Llegamos al poema XLI de la serie Las Flores del Mal, la obra de Charles Baudelaire. En el cual, el poeta responde a una pregunta del Diablo (metafóricamente hablando), en la que se describe tanto su alma, como su funcionamiento. Un bello poema de versos cortos – un poco más largo de lo habitual – que no tiene desperdicio.
LAS FLORES DEL MAL – CHARLES BAUDELAIRE
TOUT ENTIÈRE
Le Démon, dans ma chambre haute,
Ce matin est venu me voir,
Et, tâchant à me prendre en faute,
Me dit : « Je voudrais bien savoir,
Parmi toutes les belles choses
Dont est fait son enchantement,
Parmi les objets noirs ou roses
Qui composent son corps charmant,
Quel est le plus doux. » — Ô mon âme !
Tu répondis à l’Abhorré :
« Puisqu’en Elle tout est dictame,
Rien ne peut être préféré.
Lorsque tout me ravit, j’ignore
Si quelque chose me séduit.
Elle éblouit comme l’Aurore
Et console comme la Nuit ;
Et l’harmonie est trop exquise,
Qui gouverne tout son beau corps,
Pour que l’impuissante analyse
En note les nombreux accords.
Ô métamorphose mystique
De tous mes sens fondus en un !
Son haleine fait la musique,
Comme sa voix fait le parfum ! »
TODA
El Demonio, a mi altillo,
esta mañana ha venido a verme,
y tratando de acusarme,
me dice: « Me gustaría saber,
de entre todas las cosas hermosas
de qué está hecho su encanto,
entre todos los objetos negros o rosa
que forman su cuerpo adorable,
cuál es el más dulce»— ¡ Oh alma mía!
Tú, contesté al Aborrecido:
«Ya que en Ella todo está dictaminado,
nada puede anteponerse.
Cuando todo me hace feliz, ignoro
si algo me seduce.
Ella deslumbra como la Aurora
y consuela como la Noche;
así la concordia es demasiado exquisita,
la cual gobierna todo su bonito cuerpo,
para que la indefensa analice
en notas los numerosos acordes.
¡Oh metamorfosis mística
de todos mis sentidos fundidos en uno!
¡Su aliento hace la música,
así como su voz, el perfume!»
0 comentarios