Muchas veces envidio a la gente que vive en Barcelona, Madrid o cualquier ciudad grande con alta actividad metalera. Esos sitios donde prácticamente todas las semanas hay algún evento musical que merece la pena. Estoy viviendo ahora en Sevilla, que comparada con Cádiz es un paraíso rockero; pero evidentemente uno sigue echando en falta muchos conciertos y festivales. Entonces, claro, cuando te ponen por delante un festival como el Palacios en un mes como Marzo, en un pueblo cercano, a precios bajos y contratando bandas interesantes de verdad que difícilmente podrías ver en otra ocasión… Como podréis comprender, conocí el Palacio Metal Fest en su tercera edición y jamás se me ha ocurrido perderme uno desde entonces.
Bueno, hablemos sobre esta quinta edición. El primer grupo en subirse al escenario después de la despampanante danza del vientre de las bailarinas de Jhandra Bellydance fue Los Montañeros de Kentucky. Estos leoneses consiguieron hacer vibrar a todo el público con su hardcore metalizado, repartiendo adrenalina y arrasando con todo. Ya el nombre de su disco, Motosierra Style, hace a una idea de lo que estoy hablando. Acto seguido, aparecieron los gaditanos Snakeyes abanderando el espíritu más puro y clásico del speed metal. Músicos impresionantes y con una técnica increible, destacando la semejanza del cantante rumano, Cosmin Aionita, con el gran Rob Halford.
Más tarde irrumpió en escena el thrash agresivo y melódico de Soldier. Aún sin la carpa llena y bajo un ajuste de sonido mejorable (en mi opinión), el público cumplía con obediencia los llamados al mosh y lo daba todo por la buena música de nuestros colegas asturianos. Poco después tomaba el relevo la energía y epicidad brutal de mi actual banda favorita de Portugal: Toxikull. Hay que prestarle más atención a este speed metal tan bien ejecutado y lleno de solos supersónicos y cambios de voz y tono. Banda joven pero puntera.
Con la noche llegan los nórdicos FKÜ. Creo que es justo decir que esta formación tenía la mejor puesta en escena del festival: battlevests llenos de parches de películas de terror, pintura roja y negra sobre todo el cuerpo, prendas semejantes a las de Freddy Krueger… Esta apisonadora hace una parodia thrasher del género cinematográfico de terror, y se nota mucho su experiencia. A continuación llegaba el verdadero terror no humorístico: Asphyx. La mejor banda death/doom del mundo en mi opinión, y uno de los primeros grupos de metal extremo de los que me hice fan. Los holandeses encarnaron el espíritu del apocalipsis, y la carpa entregaba sus almas a la bestia mientras sonaban himnos como We Doom You To Death o Last One On Earth . Los guturales ahogados de Martin Van Drunen, los inagotables cambios de ritmo, la pasión del grupo… Inolvidable actuación.
Finalmente, los últimos riffs que deleitaron mis oidos fueron los de Brutal Thin, hardcore agresivo y combativo. Para una canción subieron a una niña muy heavy con una flying V verde para tocar con ellos. Sonó de puta madre. Un aplauso para los Brutal Thin y para Andrea. También merece un aplauso la organización del evento, que jamás decepciona en nada y resalta por su puntualidad a la hora de hacer cambio de grupos y su lealtad al público y al metal en general. En fin, el pasado 9 de Marzo fue un día muy feliz y recomiendo a todo metalhead que esté leyendo esto a unirse conmigo a este oasis del true metal en Andalucía.
Leyendo esta crónica entran ganas de no perderse el festival. Saludos desde Tarifa.