Es una realidad. El fin de octubre está más que asociado al terror. Es su momento. No dejamos de percibirlo a lo largo de la mayoría de lugares y espacios por los que circulamos en nuestro diario devenir. No es casual que Undead hayan decidido elegir esta fecha para desatar su primer álbum, que no su primer trabajo, Existencial Horror.
Justo escribo estas líneas el 31 de octubre, y aunque aún no es noche según las manillas del reloj, fuera el Sol hace tiempo que se fue, expulsado, por los nueve hechizos que componen el ritual que la banda lleva a cabo con este disco. Ya no es necesario aquí.
Existencial Horror es un álbum de Death Metal como ya no suelen hacerse, por desgracia. Con un hedor sepulcral a sonido Estocolmo, eso sí, bien producido. Aunque, afortunadamente, con ese toque imprescindible de suciedad bien intencionada (aunque no os confiéis, en estos salvajes no abundan las buenas intenciones). Riffs rompecuellos, baterías con mucho “tupa tupa tupa tupa tupa tupa” y voces que os producirán carraspera de días si las intentáis imitar.
[divider]EXISTENCIAL HORROR[/divider]
“Haunted By Hate”, el corte inicial, es ya una declaración de intenciones de lo que va a ser este trabajo. A partir de entonces el descenso al infierno es inevitable a la par que placentero para los oídos. “Masters Of Mankind” añade ese toque melódico antiguo de guitarras que tanto puede corearse como tararearse. “Sin & Death” destaca por un estribillo (algo) más pausado (y digo algo) entre estrofas cuyas baterías pueden recordar al punk y al hardcore más purista.
El riff de “Santa Muerte” no puede ser más afilado, te deja extasiado. Luego ya la melodía final de guitarra, a doblete, termina por arrebatarte el último aliento. Hay temas que cuando uno los va trabajando se va a dando cuenta de que en directo serán absorbidos a la primera, y “City Of Silence” tiene pinta de ello. Nada más que escuchar por primera vez su estribillo puede uno notarlo. Es difícil elegir un título para un disco, en el fondo va a definir mucho de qué se intenta decir con él, y cuando ya se escoge el título de una de las canciones que lo componen más aún. Por eso el tema “Existencial” puede entenderse como piedra angular y ejemplo claro de todo lo que nos podemos encontrar si seguimos buceando (además es el tema 6, guiño guiño).
Es curioso cómo se construyen las canciones, a veces se puede entender cómo un inicio estudiado es el preludio a un estallido de intensidad. Y en “Curse Of The Undead” es más que percibido. En cambio, otras se escriben asestando el primer golpe de efecto, luego dar un poco (y digo un poco) de respiro y volver a la potencia. Y luego está ese ritmo machacón después del solo. Básicamente, estaba refiriéndome a “Sarcophagus”. El último hechizo del ritual, el noveno sello, que se rompe con el ascenso de una melodía incesante. Un interludio en la que el riff se desarrolla con cadencia atávica se configura como lienzo en el que un pausado punteo de guitarra nos devuelve a la realidad. “Beyond Divine Regulation” ha dado cierre a esta oscura liturgia.
Ahora sólo queda esperar a que se haga de día. Pero, hasta el amanecer, todavía me quedan horas para disfrutar con estos diablos.
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