«Día de lluvia en Nueva York» es con probabilidad la última película que Woody Allen va a dirigir en su ciudad, la que ha marcado buena parte de su filmografía y nos ha dejado obras maestras de la dimensión de «Annie Hall», «Manhattan», «Hannah y sus hermanas» o «Delitos y faltas», grandísimos largometrajes como «Misterioso asesinato en Manhattan», «La rosa púrpura de El Cairo», «Días de radio», «Maridos y mujeres» y un largo etcétera (de hecho, la mayoría de su filmografía se sitúa en esta categoría) y «divertimentos» más o menos simpáticos, comedias ligeras tipo «Granujas de medio pelo», «Un final made in Hollywood» o «La maldición del escorpión de jade». Y como todo «buen escribano tiene un borrón» ahí aparecen «Vicky, Cristina, Barcelona», «Scoop» o «A Roma con amor», sin duda lo más flojo en su dilatada trayectoria que comenzaba a finales de los sesenta con «Toma el dinero y corre». Desde entonces, un filme por año, uno de esos momentos que el cinéfilo espera con ansia al saber que cada estreno es parte de la historia del cine. Un realizador que por meritos propios figura en la lista de los directores más importantes.
Tras «Wonder wheel», Amazon fichó a Allen para competir con los otros operadores de «streaming» como netflix o HBO. Su primer trabajo fue la serie «Crisis en seis escenas» que además era el debut televisivo del autor de «Balas sobre Broadway», un entretenimiento divertido, sin más recorrido. En esa línea se sitúa «Día de lluvia en Nueva York», una comedia romántica aceptable con buenos momentos pero que no pasará por sus cualidades cinematográficas sino por el «boicot» al que ha sido sometido el responsable de «El dormilón» por los neopuritanos, encarnados en el movimiento Metoo, que han forzado a Amazon a que no vuelva a producir nada a este genio vivo, ni que estrene nada en los Estados Unidos. Unos «vigilantes de la moral» que a pesar de que la justicia ha absuelto a Allen de un sórdido delito sexual con su hijo natural, fruto de una denuncia de su ex pareja Mia Farrow, han decidido que están por encima del tercer poder en una democracia y que nadie en América financie al autor de «Midnight in Paris».
Si dejamos el sentido histórico de la cinta, el no estreno en Estados Unidos y la condena al destierro, a rodar en Europa, debemos confesar que a pesar de ser un film menor «Día de lluvia en Nueva York» es un título que firmaría la gran mayoría de creadores especializados en comedia, con esos diálogos chispeantes, esa amarga concepción de la pareja y ese canto a la vida. Jóvenes que ya tienen los problemas de fidelidad y neurosis de los adultos (aunque nos gustaba más como lo representaba en «Todo lo demás»), ricos y cultos donde el dinero no puede comprar las ansias de libertad. Los protagonistas son Thimotée Chalamet, que saltó a la fama por «Call me by your name» y que no termina de resultar acertado en el papel y una Elle Fanning que sí funciona como chica de pueblo emocionada por el lujo, el oropel y los famosos de la «Gran Manzana». Entre los secundarios destaca Liev Schreiber, con un acertado papel de genio atormentado y acompañado de Jude Law, Selena Gómez o Diego Luna y la fotografía de Vittorio Storaro, consiguiendo que veamos el Manhattan o el Central Park idealizado en buena parte por Woody Allen. Y todo acompañado por ese jazz de siempre y ese tono melancólico que tantos seguidores tiene (también detractores).
Un canto a una ciudad, incluso hermosa cuando no hace sol y buen tiempo, perfecta para pasear y enamorarse y quedar bajo un pequeño reloj en «Central Park», como se podía quedar en lo alto del Empire State Building como en esa otra obra maestra de Leo Mc Carey que era «Tú y yo». Puro cine aunque los garantes de la virtud y contra el pecado se empeñen en lo contrario.
0 comentarios