A veces, más de las que me gustaría, tengo la impresión de que el cajón de sastre donde generalmente etiquetamos a ciertas bandas y no nos permitimos dejarlas salir de él, se les quedan excesivamente estrechos, incómodos. En mi opinión es el caso de los extremeños Sínkope. Alineados las más de las veces en las definidas filas de determinada compañía del batallón rockero patrio, de donde seguramente salen la mayoría de sus fans, puede que aunque compartan modos y vivencias, también poseen una amplitud de miras que les permite salir airosos de la filiación a otros lares. Catorces discos, cada vez más cuidados musicalmente, siempre con la suficiencia inteligencia para escapar del guión establecido sin perder su identidad propia y por supuesto los textos de Vito que escapa desde siempre con maestría de ese concepto de «poeta de contenedor» que reclamaban Marea mostrando influencias literarias reconocibles sin perder esa destreza para meter el dedo en la llaga sin caer en el recurso sencillo.
«Por pensar le dio al hombre» muestra a las claras con el mimo y profesionalidad que Sínkope dedican a sus trabajos. Una producción excelente, unas guitarras marcadas y la voz de Iñiguez como santo y seña de identidad. Claro ejemplo es la canción que da nombre al disco donde sobre un riff estupendo se van lanzando como afiladas y a la vez suaves navajas la letra en defensa de este cada vez más maltratado planeta nuestro. Sínkope, banda de excelente reputación en directo, saben que con canciones como «La alegre tristeza» tienen la batalla ganada. La lírica y la fuerza de medios tiempos como «Cuestión de tiempos» de marcado sabor clásico y un fantástico solo de guitarra que refuerza lo que comentaba al comienzo de la reseña en relación al grupo. Algo que si aún no estáis convencido podéis comprobar de motus propio en canciones como el musculoso hard rock de «De intrépidos y negaos», las cuerdas que embellecen a «Sin ti no hay color» o las influencias del hard clásico de raíces blues que nos plantan en plena cara en «Verdaderos mentirosos».
Está claro que las circunstancias que rodean al negocio musical donde cada cual -y aquí incluyo no solo a fans, sino también muchas veces a discográficas y medios- se alinea o filia allá donde supone sentirse más cómodo, más identificado o respaldado, el salto de riesgo de acercarse al rock visceral de Sínkope con denominación de origen y personalidad que se desborda por los surcos de cada una de sus canciones.
0 comentarios