Ryley Walker es un cantautor tan especial que ya escapa de los términos de dicho sustantivo. Ryler es un autor y punto, ya que sus creaciones exceden del estricto marco del creador de canciones como viene demostrando en cada uno de sus proyectos a cada cual un avance en la obtención de un particular mundo sonoro .
Su ultimo lp ( o penúltimo porqué hay obra recién salida del horno ) Deafman Glance ya propone una deriva aún mayor de lo acostumbrado hacia fórmulas de jazz dónde existe una mayor libertad sin sujeción a marco alguno, y de esa guisa se nos ofrece en directo en formato de cuarteto, con un repertorio basado en éste su referido trabajo ( 22 Days, Telluride Speed, Spoil with the Rest ) en versiones extensas que comienzan con intros instrumentales que señalan la melodía principal, para luego ir estableciendo un cuerpo a base de la taimada voz de Walker y las incomparables intervenciones de sus acompañantes que no cesan en deconstruir y reformar el tema hasta regresar al punto de partida .
Una fórmula que se extiende a recuerdos a los otros puntos de su envidiable discografía ( The Roundabout, Primrose Green ) e incluso a la sorprendente reformulación del clásico If I were a Carpenter de Hardin . Escalofríos de placer es lo que provoca la interacción en vivo con Walker pese a que no se trata del prototipo concierto de cantautor, sino que encima de las tablas demuestra que es un creador sin límite que te arrastra sin remedio hacia su insaciable mundo . Un enorme privilegio disfrutar de uno de los últimos autores con ansias de ampliar y explorar en este adocenado mundillo musical .
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