Dos discos reseñados tan sólo de este 2019 y ya se saldan con un sobresaliente alto. Esto va bien. Lo de John Garcia ya quedó expuesto en su momento, lo de Rival Sons os lo dejaré bien clarito en este post. Intentaré ser lo maś objetivo posible dentro de la pasión subjetiva que me posee cuando escucho la voz de Jay Buchanan y los riffs de Scott Holiday. Y es que Feral Roots (2019), el sexto album de estudio de los angelinos de Long Beach, vuelve a exprimir la mejor de las esencias de la banda con otra colección de canciones impresionante demostrando el por qué son tan grandes y merecen el status de ‘Clásicos’ de su tiempo por derecho propio…
Sigue el consejo, ‘Haz lo Peor’ para ser mucho mejor…
Rivals Sons me volaron literalmente la cabeza con su tercer disco, Head Down (2012), esa grandísima voz de Buchanan, tan apasionada, carismática y desvocada, asociada con esa paleta musical setentera en donde Zeppelin, Cream, Hendrix, Humble Pie, etc,… se fusionaba con toques ‘desert rock’ y algún corte más funk e indie, fueron suficientes para caer rendido ante una banda que estaba llamada a hacer las cosas a su manera y llegar muy alto (y no me olvido de Pressure & Time (2011)). Luego vinieron Great Western Valkirie (2014) convertido en ‘Disco del Año’ por estos lares y la ácida psicodelia de Hollow Bones (2016), ambos convertidos en sus discos más vendedores y mejor tratados por la crítica ya sin las típicas asociaciones e influencias más o menos evidentes de la banda de Page & Plant & Jones & Bonham.
Y así llegamos a 2019. Tres años después de su lisérgico Hollow Bones, la banda de Buchanan & Cia. siguen buscando nuevos horizontes expresivos, nuevos caminos para transitar sin dejar a un lado su Vintage Blues Alt Rock. Los Rival Sons nunca han hecho el mismo disco y su sexto trabajo no iba a ser menos. Feral Roots es un álbum apasionado y apasionante, un disco que te agarra desde la primera escucha y que no quiere dejarte ir de ninguna de las maneras. Los tres primeros temas son de órdago, puñetazos de hard blues saturado y rebosante de chulería y excesividad, eso son «Do Your Worst», el bailongo «Sugar On Your Bone» o el aplastante y extremo «Back In The Woods» con un Buchanan dándolo absolutamente todo junto a Scott Holiday (guitar), Michael Miley (drums) y Dave Beste (bass) y destacando el verdadero filón estilístico explotado en el disco, el soul gospel.
A aquellos que aseguran que los Greta Van Fleet son los ‘Salvadores del Riff’ deberían hacérselo mirar porque los que se saca en este disco Mr. Holiday son jodidamente implacables, molones, ¡¡¡sexys!!!. Ritmos exóticos indúes abren «Look Away» para luego reconvertirse en un medio tiempo atmosférico que nos retrotrae a la intensidad lisérgica de su anterior trabajo con guitarrazos y redobles salvajes entre medias. El LSD sigue fluyendo por el disco, esta vez en su versión tranquilita y relajada, «Feral Roots» (el tema) es un folk blues que hipnotiza y subyuga, sobre todo en su sentido estribillo. Buchanan sigue quebrándome el alma. «Too Bad» despierta del ‘viaje’ y vuelve con malicia al soul rock con «Too Bad» y de nuevo y con más presencia vuelven a aparecer esas voces negras que envuelven tan bien todo el conjunto. «Stood By Me» es el tema más ‘distinto’ del tracklist, una canción a medio camino entre el funk y el reggae con, ¡joder otra vez!, un Jay que está que se sale interpretando con esa pasión soulera que le posee. «Imperial Joy» devuelve el blues a la fórmula pero esta vez ya son los coros gospel los que predominan en un medio tiempo muy chulo. «All Directions» no me mata en su primera mitad, quizás demasiado baladístico y meloso pero, ¡ojo!, hacia la mitad el tema tiende a la locura y la lisergia de nuevo con esas voces negras como sirenas llevándote al fondo del mar. «End Of Forever» abre con unos loops que introducen un temazo como la copa de un pino, intenso, arrollador, con sus subidas y bajadas de intensidad que desenvocan en un climax instrumental y vocal buenísimo. Acabamos con «Shooting Stars», el tema gospel soul por excelencia de Feral Roots, una composición preciosa y emocional a la par que sencilla, donde vemos a Jay desenvolviéndose a la perfección entre medias de un océano de celestiales negroides vocales como si hiciese esto todos los días. En conclusión, Rival Sons siguen sorprendiendo, marcando su propio camino, continúan sin acomodarse ni relajarse en las mieles de su propia marca, siguen buscando y, por supuesto, siguen encontrando de entre las ‘Salvajes Raices’…
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