Mujer, mestiza, homosexual y muy alejada de los cánones de belleza. Britanny Howard es mucho más que cualquier definición o etiqueta. Las etiquetas se quedan cortas para el talento creativo de la de Alabama. Britanny Howard es una superviviente cuya voz se eleva contra las injusticias de este cochino mundo. Jaime era el nombre de su hermana mayor, quien falleció a la edad de 13 años cuando Britanny tenía 9. Ambas sufrieron retinoblastoma, un cáncer ocular que acabó con Jaime y dejó muy mermada la visión del ojo izquierdo de Britanny. Tras 2 excelentes discos con Alabama Shakes, Britanny vuela sola y nos ofrece un disco que rezuma dolor y esperanza. Compuesto bajo la tristeza por la llegada de Trump a la Casa Blanca y el fallecimiento de Prince, Jaime fue compuesto y grabado parcialmente durante un viaje por todo Estados Unidos. Un viaje en el que Britanny Howard se reencontró con la intransigencia que sufrió en su infancia. Britanny abraza en este LP su lado más racial. Habla de racismo, sí, con dolor, como debe ser. Para muestra el sinuoso blues de Georgia, Baby, Pressence o Stay High en las que el falsete de Britanny nos pone la piel de gallina. El reptante funk de History repeats, 13th Century metal o Tomorrow recuerda irremediablemente al Prince más combativo (el del Black Album) mientras nos invita a romper el círculo vicioso de miedo, odio y violencia. Pero también hay hueco para la luz y la fe. Una fe en un ser superior que le ama haga lo que haga, confiriendo un peculiar aire gospel a buena parte del disco (He loves me). Incluso hay ramalazos Jazz en Short and Sweet, en la que Britanny suena como digna heredera de Nina Simone y es entonces cuando nos reafirmamos en la idea de que la voz de Britanny Howard pertenece al Olimpo de las grandes vocalistas femeninas de color.
Esta combinación de música negra da como resultado un trabajo muy a tener en cuenta. Hay ritmos más modernos como Goat head en la que reza: “¿Quién pinchó los neumáticos de mi padre y puso una cabeza de cabra en el asiento trasero?”. Las letras se sienten reales, nada impostadas, Britanny sabe de lo que habla. Puede que este sensacional disco sea una mirada interior o un exorcismo pero también se trata de apartar el miedo y el odio de una vez por todas.
Jaime es un disco que con los pies bien anclados en el pasado mira sin miedo hacia el futuro.
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