He tenido de nuevo la ocasión de visitar la gran pantalla para visionar la adaptación de James Cameron del cómic GUNNM de Yukito Kishisiro. No, no os hagáis ilusiones (o desilusiones), en realidad el director de Terminator 2 ha hecho labores de productor (junto a Jon Landau) y guionista colaborativo al estar ocupado con sus ‘Avatares’ siendo el mismísimo Robert Rodríguez el que se ha encargado de dirigirla, eso sí, bajo la supervisión de Cameron. Una historia ‘ciberpunk’ que, como es lógico, en el cine ha sido algo edulcorada (y americanizada) tanto en su línea argumental como en su planteamiento escénico a pesar de su brutal despliegue de peleas, carreras suicidas y persecuciones mortales…
Y bien, en mi opinión, estamos ante una película con un buen ritmo y que se hace entretenida (sobran algunos momentos lacrimógenos y/o romanticoides pero bueno…). La historia cuenta la historia de una cyborg (Rosa Salazar) que es encontrada completamente destrozada en un desguace de la Ciudad del Hierro por Dayson Ido (Christoph Waltz), un ingeniero medico-cibernético que siente mucho la falta de su fallecida hija. Llamada por el, para quien suscribe, chirriante nombre de ‘Alita’, la cyborg va poco a poco descubriendo su pasado tanto por recurrentes flashbacks como por sus habilidades en el combate en todo tipo de lugares y situaciones. La rica ciudad de Salem y su todopoderoso lider harán todo lo posible por destruirla con muchos cibernéticos hipermusculados e hiperarmados pero ella podrá con todos.
En mi opinión y partiendo de una estética (una vez más..) bien parecida a la recreada en Blade Runner aunque sin tanto Japo por el medio, la peli adolece de muchos momentos flojísimos de guión que, eso sí, son solventados de inmediato con escenas de lucha y carreras kamikazes para que no se note, de hecho, las escenas de la carrera de ‘Motorball’ para mí son lo mejor del largometraje, verdaderos ejercicios vertiginosos de técnica, acción y tensión. Está claro que el descubrimiento emocional (y sexual) de la protagonista debían formar parte de la trama ‘teenager’ pero para mi gusto hacen aguas por todas partes, así como esos malos malotes que no me han convencido nada (obviaremos al cyborg punk y al hinchado de esteroides…) y mira que me gusta todo en lo que el actor Mahershala Alí se involucra pero no, aquí no; incluso el personaje de Jennifer Connelly, esposa y madre reconvertida al mal por la pérdida de su hija, lo veo desdibujado y muy forzado, sobre todo en su parte final.
En definitiva, una peli que se disfruta en muchos momentos (los de acción y peleas) y que flojea mucho en otros tantos (diálogos y desarrollo de tramas). Un largometraje que no pasará a la historia como lo mejor de Cameron o de Robert Rodríguez...
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