El mejor secreto guardado del rock se llama Steve Gunn, y en este 2019 ve la luz posiblemente uno de sus mejores discos a día de hoy. Los nueve temas que componen “The Unseen In Between” abordan desde la muerte, a las expectativas que nos hacemos de nuestras vidas, todo ello encapsulado en una burbuja de aire puro, melancolía y alegría en un justo equilibrio, que al acabar el disco lo que necesita el oyente es escucharlo una vez mas.
Un trabajo que destila delicadeza en cada surco, discreto, sin aspavientos innecesarios para dejar a la parroquia con la boca abierta, pero si uno oye con atención se percata que Gunn puede hacer lo que le venga en gana con su guitarra, pero prefiere que sea la canción en la que recaiga todo el peso. Su voz parece que proviene del mas allá, suave y dócil acariciando tus sentidos acompañada siempre de una instrumentación acústica y eléctrica fantasmagóricas pero embriagadoras.
“The Unseen In Between” está mas cerca de los primeros discos de Ryley Walker que de los discos de William Tyler y Daniel Bachman que definitivamente son mas “guitars solis”. Tanto Gunn como Walker van por otra senda, cercana pero con otro paisaje. Este es un disco muy emocional, sus melodías reconfortan, arropan lentamente y apaciblemente el alma del oyente, pocos consiguen este logro sin caer el lo empalagoso y lo fácil.
Steve Gunn nacido en Pennsylvania se va asemejando cada vez mas a un Michael Chapman del siglo XXI, sus fascinantes filigranas con la guitarra siempre elegante, sabiendo medir sus virtuosismo para no lastrar la composición, son el perfecto relevo de ese genio que es Chapman. “The Unseen in Between” es posiblemente su disco más accesible, lejos de la experimentación, el de la plena madurez, un trabajo que suena cercano a la naturaleza con la mirada lejana a los recuerdos que encierran las grandes urbes, música que acompaña perfectamente las almas olvidadas, dándole un pequeño empujón de esperanza con el calor humano que desprende cada tema.
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