Llevaba siglos sin escuchar a Nazareth, ¡siglos!. He de reconocer que tan sólo controlo su discografía 70’s y dos discos de los 80’s como 2XS (1982) y The Catch (1984) en donde el cambio al AOR y el Rock & Pop se pusieron bien de manifiesto para la banda del bueno de Dan McCafferty. De los 90’s y los 00’s absolutamente nada y fue con su anterior Rock ‘N Roll Telephone (2014) que escuché y leí buenas críticas aunque no llegué a meterme con él a pesar de visionar los clips correspondientes. Craso error, iba a convertirse en el último disco con Mr. McCafferty en la formación viéndose obligado éste a retirarse por su enfermedad pulmonar. La banda, oséase Pete Agnew (bass) e hijo, Lee Agnew (drums), y Jimmy Murrison (guitar), lejos de venirse a bajo contratan para la gira a Linton Osborne aunque, actualmente y desde el 2016, Carl Sentance (Krokus, Geezer Butler Band, Persian Risk) se haya convertido en la apuesta estable para la nueva piel (y garganta) de la banda.
‘Tatúate en tu cerebro’ pero también en tu corazón y en tu alma la grandeza de una de los grandes…
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Y así es como me he tomado este Tattooed On My Brain (2018), como si fuese uno de esos lanzamientos classic hardrockeros del sello italiano Frontiers sin tener demasiado en cuenta el legado de una de las bandas clave de la historia de Hard Rock. Pues bien, el resultado me parece más que notable, el hecho de no haber tenido un contacto reciente con los escoceses no ha hecho que me pese demasiado la falta de Dan, ¡más bien nada!, os lo aseguro, y creo que es así como hay que tomarse este disco, sin mirar atrás, sin prejuicios y tan sólo con ganas de disfrutar con la magia que todavía sale de las composiciones de Pete Agnew en colaboración con Jimmy Murrison. El disco es variadito, no se hace pesado con baladones pasteleros, de hecho, ya me doy con un canto en los dientes con los tres increíbles primeros temas (Never Dance With The Devil, Tattoed On My Brain y State Of Emergency) en donde vemos a unos Nazareth dando lecciones de rock’n’roll clásico, inmediatez y chulería todavía, eso sí, con una producción y arreglos modernetes que, al menos en mi caso, no me desentonan en absoluto, más bien los rejuvenece e integra en el nuevo milenio. «Rubik’s Romance» y el final con el reflexivo blues «You Call Me» son los únicos momentos reposadillos pero lo demás es puro divertimento como el ‘acedeciano’ «Pole To Pole», los bluesys «Push»/ «What Goes Around», los socarrones «Don’t Throw Your Love Away»/»Crazy Molly» con un trabajo tremendo de Sentance a la voz o las moderneces aplicadas correctamente a su sonido en «Change» con esa mixtura blues/hard S.XXI, con esa tormenta/calma/tormenta.
Conclusión: ¡Coño!, ¡que me ha hecho pasar un fin de semana fabuloso entre oreja y oreja!. Bienvenidos a Rock TheBestMusic Nazareth…
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