Cada visita de Quireboys es una alegría para el aficionado al rock. Una banda honesta que tuvo en los lejanos ochenta su momento de gloria con un disco fundamental como el «A bit of what of fancy», que como es lógico sigue siendo la piedra angular de su listado de canciones, pero que siguen ofreciendo un directo poderoso capitaneados por la personal voz rota de Spike y el buen hacer a la guitarra de Guy Griffin. Un sexteto el británico que en su algo menos de hora y media de actuación dejó buenas sensaciones en las pocas más de cincuenta personas que se dieron cita en la coqueta Sala Even hispalense. Imaginamos que el inicio de la Semana Santa sevillana tuvo bastante que ver.
Antes y como excelente prolegómeno pudimos degustar el elegante rock de los gallegos Polysong, un cuarteto que en sus cincuenta minutos dejaron gratas sensaciones y temas bien ejecutados y defendidos en directo de los cuales destacamos el «White star» con el que iniciaron y un precioso medio tiempo titulado «Darkness and light» donde se gustaron alargando la canción tras el puntéo como si de una «jam session» se tratase. banda a tener en cuenta. Y así, con este interesante prólogo, poco antes de las diez y cuarto aparecían los Quireboys, donde tenemos que destacar el teclado en vivo, cosa que se agradece entre tanto grupo donde este instrumento viene grabado. Comienzan con «I love this dirty town» y «Misled», donde se notan algunos problemas con el sonido (apenas se escuchan los coros) y Guy Griffin buscando ecualizar el sonido a su guitarra, cosa que no logra del todo en «There she goes again». Y un Spike al que notamos cantando en un tono más bajo que el habitual nos presenta «Seven deadly sins», de su reciente álbum «Amazing disgrace». Sigue teniendo un tono de voz original y con los años ha ganado en profesionalidad pero los años «no pasan en balde» y un timbre tan exigente no se puede mantener como hace treinta años. Aun así sigue siendo un magnífico «front man» y aunque más bajo mantiene con dignidad su garganta. Se demuestra con «Mona Lisa smiled» o «Hello», junto con una más «cañera» «Whipping boy». Y entre clásicos avanza el concierto con una mejora sustancial del sonido, cosa que podemos comprobar con «This is Rock ´n Roll», «Hey you» y otra novedad del «Amazing disgrace» titulada «The original black eyed son» que da paso a un final apoteósico que comienza con esa enorme balada que sigue siendo «I don´t love you anymore». Ya con el público entregado acometen otro clásico como «Sweet Mary Ann», un medio tiempo que deja paso a la movida «7 o´clock» con el que se despiden por un momento para ser aclamados por el respetable y volver a subir al escenario de la Even y finalizar con ese «fin de fiesta» que es «Sex party». Una suerte que una formación tan emblemática pueda girar con regularidad por nuestro país. Esperemos que así lo pueda entender el seguidor del hard rock y el próximo concierto tengan como público el número de personas que merecen estos músicos con mayúsculas.
0 comentarios