Lo mejor que tiene esto de reseñar discos es que se puede ver la evolución, no de las bandas, si no de los estilos, de la música en general. Cuando era un mozalbete de mejillas sonrosadas fue en el cambio de siglo. El nu-metal ha sido la leche musical que he mamado, y las bandas que ahora hacen la Vacíabolsillos Tour, con birras a precio de bañera llena de gasoil, aún no estaban en decadencia. Ahora veo bandas que podrían ser los hijos musicales de las bandas que me iniciaron, que han reinventado el estilo, lo mezclan con cosas rarísimas, y de vez en cuando salen canciones alucinantes. Cierto que las bandas ahora lo tienen muy jodido, no hay un disco que te saque de pobre, la afluencia de público a los conciertos tampoco apabulla, pero sí es cierto que de vez en cuando escucha uno algún disco que le saltaría las lágrimas a Jimmy Hendrix. Bueno, menos chapa y más reseñar. Un, dos, tres… ¡Teddy!
[divider]FAKE TEDDY[/divider]
Threads. Los primeros acordes me traen a la mente el Pescador de Messura. Mucho plato y medio tempo en la batería, una especie de balada indie. Me gusta cuando en una banda que no tiene guitarras destroyer precisamente se incluye un bajo poco esquemático, poco monolítico, y éste se toma su tiempo y su espacio por donde discurrir. Tengo en mente Space Oddity de David Bowie cuando canta For here am I sitting in a tin can. El combo de las guitarras parece flotar por la Vía Láctea mientras el bajo y la batería muestran una base sólida pero tenue. Un momento Piratas en Años 80 casi al final, que contrasta con los tonos del bajo, y vuelta a la tranquilidad, a ese tono de viaje por el universo.
She doesn’t dance. Mucho timbal y ese poso de jam session, de buscarse unos músicos a otros, en el comienzo, para desembocar en una especie de Chico nuevo de Dr. Trotski mezclado con una balada jazzística. Muy curioso el juego de charles-platos-bombo-caja, con roturas continuas en el ritmo. También tiene ese rollo de odisea espacial que han heredado gente como Moby, sin tomar elementos de la electrónica.
Fire. Lo bueno que el rock entendiéndolo como una amalgama inacabable de estilos, desde lo más pop al heavy metal siniestro es que siempre tienes un comodín. Cuando aparece una banda que no se ajusta a ninguna etiqueta, tenemos indie. Lo mismo da que hagas pop, rock alternativo o doom metal achicharrador de hormigas, todo es indie. Fake Teddy vive Dios que son indies. Tengo en mente algún experimento de Billy Corgan, dentro o fuera de The Smashing Pumpkins. Las estrofas me recuerdan a Tonight, Tonight en algunos tramos. Sexy Sadie, Vetusta Morla… Es cierto que estos Fake Teddy tienen una estructura de balada pop, pero con el revestimiento garaje, post-punk, post-garaje… tanta etiqueta me está volviendo loco hasta a mí.
Pride. Empezamos acústicos, un poquito de punteo, a lo Deprisa, de Espectro Lobo (siempre es buen momento para mentar a mis hermanos valencianos), que deriva a un rollo más Strokes, con un bajo conchabándose con las guitarras en crear algo potente y machacón, que le da empaque a la voz. La voz tiene algo de los Blur de las estrofas de Song 2, cuando nos echábamos las risas mentando a los Oasis, y viceversa, para verlos despellejarse.
Es curioso como la batería no pierde la manija en ningún momento, pese a estar en un segundo plano bastante taimado por tanta cuerda. Es de esas canciones que, sin hacer locuras, sin llegar al speed metal desbocado, transmite la sensación de velocidad endiablada.
Faith. La fe engaña a los hombres, pero da brillo a la mirada. Rabindranath Tagore. Para meditar. Estos cuatro nos están diciendo adiós con la manita en ese medio tempo de balada que han envestido en su receta, con esa voz casi fastidiosa, pero a la vez delicada. Presencia más evidente de la batería en la parte instrumental e incluso un poco de distorsión en las seis cuerdas. El bajo, como en un combo de jazz, juguetea de traste a traste mientras las guitarras mantienen un riff ahora sí The Smashing Pumpkins. Soy un ’90 boy, y esto me suena a casa. Dicen que el verdadero hogar de uno es la infancia. Pues mi hogar musical es esa primera adolescencia que tantos discazos me dio, y Faith me lleva de vuelta.
Pues se nos escapó como agua entre los dedos. 25 minutos de música indie, que no es pop, ni rock, ni grunge, pero que tiene un poco de cada. El verdadero reto para esta banda (no voy a cantar simplemente las alabanzas) es poder revalidarlo en directo. Cuando uno va a ver un directo, quiere marcha. No voy a decir que se coman la cabeza de un murciélago en directo, o que le prendan fuego al escenario, pero si es cierto que este tempo pausado, esa estructura de balada, tal vez les pueda jugar una mala pasada a la hora de encender a las masas. Pero como dice mi pulsera: QCSY. Qué cojones sabré yo.
Para los curiosos y antes de despedirme, enlaces de la banda.
Youtube: https://www.youtube.com/channel/UCjVYpe5L0B5iqfLeCSePrzw
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