Siendo esta una revista que prima lo musical sobre el resto de artes, aunque comentemos con asiduidad novelas, poesía, teatro, pintura, cine o gastronomía, junto a otros especiales, no nos podíamos resistir a hablar de esta cinta que aborda el mundo discográfico desde otro punto de vista. Pues aquí las estrellas de la canción no son las protagonistas sino una joven asistente personal con deseo de convertirse en productora, algo que la emparenta con «Casi famosos», que pivotaba sobre el eje de un periodista en ciernes de la revista «Rolling Stone», aunque «Personal assistant» sea algo inferior en calidad a la cinta de Cameron Crowe.
Un punto de partida diferente que mezcla la ironía, con el caprichoso y voluble carácter de la diva a la que ayuda el personaje encarnado por Dakota Johnson, mezclado con la comedia romántica y una historia de superación, de auge, caída y triunfo final. Un guion irregular con momentos simpáticos, con otros más edulcarados y que va de menos a más, con un último acto con sorpresa que deja un buen «sabor de boca». A favor del «libreto» de Flora Greeson se puede decir que no aburren las diferentes situaciones y enredos creados aunque unas cuantas resoluciones las encontremos almibaradas. Por suerte, trata sobre solistas pop y no bandas de rock o jazz, más predispuestas a reaciones más viscerales, excesivas, cuando no meláncolicas o autodestructivas, como hemos podido ver como último ejemplo en la serie de Damien Chazelle para Netflix «The Eddie».
Puesta en escena aseada de Nisha Ganatra, realizadora proveniente de la televisión y con el antecedente de sua anterior «Late night». Ganatra propone una dirección académica, a la que echamos en falta más riesgo, pues un mundo tan falso como «glamouroso» requiere un tono menos intimista y más hiperbólico con las secuencias y los planos pero donde sus responsables, quizás por limitación presupuestaria, han elegido un planteamiento menor sobre el que cimentar su edificio.
Dentro del reparto brilla Dakota Johnson, quien su Anastasia Steele de «Cincuenta sombras de Grey» quizás ha dañado algo su carrera, visto el desastre estético (que no rédito económico) de la saga, similar a lo ocurrido con Robert Pattinson y Kristen Stewart luchando por eliminar el «sambenito» de «Crepúsculo». A la hija de Don Johnson y Melanie Griffith le acompaña otra descendiente de famoso como es Tracee Ellis Ross, hija de Diana Ross y cerrando el triángulo Kevin Harrison Jr., junto a Ice Cube o Bill Pullman en papeles más secundarios. «Personal assistant» nos habla de los sueños y las pesadillas de un supuesto mundo de ensueño. lo complicado de llegar, de mantenerse y de reinventarse, con cierta carga crítica, como la veterana estrella Grace Davis, que como explica en un parlamento no asume una industria creada por lo hombres donde casi ninguna mujer triunfa pasados los cuarenta años (por desgracia para ella hay múltiples casos que lo niegan aunque quizás en el pop prefabricado sí triunfe la juventud, ese divino tesoro que se va para no volver).
Pasable entretenimiento donde el espectador sabe que todo va a salir bien desde el inicio, todos los actores con peso tienen personajes con los que es fácil empatizar y un ritmo que no decae, aunque le falte alma y fondo a la narración. Lo más sorprendente es el título que han decidido colocar los distribuidores en España, pues el original es «The high note» y en un alarde de prestidigitación la renombran como «Personal assistant», no «Asistente personal». Así en inglés, una cosa que ahora mismo no recordamos en otros filmes. Si alguno de nuestros lectores conoce otro caso parecido donde se varie el nombre sin cambiar la lengua de Shakespeare agradeceríamos un comentario un poco más abajo. Muchas gracias.
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