El tan cacareado «Rolling Thunder Revue» de Martin Scorsese ya es realidad y en breve otra vez historia. La verdad sea dicha que lo mejor son las actuaciones y la forma olímpica de un Dylan pletórico, todo ello filmado con cierto gusto rebuscando en algún detalle curioso.
Lo que me refleja el documental a parte de lo increíble que es este músico, es la cantidad de chiflados, parásitos y otros inútiles que se le pegan al trasero. Y no lo digo por Baez, siempre sabía en sus palabras o Ramblin’Jack Elliott, más bien por esos Don Nadie a los que Dylan les sigue la corriente hasta que terminaron por agotarle con tanto fanatismo. A Bob se le nota a gusto, muy cercano, alegre que le gusta mezclarse con esa pandilla de bufones; cosa de la que se fue alejando poco a poco por culpa justamente de tanto fanático iluminado. Cada uno viendo y interpretando todo a su manera, pero ninguno acercándose a lo que en realidad Dylan tiene en su mente.
Me ha impresionado mas ver a ese Dylan sereno y casi guason con la piel apergaminada recordando esa troupe que se alimentaba de su energía, como bien dice el choffer de la Rolls que lleva a Scarlet Rivera de un sitio para otro, publico y músicos son como dos pilas que se autoalimentan.
El pobre Mick Ronson no pinta nada en esa tinglado ni por las pintas , ni por su estilo de manera de tocar la guitarra, prueba de ello es que se menciona que ni siquiera Zimmerman le dirigió la palabra. Scarlet, tan guapa como enigmática novia de Gene Simmons por aquel entonces, que se lleva al bardo judío a verle backstage! No hay que buscar muy lejos de donde sacó la idea de maquillarse! O por lo menos el atrevimiento de hacerlo por mucho que ya lo supiese por el teatro Kabuki. Pero ojo, tampoco es verdad que asistiese a un concierto de Kiss en Queens, es otra “metirijilla”.
Ni el promotor Jim Gianopulos, ni Jack Tanner, ni Stefan van Dorp es realidad, como el de una joven Sharon Stone con camiseta de Kiss que se cree que “Just Like a Woman” la escribió para ella, que Sharon Stone, conociese a Dylan en la gira siendo una adolescente, ademas de otras cosas, todo es una mentira. ¿Por qué esas “mentiras” ? Eso es lo más genial de la película, ese engaño para sorprender al supuesto experto en Dylan o para hacer alguna metáfora sin pies ni cabeza. Es una historia llena de trampas donde caerán muchos y seguramente es lo que le hace gracia tanto a Dylan como a Scorsese.
Es de agradecer el no caer en la simple tentación de contar asuntos sobre drogas que todos saben rodeó aquella gira con kilos de cocaína tan blanca como la cara de Dylan. Joni Mitchell tan guapa como tan chaquetera nutriéndose de lo que la rodea y compitiendo por ser la mejor, para luego en 2013 mear fuera del tiesto con declaraciones como : “Me gustan muchas de las canciones de Bob. Musicalmente no tiene mucho talento, su voz la ha tomado prestada de un montón de viejos montañeses. Tiene muchas cosas prestadas”
En definitiva, magnifico todo donde sale el de Duluth, y es normal ya que ese hombre es historia viva de la música, pero molesta esa horda de ratas que le siguen tal un flautista de Hamelin del folk. Y es que a Dylan le molesta esa cantidad de gente que se forra a su costa escribiendo sobre el y interpretando sus letras como mensajes mesiánicos y con este documental es lo que me parece mas obvio que tras esta gira tuvo su “tope” de “Hypostomus Plecostomus”.
“Solo llevo la máscara de Bob Dylan cuando necesito llevarla” Dylan Dixit.
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