Es cierto que la plataforma Netflix es más conocida, dentro de su contenido propio, por las series de ficción y las películas pero no debemos olvidar sus excepcionales documentales, entre ellos los musicales. A estos últimos englobamos la serie REmastered, de los que hemos escrito en Rockthebestmusic en un par de ocasiones, sobre el crimen sin resolver de Sam Cooke https://rockthebestmusic.com/2019/02/remastered-los-dos-asesinatos-de-sam-cooke.html y la visita de Johnny Cash a la Casa Blanca https://rockthebestmusic.com/2019/03/remastered-nixon-the-man-in-black.html . Pero el primero de los documentales fue el que trato la figura de Bob Marley y que lleva por título «Who shot the sheriff?» y que intenta ofrecer claves para descubrir otro enigma como fue el tiroteo que sufrió el icono reggae en 1976. Un Bob Marley que había nacido y crecido en uno de los suburbios más peligrosos de la capital jamaicana Kingston, uno de esos lugares, como nos explican en la cinta, donde la policía no entraba. Y de esa ciudad sin ley y merced a su música, Marley consiguió convertirse en el intérprete más famoso de su país, en plena irrupción debida a las disputas entre el presidente Michael Manley y el aspirante Edward Seaga.

El triunfo del izquierdista puso nervioso a un Nixon que veía un evidente peligro de que se crease otra Cuba, aunque Manley no fuese comunista. Esto creó un tormentoso tiempo donde la delincuencia asoló la isla, por lo que Bob Marley abandonó el Caribe junto a su familia rumbo a Europa mientras Jamaica siguiese siendo un país peligroso. Pero como la gente que trasciende, a finales de 1976 y viendo una cierta mejora decide regresar para dar un concierto multitudinario para más de ochenta mil personas. El problema es que dos días antes sufre un atentado en su casa, cuando unos pistoleros intentan matarle, hiriendo de gravedad a su manager y de menos intensidad a Bob y su mujer Rita. Nunca se supo quien efectuó los disparos y ahí surgen varias hipótesis, todas ellas plausibles y que analiza el documental. Por un lado Manley quería apropiarse de la figura del cantante, por lo que la renuncia de Marley a entrar en política fue una decepción para el gobierno, por otro lado, Seaga también intentaba apropiarse del icono sin éxito, lo cuál suponía un traspiés, a lo que hay que sumar las buenas relacciones de este con los Estados Unidos, que encima veía al socialista Manley como un «amigo» de Fidel Castro, con el que es verdad que tenía algunas afinidades. Y fuera de la teoría política entra la mafiosa, pues se comenta que un jugador de fútbol, íntima amiga de la estrella, debía mucho dinero que Marley decidió pagar. Puede que al no saldar un plazo de la deuda decidiesen cobrarlo con su vida. Todo bien narrado, urdiendo una estupenda «tela de araña» buscando a los responsables y mostrándonos el convulso ambiente jamaicano a mediados de los setenta.

Marley pensó seriamente suspender el evento y no volver jamás, pues él siempre había renegado de la política, aunque la cultura «rastafari» y algunas de las letras de sus canciones deben incluirse dentro de una corriente ideológica, con claro mensaje, como en «Get up, stand up», donde se canta «Levántate, incorpórate, lucha por tus derechos». Por suerte, ante una multitud y con el evidente peligro de otro atentado, Marley, junto a su mujer Rita y su banda, actuó durante más de una hora, donde dio un inolvidable recital y consiguió lo impensable, al subir juntos a Manley y Seaga, que desde entonces firmaron una paz, relevándose en el cargo en las siguientes elecciones y calmando a los Estados Unidos. Nunca se sabrá quien intentó acabar con la vida de Marley pero quizás gracias a ese concierto consiguió aplacar un poco el polvorín en el que se había convertido Jamaica y que los dos líderes políticos empezaran un diálogo con el que tranquilizar a sus huestes, pues sabemos que en toda revolución siempre suele existir los ideólogos, los que mandan y luego los que obedecen y siguen las consignas. Ya sabemos que al crítico se le suele laminar. En Jamaica o en cualquier otro lugar.

WHO SHOT THE SHERIFF – Netflix

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

Te puede interesar

Tulsa King (temporada 3)

Tulsa King (temporada 3)

“Tulsa King” es la serie menos ambiciosa de las creadas por Taylor Sheridan, lejos de las expectativas de otros productos como todo el universo de “Yellowstone”, “Special Lioness”, “Mayor of Kingstom” o “Landman”. Un divertimento co- creado con Terence Winter, también...

Sueños de trenes

Sueños de trenes

“Sueños de trenes” es una de las sorpresas del cine independiente de la presente temporada. Un film modesto pero de grandes pretensiones basado en un relato corto y que el gigante Netflix ha a su catálogo. Su responsable es Cliff Bentley, un casi debutante director y...

Blue Moon

Blue Moon

Suelen ser interesantes las obras teatrales que tratan sobre figuraciones sobre personajes reales. Ejemplos hay muchos: desde “Rojo” sobre el pintor Rothko a “Copenhague” sobre el encuentro entre Heisenberg y Niels Böhr, pasando por “Encuentro entre Pascal y el joven...

Caza de brujas

Caza de brujas

El cine de Luca Guadagnino ha pecado siempre de cierta irregularidad. Un director talentoso pero con un manierismo técnico que en ocasiones funciona y en otras adolece de los pecados de la posmodernidad cinematográfica. Le sucede desde su oscarizada, y espaldarazo...

Drácula

Drácula

De Luc Besson uno puede esperarse cualquier cosa pues es innegable su imaginería visual en productos como “El quinto elemento” aunque unos cuantos descalabros jalonan su amplia filmografía. Su nuevo “Drácula” es un filme creado para no dejar a nadie indiferente pues...