Desde los primeros minutos de metraje «Slender man» deja claro que no viene a ofrecer un producto novedoso ni original. Una típica, y tópica, historia de terror adolescente con unos jóvenes que invocan a un espectral ser que les atormentará hasta acabar con su cordura y sus vidas. Nada que no hayamos visto antes a lo largo de los últimos años.
El gran problema del largometraje es la poca capacidad para generar miedo, principalmente por un villano que no provoca pánico, una criatura sobrenatural sin rostro, vestido con chaqueta y corbata y que se manifiesta casi como un espíritu del bosque. Más en la línea de algún extraño personaje que pueblan las películas de Hayao Miyazaki que un «psycho killer» al uso, tipo Freddy Krueger, Michael Myers o Jason Voorhees o de alguna de las pesadillas de las cintas de James Wan o del «Sinister» de Scott Derrickson, con las que comparte algunas conexiones argumentales. No son las únicas similitudes con títulos de género, pues también advertimos homenajes al terror nipón, sobre todo al «The ring» de Hideo Nakata, ya que el «Slender man» aparece en escena al ver un vídeo escalofriante con contenido metafórico.
El responsable en la dirección es Sylvain White, hombre curtido en la televisión, que se limita a filmar sin riesgos, con una puesta en escena muy limitada, provocando sustos mediante el detestable truco de subir el volumen según conveniencia, y que campea como puede el flojo guion de David Birke, plagado de lagunas argumentales, soluciones que carecen de un mínimo de verosimilitud y la poca entidad del monstruo. Contra eso, poco se puede hacer. Ni siquiera el nombre más conocido, como es el músico Ramin Djawadi compone una banda sonora inspirada.
En el capítulo actoral, mucho rostro joven que se limita a correr desesperadamente y poner caras de horror. Nada nuevo en un subproducto que bastante tiene con haber sido estrenado pero que ha conseguido una taquilla interesante, lo cual hace sospechar que tendrá su secuela para goce del público al que va destinado el filme, que no es otro que el adolescente. Aunque este sea poco crítico y se conforme con un cine de género que no aporta nada y que en cuanto se examine con algo de rigor, aunque sea de forma superficial, destapa todas sus carencias. Una lástima.
0 comentarios