Como viene siendo costumbre, cada vez que asoma alguna fecha conmemorativa de un disco de una banda icónica las discográficas se sacan de la manga una caja con cantidades de material supuestamente jugoso par el fan y todo envuelto de manera lujosa e irresistible para cualquier seguidor. La verdad es que no soy muy fan de estas reediciones, la mayoría no aportan nada y te pegan una clavada por algo que ya tienes en otros formatos, o temas alternativos que escuchas una vez o dos. Lo que atrae es el objeto en si, como el monolito que Kubrick hizo inmortal hace ya unas décadas.
La verdad es que estos productos de marketing están muy bien estudiados y apetecen un montón, además siempre le ponen alguna foto o estampita para que uno se crea que posee el Grial cuando lo único que tiene entre manos es una simple reproducción sin ningún valor. Ha quedado claro que me parece algo dudoso la venta de estas cajas. Aunque un servidor tenga unas cuantas, ya que, como excepción a la regla, siempre aparece alguna que escapa de la medianía para ofrecernos un producto que sí vale la pena poseer, ahora bien, sobre esta “Stage Fright” de The Band no opinaré, que cada uno haga lo que quiera con su dinero. Lo que si puedo permitirme es hablar de el disco en cuestión.
Los que no conozcan realmente en profundidad la carrera de The Band se preguntaran porque consagrar una caja a este disco de La Banda y no a otro. La cosa es fácil, por lo menos en mi opinión.
Este fue el tercer álbum de estudio y se publicó en agosto de 1970; recuerdo comprarlo siendo un adolescente, aquella portada de colores ocres y rojizos que me recordaba en cierta manera el cartel de “Lo que el viento se llevó” por las llamas que se ven al fondo, o simplemente por una asociación de ideas de un chaval con la cabeza llena de música y cine. Salí de la tienda de disco emocionado por escuchar lo que contenía aquel nuevo trabajo de una formación que me tenia encandilado desde que los descubrí al mismo tiempo del trabajo de Dylan titulado «John Wesley Harding». Descubrí a ambos gracias a dos cintas que me pasó un amigo en la parada del autobús que nos llevaba al colegio. Eran tiempos maravillosos con apenas información sobre todo lo que nos gustaba, aquello tenia la virtud de dejar volar nuestra imaginación y de otorgarle a las cosas algo de misterio y de fabulaciones.
The Band para mi era sinónimo de otoño, mi estación favorita. La Band olía a chimenea , a cedro y roble, a hojas amarillentas y humedad. Este disco fue para mi el último que me olio a ese olor, por mucho que se fotografiaran delante de una hoguera en “Nother Light- Southern Cross”, aquel perfume a enmohecido, oxido y hongos desapareció. Cuidado, siguieron gustándome, incluso sin Robbie y discos como “Jericho” consiguieron recuperar algo de ese aroma tan característico.
“Stage Fright” fue un punto de inflexión en la carrera de The Band, era un trabajo difícil de abordar tras “Music from Big Pink” y “The Band”, había que acertar sin repetirse y sin cambiar de rumbo. El buen rollo fraternal que les unía desde hacia años, empezó a disiparse a partir de este trabajo;las drogas duras también jugaron un papel considerable en el deterioro de las relaciones personales entre los miembros del grupo con un ego cada vez mas grande alimentado por un éxito cada vez mas en auge. Las disputas entre Robertson y Helm por razones de quien era el compositor y líder de la banda empezaron a pasar factura.
El disco se grabó de la misma manera que muchos conciertos se están obrando a causa de la pandemia. Fue en el Woodstock Playhouse sobre un escenario y frente a nadie. Soy de la opinión que el trabajo que hizo Todd Rundgren fue el que necesitaba el grupo e aquel momento, ya que “Stage Fright” es un álbum oscuro y el trabajo de Rundgren consigue que las composiciones suenen frescas y sencillas que la espontaneidad e improvisación se pueda oír en las grabaciones. Y eso a pesar de que las relaciones entre The Band y Rundgren no fueron del todo positivas, las peleas entre Levon y Todd fueron constantes. No seria justo dejar fuera en los trabajos de producción la aportaciones de Glyn Johns y una tercera híbrida supervisada por The Band.
Ahora como todos los lanzamientos de Anniversary Edition han sido supervisados por Robbie Robertson y estrenaron una nueva mezcla estéreo de Bob Clearmountain a partir de las cintas maestras originales de múltiples pistas. La caja cuentan con una gran cantidad de grabaciones inéditas, que incluyen el “Live at the Royal Albert Hall” de junio de 1971, versiones alternativas de “Strawberry Wine” y “Sleeping”, etc.
Yo tengo mi viejo vinilo, el cd remasterizado y con temas añadidos, la caja de The Band y unos piratas. La caja, si me la regalan me la quedo.
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