Ando en un momento de mi vida pleno de estabilidad emocional y sentimental que sienta mejor después de haber bordeado el precipicio más de una vez incluso a consciencia. Incluso laboralmente me encuentro en un punto donde quizás no es donde quisiera estar pero si donde me siento cómodo y con libertad para abrazar otros aspectos de mi vida. Aún así, no puedo evitar de vez en cuando lanzarme sin paracaídas y los ojos bien abiertos para no perderme ni un instante. Es cierto que saber que mi compañera de viaje no solo siempre es mi cómplice sino que muchas de las veces protagonista agarrada fuerte a mi mano consigue que alejes los miedos. Al final la vida es una noria puñetera que no puedes parar y dedicarte a rodar con paso anodino por una carretera sin curvas. Algo así les pasó a los suizos Slam & Howie and The Reserve Men que decidieron correr riesgos por separado, abrir otras puertas que miraban con curiosidad al caminar por delante, ver otras nubes llover antes de regresar a casa. Y ese regreso tiene el nombre de «Firewater» cuatro años después de su último lanzamiento.
Esta vuelta, este reencuentro viene cargado de energía y eso se siente al escuchar las canciones y ser conscientes de que han decidido centrarse más el rock dejando un poco de lado sus influencias más folk y de raíces aventurándose en la carretera del rock americano. «Once we get there» va directa al grano, guitarras marcadas y esa forma de cantar tan propia del rock manufacturado en la tierra del Tío Sam. «Blind men» tiene mucho ritmo y un estribillo que engancha dando la impresión de que en directo puede sonar muy bien aunque les echo en falta un poco más de fuerza. «Witness of dawn» sigue la misma onda que la anterior mientras que en «Anywhere the wind blows» crujen con más fuerzas las guitarras mientras la melodía de voz me recuerda muchísimo a cierta canción de los Stones. «Pretender» se convierte por derecho propio en una de mis canciones favoritas del disco, puro rock and roll del de toda la jodida vida. «The legacy» vuelve la vista atrás al sonido que Slam & Howie and The Reserve Men nos presentaba en anteriores discos, con ese banjo como auténtico protagonista.
«Calling home» desprende cierto aire ska en las guitarras mientras acompaña a una muy buena melodía vocal. A «I don’t wanna have fun tonight» le falta potencia, ese ápice de locura necesario para perder el control. «You got me good» presume de riff y ritmo, otra de mis favoritas de este «Firewater», puro rock made in U.S.A. aunque venga facturado desde el centro de Europa. «Far out east» y «Pass of the die» ponen punto y final a un disco correcto pero que a mi personalmente me deja con la sensación de que a este regreso le ha faltado un punto de fuerza, un estribillo que se te quede y también ese sabor añejo que tan bien manejaban.
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