“20 años no son nada” es el nuevo documental sobre la figura de Jorge Salán, sin duda uno de los grandes “guitar heroes” que ha dado España. Más que un repaso a su impecable trayectoria, el proyecto parece una continuación o una segunda parte a su anterior “No looking back” que repasaba sus inicios y su ascenso a un estrellato hoy consolidado. Eso es lo que nos propone el nuevo trabajo que comienza de forma intimista, junto a su amigo el periodista Rodrigo Contreras, en una famosa localización en Madrid en lo alto de un parque de Vallecas. De allí pasamos al pequeño pueblo de Almonacid de Zorita en Guadalajara, donde pasó varios veranos y que ha influido en su forma de ser. Una dicotomía entre la gran capital y un sitio de poco más de mil habitantes. La música en pequeños locales y en grandes estadios. El aura de gran roquero en una mente humilde.
En sus cincuenta minutos de duración podemos observar el último lustro creativo que empieza con el “Madrid/ Texas”, un homenaje al “París/ Texas” de Wim Wenders en su título, basado en una de sus grandes pasiones: el blues clásico, en un Lp donde se interpretaban temas de grandes músicos que le han influido. Eso le hizo acabar girando con Jeff Scott Soto y Terry Louis y de allí la llamada para tocar con Eric Martin y Joe Lynn Turner en el proyecto “Rock Icons”, que consiguió que el vocalista de Rainbow o Deep Purple le fichase durante seis años, vista su enorme calidad y de maravillarlos a todos a pesar de no poder realizar ningún ensayo por la cancelación de los vuelos de los dos cantantes.
Salán es un virtuoso pero con la “cabeza bien amueblada” a pesar de, como le aconsejó Joe Lynn Turner, “-No hay que ser normal, que los normales sean ellos-“, ejemplo de actitud roquera, que ha mantenido en giras importantes como con Soto, la banda capitaneada por Jeff Scott Soto, donde se nos muestran imágenes de su paso por el Monster of Rock Cruise, uno de los cruceros musicales más importantes del mundo.
Pero no todo en rock, pues en 2016 vuelve al “blues”, incluso homenajeando a uno de sus referentes como es Paco De Lucía, del que había interpretado un tributo con anterioridad, a pesar de no declararse como guitarra de flamenco.
Una singladura donde también hay malos momentos como la muerte de su compañero en Soto David Z en el verano del 2017, justo cuando estaba comenzando en la nueva formación de Avalanch, con integrantes de más repercusión internacional, tocando por casi toda Latinoamérica, con un recuerdo al concierto celebrado en Pinar del Río (Cuba).
Un trabajo que gustará a los seguidores de este “monstruo” de las seis cuerdas que ha escrito y dirigido, con la ayuda de Albert Toledano que fue el encargado de realizar “No looking back”. Múltiples imágenes de archivo y elogiosos parlamentos de gente de la talla de Dee Snider, Kee Marcello, Joe Lynn Turner, Mike Terrana o Joel Hoekstra, entre los foráneos y Fortu Sánchez, Kutxi Romero o Alberto Rionda entre los nacionales. Una acertada conclusión a ese díptico sobre la figura de Jorge Salán que conforma junto a “No looking back”.
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