Sorprende que del sello Frontiers Music llegue un artefacto como éste tan rematadamente 90’s, sinceramente os lo digo. Un powertrio tan brutal como KXM formado ni más ni menos que por dUg Pinnick (vocals, bass) de mis adorados King’s X, el mismísimo George Lynch (Dokken, Lynch Mob) (guitar) y el aporrea-parches de Korn, Ray Luzier, no podía decepcionar lo más mínimo teniendo a dos virtuosos de su instrumento como Lynch y Luzier y un tipo con tanto carisma y personalidad vocal como Mr. Pinnick. Formados en 2013 por iniciativa de Luzier en la fiesta de cumpleaños de su hijo, KXM (‘K’ de Korn, ‘X’ de King’s X y ‘M’ de Mob) lanzan en 2014 su debut homónimo para repetir y consolidar el proyecto tres años después con Scatterbrain (2017), ambos bajo el sello Rat Pack Records. A finales del pasado mes de agosto ve la luz su tercer disco, Circle Of Dolls (2019), esta vez ya amparados bajo el sello italiano…
Aquí tenéis la ‘Guerra de los Mundos’ que tan bien saben generar un trío tan explosivo como dUg, Lynch y Luzier…
He de deciros que ha sido toda una sorpresa encontrarme un disco como éste, y no sólo estoy hablando de la combinación de tres tipos con personalidades tan marcadas, no, estoy hablando de una colección de canciones soberbia con una producción brutal y una ejecución en instrumentación realmente asombrosa. Sí, es mi primer disco con KXM pero -y no creo que sea el factor sorpresa- me ha volado la cabeza el disfrutar de un producto tan 90’s ya que, por momentos, me parecía que todavía nos encontresásemos en la última década gloriosa para el rock’n’roll. Si desconoces quien es dUg Pinnick te van a sorprender esos juegos y armonías vocales por momentos tan Alice in Chains («Twice», «Big As The Sun»…)… pero ellos (King’s X) fueron los primeros con aquel Out Of The Silent Planet del ’88. También te va a evocar en muchos momentos al Dios Cornell y es que sus timbres vocales siempre fueron muy parecidos, ahí tienes el corte «Wide Awake» muy cercano al clásico «Rusty Cage». En cuanto al sonido del powertrio, facturan un metal progresivo con momentos bluesys («A Day Without Me») y algún momento funky que se acercaría a los parámetros de King’s X («Cold Sweats»). Acabo incitándoos a la escucha pues las atmósferas opresivas noventeras están aquí generadas con honestidad y bien hacer. Hay tralla, momentos melódicos, armonías sublimes y solazos muy puntuales de Lynch y Luzier que en ningún momentos cargan el producto final. Lo dicho, se merece el 100%.
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