado los ritmos suaves con “Common prayers”, un acertado corte de rock gótico, al que sigue el extraño “All or nothing” que empieza en “tempo” lento pero que tras un minuto se convierte en la “marcianada” del disco, a la que podríamos bautizar como “blues gótico”. Un acercamiento a los sonidos fronterizos que los emparentaría con Field of the Nephilim, grupo que se atrevió a esas mezclas, en principio, tan imposibles. El tema homónimo “Hermitage” recuerda a sus dos primeros discos, con Ribeiro cantando las estrofas rozando el grito, coros góticos y protagonismo del sintetizador de Pedro Paixao. Más guitarras desérticas, a lo Field of the Nephilim, con rock gótico en “Entitlement”, aunque el estribillo sí posee coros comerciales. Por desgracia, la estructura es demasiado lenta e, incluso, se permiten un abrupto corte en el punteo central. La sensación de que algo falta se acrecienta con “Solitarian”, primer instrumental, donde destaca la melodía de Ricardo Amorim a la guitarra, con la fuerte presencia del sintetizador de Paixao en la parte final. Consiguen un corte atmosférico que se une al inicio de “The hermit saints”, con varias voces cantando cercanas al folk, enlazando con Ribeiro con sus semi gritos en las primeras estrofas, coros y el estribillo conformado por las voces folk del inicio. El gótico, con fuerte presencia de sintetizador vuelve con “Apophthegmata”, elevado con los potentes “riffs” de Amorim y un Ribeiro alternando la entonación baja con breves momentos guturales. El final se anuncia con “Without rule”, el corte más largo del Lp (casi ocho minutos). Cadencia y desarrollo largo que por melodía podría aparecer en el “Abierto hasta el amanecer” de Robert Rodríguez, finalizando con “City quitter (outro)”, instrumental a piano que sirve de cierre y que recuerda a “The greater good”, aunque de regalo nos ofrecen una interesante versión del “Darkness in Paradise” de Candlemass.
“Hermitage” no pasará a la historia de la banda y, con probabilidad, no se encuentre entre lo mejor compuesto por los lusos pero es un disco audible desde la primer escucha, relajado y tranquilo, perfecto para momentos reflexivo, teniéndolo de fondo (como ha sido el caso) leyendo o escribiendo esta reseña. Quizás su tono pesimista y nostálgico me han hecho recordar a un viejo amigo, fallecido en el verano de 2019, gran admirador de los portugueses y, en general, del metal extremo que mantenía una curiosa teoría que tras vueltas y vericuetos llegaba a la conclusión que los únicos discos que le gustaba tener originales eran los de Moonspell. No sé que hubiese opinado de “Hermitage”. Me hubiese gustado saberlo, señal de que todavía seguiría en este mundo. Duro es cuando empiezas a ir a más funerales u hospitales que a bodas entre tus amistades.
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