¿Habéis salido al balcón a aplaudir?. Leo y me cuentan que aquello termina siendo en muchas ocasiones una fiesta generalizada en la que vecinos que antes -en algunos casos- ni se daban los buenos días ahora bailan en sus terrazas al ritmo que marca algún dj con mal gusto musical -en opinión de servidor, ojo. Lo del mal gusto-. Y no lo veo mal. Todo lo contrario. Si nos arrebatan las ganas de cachondeo y de tacto humano aunque sea en la distancia, apaga y vámonos. No voy a entrar en juicios morales sobre el aplauso y los comportamientos en la vida “normal”. Que ya tenemos excesiva Gestapo, Stasi, Grises, K.G.B. o como cojones queráis denominarlo -que puestos a ofender, cuantos más mejor- en redes sociales, lugares de trabajo y balcones alicatados.
Me vais a disculpar, pero no salgo a aplaudir al balcón. No tengo. Vivo en una vivienda interior que no tiene comunicación alguna con la calle. Y salir sólo al patio a batir palmas me parece un poco ridículo. Y como ademas soy de esos que están en primera línea cada día -no soy sanitario, mi mayor orgullo y agradecimiento para ellos- se supone que al menos indirectamente o de refilón, me debo sentir objeto de vuestros aplausos -que agradezco de corazón. Mi mordacidad e ironía, que me venía de fábrica no impide que me emocione cuando alguien en el trabajo se para a dedicarme unas palabras amables-. Y no estoy para onanismo a esta edad en la que vislumbro la mitad de siglo a la vuelta de la esquina. Coñas aparte. Gracias a todos los que lucháis estando en casa. Los que lucháis cada día saliendo a intentar levantar esto.
Un momento que salgo al patio. Hoy yo quiero dedicar mi aplauso a otros héroes. Los que calzan sus instrumentos musicales. Aquellos que están barruntando la ruina que les viene encima .Como si la de antes no fuese bastante. A los músicos de aquí. A los de allí. A los que siguen. A los que se fueron. Porque su música me sigue salvando la vida día a día. De la estrella más grande al músico mas humilde. Porque sus discos impiden que me hunda. Porque sus directos, aunque sea desde el salón de su casa, me hacen soñar con volver a estar rodeado de gente y disfrutando de su magia. A la gente de los sellos que siguen trabajando a destajo. A los promotores que ya están haciendo cábalas para montar giras cuando esto acabe. A los que escriben en los medios. A las radios. A los que nos animan con sus podcast. Los Blogs.A todos vosotros. Es para vosotros mi aplauso aunque lo que desearía de corazón poder abrazaros porque me hacéis feliz.
Amen querido camarada, AMEN!!!, parece que la construcción se va a la ruina, que el turismo y la industria tendrán pérdidas brutales pero… Y la cultura? Y los actores de teatro y cine y personal dedicado a hacer ficción? Y los músicos? Y las promotoras y sellos modestos y underground que no pueden incorporarse a trabajar y que tardarán en ver la luz al final del túnel??. Muy poca gente va a estar pendiente de ellos… Menos mal que estás tú y yo para aplaudirlos….